O, mejor lo planteo de otra forma: ¿Por qué me hubiese gustado que no ganese España? Las razones serían múltiples pero, básicamente, podría encuadrarlas en tres:
LAS RAZONES DE TIPO POLÍTICO.
No es que tuviese, ni tengo, un especial apego por Italia. Sí, es una República y los colores de su bandera Nacional coinciden con los de la mía. Por lo demás, me parece otro país de pandereta, chanchullos, corrupción y ruina. Vamos, prácticamente como España pero sin monarca.
Cuando, la pasada semana, a Angela Merkel le dió por defender sus intereses frente a los de España o Italia no se debe a otra cosa más que la percepción existente hacia esos países y, por extensión, a todo lo que en Europa suena a latino o greco-latino. Es, pues una estricta percepción luterana (como lo es la canciller germana) de todo éste jaleo. Una de las principales causas de la "escisión" que origina el luterenanismo, tras la ruptura de lo que se pudiera llamar Iglesia alemana con la Iglesia de Roma, fue su negativa a pagar el "Diezmo". Argumentaban entonces que aquélla recaudación servía para "engordar a obispos y financiar fiestas impuras". Así veían entonces desde Centroeuropa a Roma y así siguen viendo a países como España o Italia: engordando y de fiesta. Lógicamente, les vuelve a fastidiar esto (y con razón).
Pero el nudo gordiano de "mis" razones de tipo político radica en que jamás puedo apoyar a una Selección de fútbol de un País que ningunea, niega e impide nuestra legítima aspiración a tener una Selección Nacional vasca (en éste caso, de fútbol). Dicho de otra manera, se impide la oficialidad de nuestras selecciones. Y eso es política. Mientras ello siga así, animaré a quién deportivamente se enfrente a un combinado español, aunque sea Bostwuana (piezas de caza incluídas).
Siempre pueden salir las voces que critican que no se debe mezclar política con deporte. No les quito razón pero ¿No es política el no reconocimiento de la oficialidad de nuestras selecciones deportivas? ¿No es política el episodio de Esperanza Aguirre acerca de los silbidos al himno en la Final de Copa? ¿No es política cuando un diputado del PP propone en el Congreso articular -sobre himnos, enseñas y reales figuras- un Reglamento sancionador? Pues sí. Es política. Como política es sancionar -a la altura de Burgos- quién llevase una bandera del Athletic Club y no multar a los que ayer portaban en el mismo lugar una rojigualda.
Comentaba en una Red Social el compañero Iker Merodio como en el Telediario de la Televisión Pública española se llegó a decir que "apoyar a ´La Roja´era un nacionalismo banal y sin importancia". Argumentaba, pues, desde un punto de visto lógico, que no hacerlo también lo sería. Más razón no podía tener. Cabe reseñar la presencia del Presidente del Gobierno español y de quién designó la Jefatura del Estado (Casa Real) en el palco de autoridades tampoco es muy de recibo. Mientras ardía Valencia, la final se disputaba en Kiev (Ucrania). Un país dónde el Estado de Derecho brilla por su ausencia. Un país dónde, por decisiones estrictamente de interés político, mantienen encarcelada a una legítima representante: Timoshenko (la mujer de la larga trenza rubia). Parafraseando al senador Anasagsti ante el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Garcia Margallo, los derechos humanos no admiten categorías. Sería mejor que no acudieran, pues este tipo de autócratas, como el presidente Viktor Yanukovich, lo que quiere es legitimarse ante los suyos y que un apoyo internacional le viene muy bien para su autoritarismo. No tienen, pues, sensibilidad ante lo que está ocurriendo en Ucrania, con la ex primera ministra, Timoshenko encarcelada.
Pero allí estaban dándo botes a 3.000 kilómetros tanto el presidente del Gobierno como Felipe Borbón, mientra Valencia ardía y la cabeza del incendio estaba a escasos kilómetros de la central nuclear de Cofrentes. Y eso, es política.
LAS RAZONES DE TIPO SOCIO-ECONÓMICO.
No es de recibo que, tras lo que está pasando en el Estado, en el mismo momento que España lanzaba los penalties contra Italia, la ministra de Sanidad -Ana Mato- estuviese anunciando y explicando un nuevo recorte en Sanidad en forma de "Medicamentazo". Eso es trampa pura y dura. Hacer las cosas a escondidas a sabiendas de que "la clientela" estaba absorta con el partidito de marras. Así hacen todo: De noche, durante un partido, en domingo o cuando les convenga. El problema es que es demasiado descarado. No hubiese sido raro que hubiesen aprovechado la euforia para anunciarnos la inminente subida del IVA.
En un Estado dónde se andan solicitando rescates (aún no se sabe para quién ni que con qué condiciones), mantener todo ese dispositivo humano y material ten Ucrania o en Polonia tampoco resulta de recibo. Con motivo del último Mundial de Sudáfrica, desde éstas páginas de DEIA híce una crítica similar: Los jugadores de España consiguieron unas primas bastante jugosas. Las declararon en Sudáfrica para evitar el Fisco español.
En ésta ocasión, han logrado en primas más que suculentas. En otras palabras, cada jugador de 'La Roja', según lo pactado con la RFEF, cobrará 300.000 euros. Sólo queda ver si los declaran fiscalmente en Ucrania o no. Entiendo sus intereses particulares pero, multiplíquen Vds. las primas por jugador y resto de personal. Súmenle los gastos de traslado de miembros del Gobierno, Casa Real, Federación de Fútbol, etc... y saquen cuentas. En la situación actual, sencillamente vergonzoso. Y más sonrroja, si cabe, es cuando uno se entera que los jugadores italianos habían comprometido sus primas destinándolas a los damnificados por el terremoto recientemente acaecido en el norte de Italia. No donarán 300.000 euros, ya que no han ganado la final, pero sí los 150.000 que les corresponde como semifinalistas.
Pero la España de Rinconcete y Cortadillo es así: a los damnificados por el terremoto de Lorca-Murcia (que tuvo lugar hace escasamente un año), no les ha llegado ni el 30% de las ayudas prometidas o comprometidas.
LAS RAZONES DE TIPO DEPORTIVO.
No es que séa un entendido en fútbol, al menos de una forma profesional. Pero vamos a ceñirnos a éste aspecto. Viéndo la trayectoria de los españoles en la Eurocopa, no creo que sean merecedores de llegar a la final. Con un juego pobre y sin contenido (individualidades aparte), bien podríamos concluir que España más bien ha participado en la "EuroFolla-2012". No deja de ser cierto que en la final fueron superiores.
No creo que hayan hecho, futbolísticamente hablando, mérito para llegar hasta esta Final. Opino que es, además, una opinión generalizada en Medios deportivos especializados (incluídos, por lo que leo u oigo, los españoles). No obstante, ahí están, ahí han estado y lo único que les puedo hacer es darles mi enhorabuena sin, no por ello, haber podido exclamar un sonoro ¡Forza Italia!
