La decisión se adoptó en el Congreso extraordinario de H1! que celebramos ayer en Donostia y, ello, como consecuencia directa de la "debacle" electoral sufrida el 22 de mayo.
Dos años y un mes después de que algunos dirigentes de EA abandonaran la formación para crear un nuevo partido, a causa del ya constatado acercamiento de Eusko Alkartasuna a la izquierda abertzale, los miembros de H1! hemos acordado constituirnos en una plataforma al margen de los partidos políticos.
A diferencia de "otros", en H1! hemos sabido entender el mensaje de la sociedad, que, en los sitios dónde se concurrió bajo estas siglas (Gipuzkoa en solitario, Araba en coalición parcial con el PNV, Nafarroa bajo la coalición NaBai) nos dejaron sin espacio político y electoral, cuestión ésta que reconocemos abiertamente sin mayores reparos.
Bizkaia fue el único Herrialde en el que no presentamos listas electorales llegando a una lógica conclusión relativa a la practicidad y la realidad con un responsable fin: el de no disgregar ni dispersar el voto nacionalista institucional. De esta manera, se consensuó participar de forma pública en la campaña electoral del PNV. Así las cosas, se llegó a aplicar la máxima de sumar y no dividir, contribuyendo humildemente y en la medida que fuere, al triunfo de la formación jelkide en nuestro Territorio Histórico (único donde el Partido Nacionalista Vasco mantiene la Diputación Foral y el Ayuntamiento de la capital).
No obstante, Hamaikabat lo hemos venido conformando hombres y mujeres que tenemos muchas ganas de seguir haciendo política, pero la política se puede hacer de muchas maneras y ése es el paso que hemos decidido dar.
Iñaki Galdos señaló que, tras el fracaso de los pasados comicios, a los que se intentó concurrir en coalición con el PNV, era necesario hacer un análisis, que dio como fruto una propuesta de resolución (la aprobada en el día de ayer en el Congreso extraordinario). Hamaikabat queda ahora en manos de una gestora conformada por los concejales gipuzkoanos, que tendrá atribuciones ejecutivas y una Presidencia colegiada. A estos cargos públicos se les encomienda "articular y dimensionar la organización" durante la legislatura y, mientras, recibirán el "apoyo y sustento" del resto.
Tal y como indica la resolución aprobada ayer, la vocación de la nueva plataforma es la de "reunir al grueso de los hombres y mujeres de Hamaikabat junto con nacionalistas de cualquier partido o nacionalistas sin partido, y contribuir a renovar permanentemente y ensanchar el nacionalismo desde una visión dinámica de la Nación haciéndose". Buscará en todas sus actuaciones la colaboración "entre los nacionalistas de raíz histórica y vocación institucional, de todos aquellos que se reclaman de un nacionalismo integrador, de construcción social, firmemente anclado en los valores humanistas y democráticos, y comprometido con el avance social".
Aún no se ha determinado la fórmula jurídica por la que se regirá la plataforma. Aunque en un principio barajamos la posibilidad de una Fundación, hemos optado por que sea una Comisión promotora la que lo decida.
OPINIÓN POLÍTICA LOCAL, NACIONAL, REGIONAL, ESTATAL E INTERNACIONAL. EL UNIVERSO DE HERGÉ: TINTÍN. ATHLETIC CLUB DE BILBAO: OPINIÓN. ACTUALIDAD. MISCELÁNEA. HISTORIA. CIENCIA POLÍTICA. SOCIEDAD. COSAS DE BILBAO. COLABORACIONES. LIBROS. CINE Y MÁS.....
Ongi Etorri - Bienvenue - Bienvenido - Welcome - Benvingut - Benvido -Benveniu - Benvenuto - Willkommen - Boa Vinda - Yookoso - Karibu - الصحة - Bine ai Venit - Bem Vindo - Välkommen - Velkommen - Irashai - Добро - пожаловать - Welkom - Välkommen - רוך הבא/ ברוכה הבאה/ ברוכים הבאים - Καλώς ήρθες - Vítejte - Dobrodošli - Fáilte, Tá fáilte romhat - स्वागत - خوش آمدی! / خوش آمدید! - Deuit mad deoc'h - Wolkom - Ласкаво просимо - ยินดีต้อนรับ - Kaj Bonvenon Ankaŭ - Fiţi bineveniţi - Witaj - Tervetuloa.
domingo, 31 de julio de 2011
Que dios nos pille convocados. (Ernesto Ekaizer en Diario Público).
Que esta legislatura estaba vista para sentencia ni siquiera era ya un secreto a voces. La salida de Rubalcaba del Gobierno lo ratificó por si alguien tenía alguna duda. Y no es casual que, precisamente al anunciar en rueda de prensa el cambio de ministros, Zapatero evitara decir, el pasado 11 de julio, como había sostenido hasta pocas fechas antes, que seguía determinado a agotar la legislatura o, lo que es lo mismo, a mantener el calendario electoral de marzo de 2012.
He aquí, pues, que, a mediados de julio, el presidente expresa mediante la citada elusión lo que íntimamente él, Rubalcaba y Pepe Blanco ya sabían: las elecciones serán en otoño. En aquellas fechas, la presión de los mercados financieros se intensifica. Y también las sugerencias a Zapatero desde distintos ámbitos (Bruselas, Banco de España, organizaciones empresariales y otros contactos más personales) de que para calmar a las fieras (los mercados) quizá haya que cambiar el discurso: lo que ahora daría más seguridad no es agotar la legislatura, sino anunciar con bastante antelación el calendario.
Como en mayo de 2010, al lanzar su plan de ajuste, o un año más tarde, en relación con el anuncio de que no será candidato, Zapatero vuelve a ponerse al frente de la manifestación. Ya no sólo se trata de anticipar las elecciones, que eso estaba hecho, sino de informar de que disolverá las Cortes el 27 de septiembre.
Lo que Rubalcaba daba por finiquitado por razones de sentido común político, Zapatero lo ha llegado a explicar desde los mercados. A saber: que la situación financiera es tan difícil de predecir, y mucho menos controlar, que es mejor abandonar el secretismo sobre la fecha electoral y utilizar el discurso de la anticipación. Por dos razones: como un intento de evitar lo peor (el rescate) y, en el caso de que lo peor tenga lugar, quién sabe, haber dado ya el paso de la convocatoria, lo que equivale a repartir el peso de la responsabilidad política. Pues eso: que dios nos pille convocados.
Aunque la decisión de hacer el anuncio es anterior, el comunicado de la agencia Moody's difundido ayer es una clave para saber que lo peor no ha pasado todavía. La agencia subraya "las continuas presiones de financiación que enfrenta el Gobierno español, que el precedente establecido por el paquete oficial para Grecia tenderá probablemente a acentuar para futuros acuerdos de rescate, y el resultante incremento de riesgo para los tenedores de bonos". Ergo: cualquier avance en el caso de Grecia ya es malo para países como España.
La fecha del 20-N tiene también su morbo. Zapatero podía haber resuelto disolver en agosto para convocar el 30 de octubre. Problema: el presidente hará aprobar un decreto ley el 19 de agosto con medidas sociales que necesitará convalidar en las Cortes en las dos sesiones ya previstas para septiembre. La otra posibilidad, el 27 de noviembre, no era viable porque debía disolver el 5 de octubre. Problema: que el 30 de septiembre tenía que presentar el proyecto de Presupuesto o la prórroga del actual. Y ya se había decidido que ni proyecto ni prórroga.
Otras fechas como el 13-N, por los días festivos, no daban los 15 días de campaña. Esto permitió a Zapatero, con el respaldo de Rubalcaba, hacer su última travesura adolescente: convocar el 20-N. Es una llamada simbólica al voto antifranquista y, al tiempo, calificar de antemano la victoria de Rajoy.
He aquí, pues, que, a mediados de julio, el presidente expresa mediante la citada elusión lo que íntimamente él, Rubalcaba y Pepe Blanco ya sabían: las elecciones serán en otoño. En aquellas fechas, la presión de los mercados financieros se intensifica. Y también las sugerencias a Zapatero desde distintos ámbitos (Bruselas, Banco de España, organizaciones empresariales y otros contactos más personales) de que para calmar a las fieras (los mercados) quizá haya que cambiar el discurso: lo que ahora daría más seguridad no es agotar la legislatura, sino anunciar con bastante antelación el calendario.
Como en mayo de 2010, al lanzar su plan de ajuste, o un año más tarde, en relación con el anuncio de que no será candidato, Zapatero vuelve a ponerse al frente de la manifestación. Ya no sólo se trata de anticipar las elecciones, que eso estaba hecho, sino de informar de que disolverá las Cortes el 27 de septiembre.
Lo que Rubalcaba daba por finiquitado por razones de sentido común político, Zapatero lo ha llegado a explicar desde los mercados. A saber: que la situación financiera es tan difícil de predecir, y mucho menos controlar, que es mejor abandonar el secretismo sobre la fecha electoral y utilizar el discurso de la anticipación. Por dos razones: como un intento de evitar lo peor (el rescate) y, en el caso de que lo peor tenga lugar, quién sabe, haber dado ya el paso de la convocatoria, lo que equivale a repartir el peso de la responsabilidad política. Pues eso: que dios nos pille convocados.
Aunque la decisión de hacer el anuncio es anterior, el comunicado de la agencia Moody's difundido ayer es una clave para saber que lo peor no ha pasado todavía. La agencia subraya "las continuas presiones de financiación que enfrenta el Gobierno español, que el precedente establecido por el paquete oficial para Grecia tenderá probablemente a acentuar para futuros acuerdos de rescate, y el resultante incremento de riesgo para los tenedores de bonos". Ergo: cualquier avance en el caso de Grecia ya es malo para países como España.
La fecha del 20-N tiene también su morbo. Zapatero podía haber resuelto disolver en agosto para convocar el 30 de octubre. Problema: el presidente hará aprobar un decreto ley el 19 de agosto con medidas sociales que necesitará convalidar en las Cortes en las dos sesiones ya previstas para septiembre. La otra posibilidad, el 27 de noviembre, no era viable porque debía disolver el 5 de octubre. Problema: que el 30 de septiembre tenía que presentar el proyecto de Presupuesto o la prórroga del actual. Y ya se había decidido que ni proyecto ni prórroga.
Otras fechas como el 13-N, por los días festivos, no daban los 15 días de campaña. Esto permitió a Zapatero, con el respaldo de Rubalcaba, hacer su última travesura adolescente: convocar el 20-N. Es una llamada simbólica al voto antifranquista y, al tiempo, calificar de antemano la victoria de Rajoy.
sábado, 30 de julio de 2011
LOS JÓVENES NORUEGOS ASESINADOS HABÍAN CONMEMORADO LA LUCHA DE LA REPÚBLICA ESPAÑOLA.
Los jóvenes laboristas asesinados en la isla de Utoya, Noruega, entre otras actividades estaban conmemorando el 75 Aniversario del comienzo de la Guerra en España, en la isla de Utoya, con el título de En Memoria de los caídos.
Habían realizado un acto en homenaje a 4 compañeros de su organización que formaron parte de las Brigadas Internacionales y murieron en combate en España.
Tenemos que conocer la historia contemporánea de entender y dar forma al futuro, dijo Eskil Pedersen como él descubrió una placa conmemorativa en honor de los miembros de la Juventud del Trabajo que cayeron en la lucha contra el fascismo durante la Guerra Civil española.
Esta semana se cumplen 75 años desde la Guerra Civil española. Con el respaldo de las familias ricas y poderosas a cabo agentes de un sangriento golpe militar contra el gobierno legalmente elegido a la izquierda. Esto llevó a una guerra civil de los Mil Días y mataron a medio millón.
35.000 voluntarios de todas partes del mundo viajaron a España para ayudar al gobierno contra las fuerzas de los rebeldes del general Franco y sus seguidores de Hitler y Mussolini. De los muertos cuatro eran jóvenes demócratas sociales de Noruega.
Gunnar Skjeseth de Kabelvåg, Martin Schei de Forde, Torbjørn Engebretsen de Lørenskog y Olsen impares en Trondheim cayeron en la lucha por la democracia y la justicia. Ellos entendieron las consecuencias del avance del fascismo, muchos años antes de que Hitler enviara a sus tropas para ocupar Noruega, dijo Pedersen.
Martin Schei sólo tenía 18 años cuando viajó a España sin que los padres lo supieran. Algunos meses, después escribió una carta a su hermano en Noruega: “La pérdida de nuestra guerra, no sólo significa una dictadura fascista en España, o más bien una colonia de los Estados fascistas. No, significa una victoria del fascismo en nuestro propio país “.
Que, desgraciadamente, la derecha.
FUENTE: Blog de Iñaki Anasagasti.
Habían realizado un acto en homenaje a 4 compañeros de su organización que formaron parte de las Brigadas Internacionales y murieron en combate en España.
Tenemos que conocer la historia contemporánea de entender y dar forma al futuro, dijo Eskil Pedersen como él descubrió una placa conmemorativa en honor de los miembros de la Juventud del Trabajo que cayeron en la lucha contra el fascismo durante la Guerra Civil española.
Esta semana se cumplen 75 años desde la Guerra Civil española. Con el respaldo de las familias ricas y poderosas a cabo agentes de un sangriento golpe militar contra el gobierno legalmente elegido a la izquierda. Esto llevó a una guerra civil de los Mil Días y mataron a medio millón.
35.000 voluntarios de todas partes del mundo viajaron a España para ayudar al gobierno contra las fuerzas de los rebeldes del general Franco y sus seguidores de Hitler y Mussolini. De los muertos cuatro eran jóvenes demócratas sociales de Noruega.
Gunnar Skjeseth de Kabelvåg, Martin Schei de Forde, Torbjørn Engebretsen de Lørenskog y Olsen impares en Trondheim cayeron en la lucha por la democracia y la justicia. Ellos entendieron las consecuencias del avance del fascismo, muchos años antes de que Hitler enviara a sus tropas para ocupar Noruega, dijo Pedersen.
Martin Schei sólo tenía 18 años cuando viajó a España sin que los padres lo supieran. Algunos meses, después escribió una carta a su hermano en Noruega: “La pérdida de nuestra guerra, no sólo significa una dictadura fascista en España, o más bien una colonia de los Estados fascistas. No, significa una victoria del fascismo en nuestro propio país “.
Que, desgraciadamente, la derecha.
FUENTE: Blog de Iñaki Anasagasti.
viernes, 29 de julio de 2011
El PP de Granada retira la placa que recuerda a los miles de fusilados por Franco en la ciudad .
El Ayuntamiento de Granada, gobernado con mano firme por el PP, ha retirado la placa colocada el pasado 20 de julio en la tapia del cementerio municipal durante el homenaje a las casi 4.000 personas que fueron fusiladas en este lugar durante la Guerra Civil. Este hecho ha sido censurado por la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, que ve motivos ideológicos en este gesto.
El portavoz de esta asociación, Francisco Vigueras, ha expresado la "indignación" de los familiares de las víctimas, después de que el Consistorio haya retirado un año más esta placa y a pesar de que la semana pasada, durante el citado homenaje, se anunciara que la zona se protegerá con la declaración de 'Lugar de Memoria' por parte de la Junta, como también se dijo en 2010.
Desde el Ayuntamiento de Granada han justificado la retirada de la placa en que su colocación "no está autorizada" y han indicado que el cementerio ya dispone de un conjunto escultórico realizado por Eduardo Carretero que, bajo el nombre de 'Piedad' "homenajea a todas las víctimas de la Guerra Civil".
La celeridad municipal en retirar cualquier pequeño homenaje a las víctimas de la dura represión ejercida por el bando fascista durante la guerra y posteriormente por el régimen franquista contrasta con la negativa sistemática a cumplir y hacer cumplir la Ley de la Memoria Histórica. Las calles y plazas de Granada siguen rindiendo homenaje de diferentes personajes adictos al régimen franquista, sin que elñ Ayuntamiento muestre la menor sensibilidad ni predisposición a retirarlas.
En este contexto se entiende mejor el rechazo al grupo escultórico citado. Según explicó el autor el día de la inauguración, esta obra representa por un lado a las víctimas de esta contienda y por el otro a sus familias y la tristeza que sintieron tras su pérdida. Sin embargo, la iniciativa no fue bien acogida por la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, cuyos miembros no asistieron al acto de inauguración en el cementerio por considerar que esa 'Piedad' no representa a todas las víctimas de la Guerra Civil.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica tiene documentados un total de 3.970 fusilamientos en el muro del cementerio durante la Guerra Civil. Del total de víctimas documentadas, 594 se enterraron en el camposanto granadino como desconocidas, sin nombre y apellidos, sólo con referencias al sexo y la edad, según los datos recogidos por el historiador, Rafael Gil Bracero, fundamentalmente del Registro Civil de Granada, pero también de los consejos de guerra, diligencias militares y de archivos locales.
El 90 por ciento de los fusilados lo fueron en años de guerra, entre 1936 y 1939, si bien se registraron más muertes en la tapia hasta el año 1956, fecha en la que está documentada la última víctima.
Una de estas víctimas fue el concejal socialista Juan Fernández Rosillo, de la corporación municipal del 1936 de la que era alcalde el también fusilado Manuel Fernández-Montesinos.
Fuente: Diarioprogresista.es
El portavoz de esta asociación, Francisco Vigueras, ha expresado la "indignación" de los familiares de las víctimas, después de que el Consistorio haya retirado un año más esta placa y a pesar de que la semana pasada, durante el citado homenaje, se anunciara que la zona se protegerá con la declaración de 'Lugar de Memoria' por parte de la Junta, como también se dijo en 2010.
Desde el Ayuntamiento de Granada han justificado la retirada de la placa en que su colocación "no está autorizada" y han indicado que el cementerio ya dispone de un conjunto escultórico realizado por Eduardo Carretero que, bajo el nombre de 'Piedad' "homenajea a todas las víctimas de la Guerra Civil".
La celeridad municipal en retirar cualquier pequeño homenaje a las víctimas de la dura represión ejercida por el bando fascista durante la guerra y posteriormente por el régimen franquista contrasta con la negativa sistemática a cumplir y hacer cumplir la Ley de la Memoria Histórica. Las calles y plazas de Granada siguen rindiendo homenaje de diferentes personajes adictos al régimen franquista, sin que elñ Ayuntamiento muestre la menor sensibilidad ni predisposición a retirarlas.
En este contexto se entiende mejor el rechazo al grupo escultórico citado. Según explicó el autor el día de la inauguración, esta obra representa por un lado a las víctimas de esta contienda y por el otro a sus familias y la tristeza que sintieron tras su pérdida. Sin embargo, la iniciativa no fue bien acogida por la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica, cuyos miembros no asistieron al acto de inauguración en el cementerio por considerar que esa 'Piedad' no representa a todas las víctimas de la Guerra Civil.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica tiene documentados un total de 3.970 fusilamientos en el muro del cementerio durante la Guerra Civil. Del total de víctimas documentadas, 594 se enterraron en el camposanto granadino como desconocidas, sin nombre y apellidos, sólo con referencias al sexo y la edad, según los datos recogidos por el historiador, Rafael Gil Bracero, fundamentalmente del Registro Civil de Granada, pero también de los consejos de guerra, diligencias militares y de archivos locales.
El 90 por ciento de los fusilados lo fueron en años de guerra, entre 1936 y 1939, si bien se registraron más muertes en la tapia hasta el año 1956, fecha en la que está documentada la última víctima.
Una de estas víctimas fue el concejal socialista Juan Fernández Rosillo, de la corporación municipal del 1936 de la que era alcalde el también fusilado Manuel Fernández-Montesinos.
Fuente: Diarioprogresista.es
jueves, 28 de julio de 2011
HAY QUE DECIRLO BIEN CLARO: ESTO NO ES EN ABSOLUTO "CULTURA". ES, SENCILLAMENTE, UNA AUTÉNTICA SALVAJADA.
MANIFESTACIONES ANTITAURINAS EN LA SEMANA GRANDE DE BILBAO:
BILBAOKO ASTE NAGUSIAN ZEZENKETEN AURKAKO MANIFESTAZIOAK:
21 y 26 de agosto, a las 17:00, frente a la Plaza de Torturas. 27 de agosto, a las 19:00, Plaza de Moyua.
Abuztuak 21 eta 26, 17:00etan, Tortura Plazaren aurrean. Abuztuak 27, 19:00etan, Moyua Plazan.
BILBAOKO ASTE NAGUSIAN ZEZENKETEN AURKAKO MANIFESTAZIOAK:
21 y 26 de agosto, a las 17:00, frente a la Plaza de Torturas. 27 de agosto, a las 19:00, Plaza de Moyua.
Abuztuak 21 eta 26, 17:00etan, Tortura Plazaren aurrean. Abuztuak 27, 19:00etan, Moyua Plazan.
HASTA LOS MISMÍSIMOS DE LA SGAE.
Los muy jetas (sin necesidad de entrar a calificar a sus progenitoras) nos han estado sangrando. Cada uno de nosotros pagamos 137 euros al mes por ver los anuncios de la tele, como bien nos dijo la secretaria de la SGAE.
Leed el siguiente ejemplo, se puede decir más alto, pero no más claro.
De la Sociedad General de Fabricantes de Mesas (SGFM).
Yo fabrico una mesa a Ramoncín, él va, me la paga y se la lleva a su casa. Un día invita a comer a sus amigos para degustar jabugo, ostras, caviar de Beluga y otras delicatesen propias de un currante como él.
Pues bueno, ¿cómo es que sus amigos están comiendo en MI MES, disfrutando de ella Y NO ME ESTÁN PAGANDO?. ¿Que ya la pagó en su momento Ramoncín y él hace lo que quiera con la mesa? De eso nada!!!
Yo se la vendí a ÉL y no al "amigo" Echanove que se está poniendo ciego, comiendo en MI MESA.
Así que cada vez que alguien coma en una mesa y no sea éste el que la compró ME TIENE QUE PAGAR. Pero espera, no sólo éso, al que saque beneficio económico de mi trabajo (la puta mesa), lo voy a sangrar.
O sea, todos los restaurantes que me paguen 2000 € al mes por usar mis mesas. Pero... ¿por qué restaurantes solamente?, TODO EL MUNDO USA MESAS: las oficinas necesitan mesas para trabajar Y GANAN DINERO POR ELLO, los voy a sangrar a todos. ¿Una boda?, que paguen por las mesas, ¿NO PAGAN POR LOS LANGOSTINOS?
Y, bueno, puede haber otra cuestión que yo antes hiciera mesas, pero hace años que no hago ni una y nadie usa una mesa mía. Pues no pasa nada, yo cobro por TODAS las mesas. Es más, por todo lo que tenga 4 patas y una tabla encima.
Por si acaso, vete a saber si alguna de ellas es mía o de mis amigos de la Asociación. Pero da igual si esas mesas son de Ikea, YO las cobro y luego digo que el dinero se lo lleva Ikea. ¿Nadie es capaz de pararle los pies a esta gente?...
Pásalo que la gente entienda, con este ejemplo chorra, lo que nos ha hecho y nos sigue haciendo la SGAE a TODOS los ciudadanos.
Leed el siguiente ejemplo, se puede decir más alto, pero no más claro.
De la Sociedad General de Fabricantes de Mesas (SGFM).
Yo fabrico una mesa a Ramoncín, él va, me la paga y se la lleva a su casa. Un día invita a comer a sus amigos para degustar jabugo, ostras, caviar de Beluga y otras delicatesen propias de un currante como él.
Pues bueno, ¿cómo es que sus amigos están comiendo en MI MES, disfrutando de ella Y NO ME ESTÁN PAGANDO?. ¿Que ya la pagó en su momento Ramoncín y él hace lo que quiera con la mesa? De eso nada!!!
Yo se la vendí a ÉL y no al "amigo" Echanove que se está poniendo ciego, comiendo en MI MESA.
Así que cada vez que alguien coma en una mesa y no sea éste el que la compró ME TIENE QUE PAGAR. Pero espera, no sólo éso, al que saque beneficio económico de mi trabajo (la puta mesa), lo voy a sangrar.
O sea, todos los restaurantes que me paguen 2000 € al mes por usar mis mesas. Pero... ¿por qué restaurantes solamente?, TODO EL MUNDO USA MESAS: las oficinas necesitan mesas para trabajar Y GANAN DINERO POR ELLO, los voy a sangrar a todos. ¿Una boda?, que paguen por las mesas, ¿NO PAGAN POR LOS LANGOSTINOS?
Y, bueno, puede haber otra cuestión que yo antes hiciera mesas, pero hace años que no hago ni una y nadie usa una mesa mía. Pues no pasa nada, yo cobro por TODAS las mesas. Es más, por todo lo que tenga 4 patas y una tabla encima.
Por si acaso, vete a saber si alguna de ellas es mía o de mis amigos de la Asociación. Pero da igual si esas mesas son de Ikea, YO las cobro y luego digo que el dinero se lo lleva Ikea. ¿Nadie es capaz de pararle los pies a esta gente?...
Pásalo que la gente entienda, con este ejemplo chorra, lo que nos ha hecho y nos sigue haciendo la SGAE a TODOS los ciudadanos.
miércoles, 27 de julio de 2011
NO RELIGION (ni extrema derecha). Por Víctor Celso.
El fanatismo no es bueno en ninguna de sus formas, pero se hace aún más inicuo cuando se da por motivos político-religiosos, pues debido al empecinamiento religioso la humanidad no ha sido capaz de avanzar con la celeridad con la que podría haber avanzado. En el caso de Europa el Catolicismo supuso un retroceso en el avance de la humanidad de 500 años. Hoy, de no haberse dado nunca el Catolicismo, el mundo occidental gozaría de los avances, tanto tecnológicos y científicos, como éticos y de valores, que se tendrán en torno al año 2500, algo que no podemos imaginar a día de hoy.
Me refiero al Catolicismo y lo tomo como paradigma de las religiones por ser la doctrina que durante cientos de años se impuso en mi país y en países vecinos, pero todo tipo de creencia religiosa tiende al retroceso de la humanidad, como lo son las creencias islámicas, judías, budista, hinduistas y un largo etcétera.
Hemos asistido hace unos días a un hecho atroz que ha roto con la tranquilidad de un país del norte de Europa. La atrocidad ha sido consecuencia del fanatismo político-religioso, pues su autor es un fundamentalista cristiano vinculado con la extrema derecha que reivindica con su terrible acción un mundo cristiano y sólo cristiano y un mundo en el que el marxismo no tenga cabida. En definitiva, esto no es más que un reflejo de lo que las religiones y los extremismos políticos son capaces de inducir en las personas, y es un reflejo de lo que se ha dado a lo largo de la historia de la humanidad debido a la existencia de unas creencias generadas desde la sinrazón, las cuales intentan despejar, sin conseguirlo, un problema que acucia al humano desde que el “hombre es hombre”: el porqué de la existencia del universo.
Con la aparición del método científico y de la ciencia, fueron muchas las creencias que quedaron relegadas a simples “mancias” y que dejaron de tomarse en serio, como lo ocurrido con la astrología tras la aparición de la astronomía. ¿Qué sucede con las religiones? ¡La ciencia las debería haber desplazado al ostracismo! El que esto no haya sucedido nos indica que el grueso de individuos que constituye la humanidad tiene aún mucho que aprender, pero no es culpa directa de estos individuos sino de quienes los dirigen, de los estados que siguen financiando a religiones.
Me refiero al Catolicismo y lo tomo como paradigma de las religiones por ser la doctrina que durante cientos de años se impuso en mi país y en países vecinos, pero todo tipo de creencia religiosa tiende al retroceso de la humanidad, como lo son las creencias islámicas, judías, budista, hinduistas y un largo etcétera.
Hemos asistido hace unos días a un hecho atroz que ha roto con la tranquilidad de un país del norte de Europa. La atrocidad ha sido consecuencia del fanatismo político-religioso, pues su autor es un fundamentalista cristiano vinculado con la extrema derecha que reivindica con su terrible acción un mundo cristiano y sólo cristiano y un mundo en el que el marxismo no tenga cabida. En definitiva, esto no es más que un reflejo de lo que las religiones y los extremismos políticos son capaces de inducir en las personas, y es un reflejo de lo que se ha dado a lo largo de la historia de la humanidad debido a la existencia de unas creencias generadas desde la sinrazón, las cuales intentan despejar, sin conseguirlo, un problema que acucia al humano desde que el “hombre es hombre”: el porqué de la existencia del universo.
Con la aparición del método científico y de la ciencia, fueron muchas las creencias que quedaron relegadas a simples “mancias” y que dejaron de tomarse en serio, como lo ocurrido con la astrología tras la aparición de la astronomía. ¿Qué sucede con las religiones? ¡La ciencia las debería haber desplazado al ostracismo! El que esto no haya sucedido nos indica que el grueso de individuos que constituye la humanidad tiene aún mucho que aprender, pero no es culpa directa de estos individuos sino de quienes los dirigen, de los estados que siguen financiando a religiones.
martes, 26 de julio de 2011
EL GUDARI MORENO Y LOS 75 AÑOS DEL GOLPE FRANQUISTA.
El lunes 18 de julio fue el aniversario del comienzo del sufrimiento del pueblo español y del pueblo vasco. En los pueblos donde ganó el ejército fascista y el ejército de Franco cometieron crímenes horrorosos, matando a gente que no pensaba como ellos, para luego soportar a los chivatos de turno. Así fue la Cruzada con la ayuda del clero español y el fascismo de Mussolini y de Hitler. ¡Vaya tres piezas!.
Luego vinieron a destrozarnos desde el aire al pueblo vasco, como Otxandio, Gernika - Durango, matando en muchos pueblos con aquella potente aviación alemana, y los cazas italianos. Así ganó la Guerra Civil el dictador de Franco, matando a mujeres y niños, pero vino lo peor para nuestro pueblo, cuando entraron en Bilbao las fuerzas sublevadas el 19 de junio de 1937. Las cárceles llenas, los fusilamientos, el garrote vil con los verdugos que traían de Burgos, ¡si hablara la tapia del cementerio de Derio. . . !
Señores del PP, los que sufrimos el fascismo internacional pedimos que se haga justicia, porque todavía hay familias que no saben dónde están enterrados sus familiares. Dígame de una vez por todas, si aquello no fue terrorismo, Señor Basagoiti. ¿Cuándo lo condenarán?. Si ustedes dicen que son demócratas, ¿cuándo?.
Este Gudari del 36 siempre ha condenado el terrorismo, venga de donde venga, porque siempre he sido demócrata.
José Moreno.
Luego vinieron a destrozarnos desde el aire al pueblo vasco, como Otxandio, Gernika - Durango, matando en muchos pueblos con aquella potente aviación alemana, y los cazas italianos. Así ganó la Guerra Civil el dictador de Franco, matando a mujeres y niños, pero vino lo peor para nuestro pueblo, cuando entraron en Bilbao las fuerzas sublevadas el 19 de junio de 1937. Las cárceles llenas, los fusilamientos, el garrote vil con los verdugos que traían de Burgos, ¡si hablara la tapia del cementerio de Derio. . . !
Señores del PP, los que sufrimos el fascismo internacional pedimos que se haga justicia, porque todavía hay familias que no saben dónde están enterrados sus familiares. Dígame de una vez por todas, si aquello no fue terrorismo, Señor Basagoiti. ¿Cuándo lo condenarán?. Si ustedes dicen que son demócratas, ¿cuándo?.
Este Gudari del 36 siempre ha condenado el terrorismo, venga de donde venga, porque siempre he sido demócrata.
José Moreno.
lunes, 25 de julio de 2011
domingo, 24 de julio de 2011
LUIS MARÍA ANSÓN PRESENTA UN JUAN DE BORBÓN DE TEBEO.
Comenta Anasagasti en su Blog que no sabe quien es Pedro Fernández Barbadillo pero muy demócrata no debe ser. En Periodista Digital le pone a Luis M. Ansón a bajar de un burro a cuenta de la devoción que le tiene éste a Juan de Borbón al que llama Juan III, un señor que no dio golpe en su vida y que se la pasó aspirando al trono de España y al que su hijo traicionó de muy mala manera. Pero este Fernández Barbadillo le recuerda a Ansón que Don Juan no era trigo limpio y que de demócrata, tampoco mucho.
Reproduzco lo que acaba de publicar en Periodista Digital con ese estilo tan de Jiménez Losantos pero que no deja de tener su gracia, aunque se le vea su indignación porque Ansón ha puesto en cuestión el régimen de Franco. Dice así:
Luis María Ansón presenta un Juan de Borbón de tebeo.
Luis María Ansón, novelista conocido por su imaginación desbordante sobre los Borbones y la España del siglo XX, quiere colocarnos su rollo, como el abuelo Cebolleta; en este caso que el infante Juan de Borbón y Battenberg fue un demócrata desde el vientre de su madre. Los hay que se resisten a la jubilación en vez de aceptar con dignidad el retiro.
Uno de los mayores responsables del imperio de la izquierda en España es el novelista Luis María Ansón. Desde el ABC hizo creer a la derecha en la superioridad intelectual de la izquierda y abrió las páginas del periódico a pensadores como Rafael Alberti y Marcelino Camacho. Él en el periodismo y Manuel Fraga en la política colaboraron en que Felipe González gobernase 14 años seguidos. Un ejemplo de lo que digo es su columnita del 19 de julio en El Mundo, titulada “Nunca más la guerra incivil”.
Primero, acepta la versión socialista de lo que fue el fascismo y la versión izquierdista española de que en España hubo fascistas.
Triunfó en la guerra incivil, después de tres años atroces, la dictadura de la clase media, el fascismo, con un caudillo mediocre al frente que, tras la victoria aliada en la Guerra Mundial, derivó su régimen totalitario hacia una dictadura militar pura y dura. España fue un país ocupado por su propio Ejército, dominado por un dictador que impuso sobre la nación la paz del cementerio y la inmovilidad de la piedra.
¿Cómo va a haber fascismo en un país en un régimen en el que todos, desde el jefe del Estado hasta el último gobernador civil, corrían a besar el anillo del cardenal primado?.
Y después su novela sobre el infante Juan de Borbón:
Frente a aquella dictadura se alzó la figura de Don Juan de Borbón, que propugnaba la Monarquía de todos, una Monarquía parlamentaria que organizase la moderación en España frente a los dos extremismos que combatieron en la guerra incivil.
Luis María, no mientas, que es pecado.
El infante Juan trató por dos veces, dos, de unirse a las tropas de los alzados. Una, en agosto de 1936 en Somosierra; llegó a calarse la boina roja. El general Mola lo puso en la frontera. La segunda, en diciembre de 1936, cuando le escribió al general Franco, ya elegido jefe del Estado y generalísimo, para que le permitiese servir en un buque de guerra. Reproduzco el texto:
7 de diciembre de 1936.
Excmo. Sr. General Don Francisco Franco
Mi respetado general:
En forma tal vez impremeditada, cuando la guerra de España tenía sólo el carácter de una lucha interna, he intentado tomar parte en ella. Aunque me impulsaban sentimientos bien ajenos a la política, comprendo y respeto las razones que entonces movieron a las autoridades a impedir mi incorporación a las tropas.
Actualmente la lucha parece tomar, cada vez más, aspecto de una guerra contra enemigos exteriores, guerra en la que todos los buenos españoles de mi edad habrán podido hallar un puesto de combate. El deseo de hallarlo yo también, y en forma que aleje toda suspicacia, me mueve a someter a la benévola atención de V.E. mi aspiración.
Según noticias de prensa, se hallará pronto listo para hacerse a la mar el crucero Baleares, en el que podría prestar algún servicio útil, ya que he realizado mis estudios en la Escuela Naval británica, he navegado dos años en el crucero Enterprise, y he seguido luego el curso especial de artillería en el Iron Duke antes de abandonar la Marina inglesa. Yo me incorporaría directamente al buque, me abstendría en absoluto de desembarcar en puerto alguno español y desde luego le empeño mi palabra de que no recibiría ni aún a mis amigos personales.
Yo no sé, mi general, si al escribirle así infrinjo las normas protocolarias con que es usual dirigirse a un Jefe de Estado. Le ruego en todo caso disculpe el que confíe a su corazón de soldado este anhelo mío de servir a España al lado de mis compañeros.
Con mis votos más fervientes por que Dios le ayude en la noble empresa de salvar a España, le ruego acepte el testimonio del respeto con que se reitera a sus órdenes y muy afectuosamente e.s.m.
Juan de Borbón.
Que luego el pretendiente se enfadara con Franco porque no le entregó la corona al terminar la guerra es otra cosa, pero la realidad está ahí. Al menos, once Borbones murieron en esa guerra incivil y de la clase media, y Alfonso XIII se calificó a sí mismo de "soldado de Franco".
Pese a los devaneos del conde de Barcelona con Indalecio Prieto y José María Gil Robles, aquél mantenía las buenas relaciones con Franco, incluso con actos serviles. En septiembre de 1961 le envió el Toisón de Oro al Pardo con la siguiente dedicatoria:
al general victorioso en una guerra que más que civil lo fue contra el comunismo internacional.
Franco, que era un caballero y sabía historia y derecho, lo rechazó.
¡Y luego nos quejamos de la guerra de tebeo que presenta Público!
Para conocer al novelista
Reproduzco lo que escribió sobre él Emilio Campmany:
Yo, como no soy tan noble como Ansón, voy a decir lo que opino de él sin esperar a que se muera. Es un discreto director de periódicos, un mediocre periodista y un pésimo escritor. El que no escriba con faltas de ortografía como quien le acompañó en su ingreso en la Academia tan sólo le hace mejor que Juan Luis Cebrián, que eso y nada es lo mismo. Pero lo que importa es que, como persona, al buen hombre que fue Guillermo Luca de Tena no le llega a la altura del zapato.
Y Ramón Pérez-Maura:
Cuando el martes pasado murió Guillermo Luca de Tena ABC pidió a todos los ex directores del diario vivos una semblanza del difunto. Cuatro de ellos, que dejaron la dirección en condiciones quizá no idóneas, las redactaron con presteza y generosidad -uno de ellos, desdoblándose con el diario del grupo para el que ahora trabaja. El único que se negó fue el que cuando dejó de ser director de ABC -por propia voluntad- recibió del Patrón una generosa indemnización que no le correspondía legalmente, obtuvo la Dirección de ABC Cultural con una más que respetable retribución que sólo le animaba a pasarse por la redacción una vez a la semana -como el propio Guillermo Luca de Tena se vio obligado a relatar en el diario “El Mundo” el 13 de noviembre de 1998- y una silla en el Consejo de Administración de Prensa Española que ocupó en nombre de una sociedad anónima que sin duda había engordado mucho en los tres lustros anteriores.
Reproduzco lo que acaba de publicar en Periodista Digital con ese estilo tan de Jiménez Losantos pero que no deja de tener su gracia, aunque se le vea su indignación porque Ansón ha puesto en cuestión el régimen de Franco. Dice así:
Luis María Ansón presenta un Juan de Borbón de tebeo.
Luis María Ansón, novelista conocido por su imaginación desbordante sobre los Borbones y la España del siglo XX, quiere colocarnos su rollo, como el abuelo Cebolleta; en este caso que el infante Juan de Borbón y Battenberg fue un demócrata desde el vientre de su madre. Los hay que se resisten a la jubilación en vez de aceptar con dignidad el retiro.
Uno de los mayores responsables del imperio de la izquierda en España es el novelista Luis María Ansón. Desde el ABC hizo creer a la derecha en la superioridad intelectual de la izquierda y abrió las páginas del periódico a pensadores como Rafael Alberti y Marcelino Camacho. Él en el periodismo y Manuel Fraga en la política colaboraron en que Felipe González gobernase 14 años seguidos. Un ejemplo de lo que digo es su columnita del 19 de julio en El Mundo, titulada “Nunca más la guerra incivil”.
Primero, acepta la versión socialista de lo que fue el fascismo y la versión izquierdista española de que en España hubo fascistas.
Triunfó en la guerra incivil, después de tres años atroces, la dictadura de la clase media, el fascismo, con un caudillo mediocre al frente que, tras la victoria aliada en la Guerra Mundial, derivó su régimen totalitario hacia una dictadura militar pura y dura. España fue un país ocupado por su propio Ejército, dominado por un dictador que impuso sobre la nación la paz del cementerio y la inmovilidad de la piedra.
¿Cómo va a haber fascismo en un país en un régimen en el que todos, desde el jefe del Estado hasta el último gobernador civil, corrían a besar el anillo del cardenal primado?.
Y después su novela sobre el infante Juan de Borbón:
Frente a aquella dictadura se alzó la figura de Don Juan de Borbón, que propugnaba la Monarquía de todos, una Monarquía parlamentaria que organizase la moderación en España frente a los dos extremismos que combatieron en la guerra incivil.
Luis María, no mientas, que es pecado.
El infante Juan trató por dos veces, dos, de unirse a las tropas de los alzados. Una, en agosto de 1936 en Somosierra; llegó a calarse la boina roja. El general Mola lo puso en la frontera. La segunda, en diciembre de 1936, cuando le escribió al general Franco, ya elegido jefe del Estado y generalísimo, para que le permitiese servir en un buque de guerra. Reproduzco el texto:
7 de diciembre de 1936.
Excmo. Sr. General Don Francisco Franco
Mi respetado general:
En forma tal vez impremeditada, cuando la guerra de España tenía sólo el carácter de una lucha interna, he intentado tomar parte en ella. Aunque me impulsaban sentimientos bien ajenos a la política, comprendo y respeto las razones que entonces movieron a las autoridades a impedir mi incorporación a las tropas.
Actualmente la lucha parece tomar, cada vez más, aspecto de una guerra contra enemigos exteriores, guerra en la que todos los buenos españoles de mi edad habrán podido hallar un puesto de combate. El deseo de hallarlo yo también, y en forma que aleje toda suspicacia, me mueve a someter a la benévola atención de V.E. mi aspiración.
Según noticias de prensa, se hallará pronto listo para hacerse a la mar el crucero Baleares, en el que podría prestar algún servicio útil, ya que he realizado mis estudios en la Escuela Naval británica, he navegado dos años en el crucero Enterprise, y he seguido luego el curso especial de artillería en el Iron Duke antes de abandonar la Marina inglesa. Yo me incorporaría directamente al buque, me abstendría en absoluto de desembarcar en puerto alguno español y desde luego le empeño mi palabra de que no recibiría ni aún a mis amigos personales.
Yo no sé, mi general, si al escribirle así infrinjo las normas protocolarias con que es usual dirigirse a un Jefe de Estado. Le ruego en todo caso disculpe el que confíe a su corazón de soldado este anhelo mío de servir a España al lado de mis compañeros.
Con mis votos más fervientes por que Dios le ayude en la noble empresa de salvar a España, le ruego acepte el testimonio del respeto con que se reitera a sus órdenes y muy afectuosamente e.s.m.
Juan de Borbón.
Que luego el pretendiente se enfadara con Franco porque no le entregó la corona al terminar la guerra es otra cosa, pero la realidad está ahí. Al menos, once Borbones murieron en esa guerra incivil y de la clase media, y Alfonso XIII se calificó a sí mismo de "soldado de Franco".
Pese a los devaneos del conde de Barcelona con Indalecio Prieto y José María Gil Robles, aquél mantenía las buenas relaciones con Franco, incluso con actos serviles. En septiembre de 1961 le envió el Toisón de Oro al Pardo con la siguiente dedicatoria:
al general victorioso en una guerra que más que civil lo fue contra el comunismo internacional.
Franco, que era un caballero y sabía historia y derecho, lo rechazó.
¡Y luego nos quejamos de la guerra de tebeo que presenta Público!
Para conocer al novelista
Reproduzco lo que escribió sobre él Emilio Campmany:
Yo, como no soy tan noble como Ansón, voy a decir lo que opino de él sin esperar a que se muera. Es un discreto director de periódicos, un mediocre periodista y un pésimo escritor. El que no escriba con faltas de ortografía como quien le acompañó en su ingreso en la Academia tan sólo le hace mejor que Juan Luis Cebrián, que eso y nada es lo mismo. Pero lo que importa es que, como persona, al buen hombre que fue Guillermo Luca de Tena no le llega a la altura del zapato.
Y Ramón Pérez-Maura:
Cuando el martes pasado murió Guillermo Luca de Tena ABC pidió a todos los ex directores del diario vivos una semblanza del difunto. Cuatro de ellos, que dejaron la dirección en condiciones quizá no idóneas, las redactaron con presteza y generosidad -uno de ellos, desdoblándose con el diario del grupo para el que ahora trabaja. El único que se negó fue el que cuando dejó de ser director de ABC -por propia voluntad- recibió del Patrón una generosa indemnización que no le correspondía legalmente, obtuvo la Dirección de ABC Cultural con una más que respetable retribución que sólo le animaba a pasarse por la redacción una vez a la semana -como el propio Guillermo Luca de Tena se vio obligado a relatar en el diario “El Mundo” el 13 de noviembre de 1998- y una silla en el Consejo de Administración de Prensa Española que ocupó en nombre de una sociedad anónima que sin duda había engordado mucho en los tres lustros anteriores.
sábado, 23 de julio de 2011
viernes, 22 de julio de 2011
FELIPE BORBÓN Y LETIZIA ORTIZ EN ISRAEL (Por Patxi Zamora).
La miseria democrática del régimen monárquico español actual es el resultado de la herencia del genocidio franquista y de una transición tutelada por los poderes fácticos de la dictadura. Interlocutores extranjeros se sorprenden sobremanera cuando se les describe una democracia que mantiene tribunales especiales para los delitos políticos, ampara la tortura y a sus ejecutores, cierra medios de comunicación, ilegaliza partidos y todavía no ha conseguido invalidar los procesos contra las decenas de miles de ejecuciones sufridas tras el golpe de estado liderado por Franco.
El pasado 14 de abril, aniversario de la II República, acudí a uno de los actos realizados en honor de aquellos héroes sencillos que murieron por defender una democracia unida a los conceptos de igualdad, justicia y libertad. Se llevó a cabo en Sartaguda, pequeña localidad navarra conocida también como “el pueblo de las viudas” porque casi un 20% de los varones adultos fueron ejecutados “legalmente” por la “justicia” franquista. Encontré en Sartaguda a esas mujeres de pelo blanco y corazón rojo, con padres, tíos, abuelos y hermanos enterrados bajo el cemento democrático, víctimas del terrorismo más salvaje, que han sufrido decenios de escarnio público, hambre y miseria, a la par que silencio institucional, y observé cómo siguen levantando el puño, reivindicando las mismas ideas por las que tanto dolor les han inflingido.
Allí, en el cementerio de Sartaguda, en un acto en el que quien quería expresaba su opinión y estado de ánimo, surgió una declaración demoledora para cualquier persona con un mínimo sentido democrático. Un veterano militante antifascista enseñó un recorte de prensa en el que aparecían, con gesto compungido, Felipe Borbón y Leticia Ortiz, en su visita al museo del holocausto judío, durante el último viaje oficial a Israel. ¿No le dará vergüenza a este Borbón expresar su solidaridad y tristeza con el genocidio nazi, mientras jamás se ha solidarizado con las familias de las decenas de miles de ejecutados (3.300 en Navarra donde no hubo frente de guerra)?; ¿acaso no recuerda que lo fueron por orden de quién reinstauró la monarquía para su estirpe y que lo hizo en nombre de la “cruzada contra judíos, masones y comunistas”?
Es difícil alcanzar mayor grado de hipocresía, aunque se trata de la tónica argumental de la democracia española en la que, quienes más crímenes pretenden ocultar bajo el manto de un interesado olvido, son los que con mayor aplomo ofertan públicas lecciones de democracia. Estos facinerosos con terribles antecedentes, tienen la desvergüenza de otorgar el aprobado, suspender o exigir cuarentenas a otras formaciones políticas “en defensa de la democracia”, como estamos viendo que ocurre con los representantes de Sortu o Bildu, que realizó su primera intervención pública en Navarra durante este acto de Sartaguda. Pocos medios de comunicación se atreven a resaltar estas contradicciones entre el discurso y la práctica diaria de los dos partidos mayoritarios en el estado. Contradicciones que vuelven a destacar la relación entre el grave déficit democrático actual y el régimen anterior.
Como en todos los países que han padecido dictaduras, se ha pretendido que los que sufrieron perdonen, mientras que quienes cometieron los delitos y sus herederos –políticos y económicos- ni siquiera se han arrepentido. Como si no hubiera ocurrido, intentan borrar el pasado y sostienen, como la portavoz del PP, Soraya Saénz de Santamaría, que “la democracia no puede empatar con el terror”, afirmación que compartiríamos si no fuera porque, para este partido, el franquismo fue “una época de extraordinaria placidez”, Mayor Oreja dixit y, obviando el “terror” de la dictadura franquista, sólo pretenden defender su política de ilegalizaciones.
Los déficits democráticos que sufrimos son consecuencia de una época mal digerida que mantiene sus apestosos efluvios muy vigentes todavía. En aquellos años mataron selectivamente a lo mejor de una generación, más que en la Argentina de la Junta militar o en el Chile de Pinochet, mucho más que en Libia, en Siria o en Túnez. Treinta y seis años después de la muerte del “Caudillo” sigue habiendo miedo en muchos pueblos a recordar y no digamos a exigir resarcimiento. Miedo e intereses políticos y económicos tanto del PP como del PSOE. Por eso unos han inventado las teorías negacionistas del genocidio franquista y otros dan la callada por respuesta. Porque ambos pagarían una gran factura por asumir que la actual democracia no se basa en aquella república, ejemplo de avance social y aumento de las libertades para todos y todas, sino en un fascismo frailuno, de sotanas y militares, en el que los especuladores del capitalismo pusieron los pilares de sus actuales fortunas o apuntalaron las que ya poseían.
La factura de la libertad y el civismo republicano no hubiese regalado los bienes comunes para la manipulación privada ni consentiría a la iglesia católica inmiscuirse en los asuntos públicos, y tampoco hubiera permitido dejar al estado español como el que menos invierte en servicios sociales de toda Europa.
La factura democrática hubiera evitado que la propiedad privada se convirtiera en un derecho inviolable para los adinerados, constantemente vulnerado para quienes poseen menos recursos: pensionistas, parados, funcionarios, etc.
La factura republicana no hubiese avalado una transición, vigilada por los militares franquistas, cuyo estado de las autonomías niega de hecho la plurinacionalidad y el derecho a decidir de cada pueblo y favorece el unionismo pactado entre PP y PSOE, las dos caras de la misma falsa moneda.
Adaptando aquello de Rusiñol, “el franquismo es como el palo del gallinero, largo, pero lleno de mierda”, aunque tengo la certeza de que se caerá por su propio peso. Más pronto que tarde la fortaleza protofranquista debe comenzar a quebrarse y habrá que tener confianza en que los aires renovados, pero verdaderamente rupturistas, que soplan en Euskal Herria tengan un efecto multiplicador y nos conduzcan a una verdadera transición hacia la democracia.
El pasado 14 de abril, aniversario de la II República, acudí a uno de los actos realizados en honor de aquellos héroes sencillos que murieron por defender una democracia unida a los conceptos de igualdad, justicia y libertad. Se llevó a cabo en Sartaguda, pequeña localidad navarra conocida también como “el pueblo de las viudas” porque casi un 20% de los varones adultos fueron ejecutados “legalmente” por la “justicia” franquista. Encontré en Sartaguda a esas mujeres de pelo blanco y corazón rojo, con padres, tíos, abuelos y hermanos enterrados bajo el cemento democrático, víctimas del terrorismo más salvaje, que han sufrido decenios de escarnio público, hambre y miseria, a la par que silencio institucional, y observé cómo siguen levantando el puño, reivindicando las mismas ideas por las que tanto dolor les han inflingido.
Allí, en el cementerio de Sartaguda, en un acto en el que quien quería expresaba su opinión y estado de ánimo, surgió una declaración demoledora para cualquier persona con un mínimo sentido democrático. Un veterano militante antifascista enseñó un recorte de prensa en el que aparecían, con gesto compungido, Felipe Borbón y Leticia Ortiz, en su visita al museo del holocausto judío, durante el último viaje oficial a Israel. ¿No le dará vergüenza a este Borbón expresar su solidaridad y tristeza con el genocidio nazi, mientras jamás se ha solidarizado con las familias de las decenas de miles de ejecutados (3.300 en Navarra donde no hubo frente de guerra)?; ¿acaso no recuerda que lo fueron por orden de quién reinstauró la monarquía para su estirpe y que lo hizo en nombre de la “cruzada contra judíos, masones y comunistas”?
Es difícil alcanzar mayor grado de hipocresía, aunque se trata de la tónica argumental de la democracia española en la que, quienes más crímenes pretenden ocultar bajo el manto de un interesado olvido, son los que con mayor aplomo ofertan públicas lecciones de democracia. Estos facinerosos con terribles antecedentes, tienen la desvergüenza de otorgar el aprobado, suspender o exigir cuarentenas a otras formaciones políticas “en defensa de la democracia”, como estamos viendo que ocurre con los representantes de Sortu o Bildu, que realizó su primera intervención pública en Navarra durante este acto de Sartaguda. Pocos medios de comunicación se atreven a resaltar estas contradicciones entre el discurso y la práctica diaria de los dos partidos mayoritarios en el estado. Contradicciones que vuelven a destacar la relación entre el grave déficit democrático actual y el régimen anterior.
Como en todos los países que han padecido dictaduras, se ha pretendido que los que sufrieron perdonen, mientras que quienes cometieron los delitos y sus herederos –políticos y económicos- ni siquiera se han arrepentido. Como si no hubiera ocurrido, intentan borrar el pasado y sostienen, como la portavoz del PP, Soraya Saénz de Santamaría, que “la democracia no puede empatar con el terror”, afirmación que compartiríamos si no fuera porque, para este partido, el franquismo fue “una época de extraordinaria placidez”, Mayor Oreja dixit y, obviando el “terror” de la dictadura franquista, sólo pretenden defender su política de ilegalizaciones.
Los déficits democráticos que sufrimos son consecuencia de una época mal digerida que mantiene sus apestosos efluvios muy vigentes todavía. En aquellos años mataron selectivamente a lo mejor de una generación, más que en la Argentina de la Junta militar o en el Chile de Pinochet, mucho más que en Libia, en Siria o en Túnez. Treinta y seis años después de la muerte del “Caudillo” sigue habiendo miedo en muchos pueblos a recordar y no digamos a exigir resarcimiento. Miedo e intereses políticos y económicos tanto del PP como del PSOE. Por eso unos han inventado las teorías negacionistas del genocidio franquista y otros dan la callada por respuesta. Porque ambos pagarían una gran factura por asumir que la actual democracia no se basa en aquella república, ejemplo de avance social y aumento de las libertades para todos y todas, sino en un fascismo frailuno, de sotanas y militares, en el que los especuladores del capitalismo pusieron los pilares de sus actuales fortunas o apuntalaron las que ya poseían.
La factura de la libertad y el civismo republicano no hubiese regalado los bienes comunes para la manipulación privada ni consentiría a la iglesia católica inmiscuirse en los asuntos públicos, y tampoco hubiera permitido dejar al estado español como el que menos invierte en servicios sociales de toda Europa.
La factura democrática hubiera evitado que la propiedad privada se convirtiera en un derecho inviolable para los adinerados, constantemente vulnerado para quienes poseen menos recursos: pensionistas, parados, funcionarios, etc.
La factura republicana no hubiese avalado una transición, vigilada por los militares franquistas, cuyo estado de las autonomías niega de hecho la plurinacionalidad y el derecho a decidir de cada pueblo y favorece el unionismo pactado entre PP y PSOE, las dos caras de la misma falsa moneda.
Adaptando aquello de Rusiñol, “el franquismo es como el palo del gallinero, largo, pero lleno de mierda”, aunque tengo la certeza de que se caerá por su propio peso. Más pronto que tarde la fortaleza protofranquista debe comenzar a quebrarse y habrá que tener confianza en que los aires renovados, pero verdaderamente rupturistas, que soplan en Euskal Herria tengan un efecto multiplicador y nos conduzcan a una verdadera transición hacia la democracia.
miércoles, 20 de julio de 2011
Camps dimite y Mariano se felicita por ello (Los Genoveses).
Dentro de la trama gurteliana, el sainete de los trajes de gratis para Camps y otros 3 monosabios hoy ha dado un triple salto mortal sin red en el que Camps dimite, Mariano se felicita por ello y los otros 3 monosabios han quedado como verdaderos tolilis, dos admitiendo haber cometido cohecho mientras que el lince de Ricardo Costa se ha quedado con un pie fuera de la pista y con la cara de tipo sorprendente que normalmente le acompaña.
Habrá días, semanas y meses para que el sainete pueda comentarse con el detalle que este esperpento se merece. Hoy solo me quedo con el discurso de Camps anunciando su dimisión por España y por su Mariano, el mismo que está celebrando con un cohibas haberse quitado por un rato de su hombro a un tipo preso de un ataque de histeria y de terror escénico ante la que se le viene encima, financiación irregular del PP incluida.Os recomiendo que escuchéis su patética intervención (http://www.youtube.com/watch?v=bVrOjyhN2UU&feature=player_embedded#at=19). Alea jacta est.
Habrá días, semanas y meses para que el sainete pueda comentarse con el detalle que este esperpento se merece. Hoy solo me quedo con el discurso de Camps anunciando su dimisión por España y por su Mariano, el mismo que está celebrando con un cohibas haberse quitado por un rato de su hombro a un tipo preso de un ataque de histeria y de terror escénico ante la que se le viene encima, financiación irregular del PP incluida.Os recomiendo que escuchéis su patética intervención (http://www.youtube.com/watch?v=bVrOjyhN2UU&feature=player_embedded#at=19). Alea jacta est.
SER DE IZQUIERDAS O DE DERECHAS...
Una universitaria cursaba el último año de sus estudios en la Facultad. Como suele ser frecuente en el medio universitario, la chica pensaba que era de izquierdas y, como tal, estaba a favor de la distribución de la riqueza. Tenía vergüenza de su padre. Él era de derechas y estaba en contra de los programas socialistas.
La mayoría de sus profesores le habían asegurado que la de su padre era una filosofía equivocada. Por lo anterior, un día ella decidió enfrentarse a su éste. Le habló del materialismo histórico y la dialéctica de Marx tratando de hacerle ver cuán equivocado estaba al defender un sistema tan injusto.
Como que nada, como queriendo hablar de otra cosa, su padre le preguntó:
-¿Cómo van tus estudios universitarios?
-Van bien -respondió la hija, muy orgullosa y contenta-. Tengo una media 9, hasta ahora. Me cuesta bastante trabajo, no voy a las fiestas, no salgo, no tengo novio y duermo cinco horas al día, pero, por éso ando bastante bien, y voy a graduarme con seguridad.
Entonces el padre le pregunta: -Y a tu amiga Rosa , ¿cómo le va?
La hija respondió muy segura: -Bastante mal, Rosa no sé si se graduará porque no llega a un 6, (tiene 4 de media), pero ella se va a bailar, cubatas, pasea, crea partidos, fiesta que hay está presente, estudia lo mínimo, y falta bastante... no creo que se licencie, por lo menos no este año.
El padre, mirándola a los ojos, le respondió: -Entonces habla con tus profesores y pídeles que le transfieran 2,5 de los 9 puntos tuyos a ella. Esta sería una buena y equitativa distribución de notas porque así las dos tendrían 6.50 y aprobarían las materias.
Indignada, ella le respondió: -¡Estás loco? ¡Me rompo los codos para tener 9 de promedio! ¡Te parece justo que todo mi esfuerzo lo pasen a una gandula, que no se preocupa por su carrera, ni por su futuro! Aunque la persona con quien tendría que compartir mi sacrificio sea mi mejor amiga... ¡No pienso regalarle mi trabajo!
Su padre la abrazó cariñosamente y le dijo: ¡Bienvenida a la derecha!
Moraleja: Todos somos rápidos para repartir lo que es ajeno.
Pensamiento de A. Rogers (1931): "Todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin recibirlo...
El Gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a alguna otra persona.
Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso... mi querido amigo... ...es el fin de cualquier Nación. “No se puede multiplicar la riqueza dividiéndola”.
La mayoría de sus profesores le habían asegurado que la de su padre era una filosofía equivocada. Por lo anterior, un día ella decidió enfrentarse a su éste. Le habló del materialismo histórico y la dialéctica de Marx tratando de hacerle ver cuán equivocado estaba al defender un sistema tan injusto.
Como que nada, como queriendo hablar de otra cosa, su padre le preguntó:
-¿Cómo van tus estudios universitarios?
-Van bien -respondió la hija, muy orgullosa y contenta-. Tengo una media 9, hasta ahora. Me cuesta bastante trabajo, no voy a las fiestas, no salgo, no tengo novio y duermo cinco horas al día, pero, por éso ando bastante bien, y voy a graduarme con seguridad.
Entonces el padre le pregunta: -Y a tu amiga Rosa , ¿cómo le va?
La hija respondió muy segura: -Bastante mal, Rosa no sé si se graduará porque no llega a un 6, (tiene 4 de media), pero ella se va a bailar, cubatas, pasea, crea partidos, fiesta que hay está presente, estudia lo mínimo, y falta bastante... no creo que se licencie, por lo menos no este año.
El padre, mirándola a los ojos, le respondió: -Entonces habla con tus profesores y pídeles que le transfieran 2,5 de los 9 puntos tuyos a ella. Esta sería una buena y equitativa distribución de notas porque así las dos tendrían 6.50 y aprobarían las materias.
Indignada, ella le respondió: -¡Estás loco? ¡Me rompo los codos para tener 9 de promedio! ¡Te parece justo que todo mi esfuerzo lo pasen a una gandula, que no se preocupa por su carrera, ni por su futuro! Aunque la persona con quien tendría que compartir mi sacrificio sea mi mejor amiga... ¡No pienso regalarle mi trabajo!
Su padre la abrazó cariñosamente y le dijo: ¡Bienvenida a la derecha!
Moraleja: Todos somos rápidos para repartir lo que es ajeno.
Pensamiento de A. Rogers (1931): "Todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, otra persona deberá haber trabajado para ello, pero sin recibirlo...
El Gobierno no puede entregar nada a alguien, si antes no se lo ha quitado a alguna otra persona.
Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porque la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas, y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso... mi querido amigo... ...es el fin de cualquier Nación. “No se puede multiplicar la riqueza dividiéndola”.
martes, 19 de julio de 2011
Calidad democrática, participación y consultas populares (Blog de Josu Erkoreka).
Las consideraciones críticas sobre la calidad de la democracia española pertenecían, hasta hace muy poco tiempo, al dominio casi exclusivo del nacionalismo vasco. Rara vez se escuchaban tachas o descalificaciones del modelo constitucional español o de su plasmación práctica, procedentes de otros colectivos o entornos políticos.
Existían -no lo niego- pero eran pocas y poco audibles. Lo habitual era más bien lo contrario: que frente a los reproches que emanaban del nacionalismo vasco -cada vez que denunciaba la baja calidad de la democracia española poniendo al descubierto la legislación restrictiva de derechos, las ilegalizaciones de partidos políticos, los cierres de periódicos, la inexistencia de un modelo de auténtica división de poderes o las magras garantías que amparan a los detenidos en el marco de la legislación antiterrorista- se cerrasen filas en torno a la consigna de que la transición fue modélica y de que el rendimiento actual de la democracia española se sitúa en niveles homologables a los que cualquier otro país de la órbita occidental.
Pero en cuestión de semanas, lo que hasta ayer era un fenómeno casi exclusivo del nacionalismo vasco, se ha convertido en un lugar común compartido, al parecer, por amplísimas capas de población. Todo el mundo parece admitir ahora que la democracia española tiene fallas, defectos y lagunas. Que es mejorable, vamos. Algunos -que han contado, por cierto, con un extraordinario respaldo mediático- hasta han llegado a sostener que la democracia española no es una democracia real. Ahí es nada. Más aún, los mismos que hasta ayer rechazaban con aspavientos muy aparentes los ecos procedentes de Euskadi que hablaban, en tono crítico, de la baja calidad de la democracia española, parecen dispuestos ahora a promover un intenso plan de reformas para retocarlo casi todo: la participación ciudadana, el sistema electoral, los derechos fundamentales, la división de poderes, etcétera.
Resulta sumamente curioso observar la facilidad y rapidez con la que determinados debates que hasta ayer estaban proscritos y hasta anatematizados, se han situado hoy en el corazón mismo de la atención pública. Ayer no eran más que una coartada al servicio de los antisistema y los terroristas. Hoy, son la expresión más pulcra de la corrección política, que debe “escuchar” lo que pide el pueblo.
Personalmente, me ha llamado la atención la importancia que, de súbito, ha adquirido la problemática de la participación política. Se piden listas electorales abiertas, como si estas fueran la panacea, cuando se debería saber que las listas abiertas están vigentes para el Senado, desde 1977, sin que los resultados registrados en las urnas desde entonces, permitan sostener que han sido utilizadas consciente y activamente por los ciudadanos para hacer valer sus preferencias personales frente a las pulsiones impositivas de la partitocracia.
La generalizada aceptación que de repente han adquirido las consultas populares resulta más sorprendente aún. Durante los últimos años, las consultas populares, como mecanismo de participación de los ciudadanos en las decisiones públicas, eran reputadas, en las terminales políticas hispánicas, como una especie de cantinela caprichosa del nacionalismo vasco. La Ley de Consulta aprobada por el Parlamento vasco en verano de 2008 fue recibida como si hubiera sido un espíritu inmundo habitado por satanás y necesitado de exorcismo. Basta echar un vistazo a la hemeroteca de aquel período, para recordar lo que tirios y troyanos pontificaron en su contra. Más aún, el PP de la mayoría absoluta de Aznar llegó a aprobar en diciembre de 2003 y pensando, sin duda, en la persona del Lehendakari Ibarretxe, una reforma del Código Penal que tenía por objeto tipificar como delito la convocatoria de consultas populares sin autorización del Gobierno central.
En aquel momento, las consultas populares eran, para una buena parte del imaginario político español, poco menos que el punto ígneo del que emana el fuego del infierno. Aquella consulta popular que organizó el Ayuntamiento de Treviño en marzo de 1998 fue demonizada por la corrección política hispana con los epítetos más despectivos. A poco que se repasen, se puede comprobar que los titulares de la época son atronadores. En resumen: hasta ayer, las consultas populares -la suprema expresión de las técnicas de participación de los ciudadanos en las decisiones públicas- no gozaban, que se diga, de muy buena prensa en España. Y cuando se planteaban en Euskadi eran, sencillamente, anatema.
Recuerdo que para aliviar la carga acusatoria que pesaba sobre ellas en la época en la que más intensamente fueron reivindicadas por el Gobierno vasco, el Instituto Vasco de Administración Pública editó un libro escrito por los profesores catalanes Jaume López y Ferrán Requejo, en el que se analizaba un amplio cuadro de experiencias comparadas de democracia directa. Se trataba de demostrar que estas técnicas de participación ciudadana no eran tan extrañas en los países de tradición democrática como se nos pretendía hacer creer. El libro registra 185 refrendos celebrados en 12 países diferentes entre 1995 y 2007. No parece necesario recordar que la obra fue absolutamente ignorada y marginada. Era mejor enterrarla. No interesaba.
Por eso sorprende que, desde el 15 de mayo, el debate sobre la participación ciudadana y su articulación a través de las técnicas de consulta popular, haya recibido una acogida tan calurosa por parte del público, la prensa, los tertulianos y los creadores de opinión. Hasta el Tribunal Constitucional se ha avenido a dictar una sentencia, que estaba pendiente desde diciembre de 2003, en la que viene a postular que aquella reforma del Código Penal que se pensó para encarcelar al Lehendakari Ibarretxe si incurría en la osadía de convocar una consulta popular sin la autorización del Gobierno central, se aprobó, en la cámara alta, en abierta vulneración del derecho fundamental de los senadores a ejercer su función representativa en igualdad de condiciones. ¡Qué bien hubiera venido esa sentencia en el momento en el que fue reclamada y no 11 años más tarde!
Existían -no lo niego- pero eran pocas y poco audibles. Lo habitual era más bien lo contrario: que frente a los reproches que emanaban del nacionalismo vasco -cada vez que denunciaba la baja calidad de la democracia española poniendo al descubierto la legislación restrictiva de derechos, las ilegalizaciones de partidos políticos, los cierres de periódicos, la inexistencia de un modelo de auténtica división de poderes o las magras garantías que amparan a los detenidos en el marco de la legislación antiterrorista- se cerrasen filas en torno a la consigna de que la transición fue modélica y de que el rendimiento actual de la democracia española se sitúa en niveles homologables a los que cualquier otro país de la órbita occidental.
Pero en cuestión de semanas, lo que hasta ayer era un fenómeno casi exclusivo del nacionalismo vasco, se ha convertido en un lugar común compartido, al parecer, por amplísimas capas de población. Todo el mundo parece admitir ahora que la democracia española tiene fallas, defectos y lagunas. Que es mejorable, vamos. Algunos -que han contado, por cierto, con un extraordinario respaldo mediático- hasta han llegado a sostener que la democracia española no es una democracia real. Ahí es nada. Más aún, los mismos que hasta ayer rechazaban con aspavientos muy aparentes los ecos procedentes de Euskadi que hablaban, en tono crítico, de la baja calidad de la democracia española, parecen dispuestos ahora a promover un intenso plan de reformas para retocarlo casi todo: la participación ciudadana, el sistema electoral, los derechos fundamentales, la división de poderes, etcétera.
Resulta sumamente curioso observar la facilidad y rapidez con la que determinados debates que hasta ayer estaban proscritos y hasta anatematizados, se han situado hoy en el corazón mismo de la atención pública. Ayer no eran más que una coartada al servicio de los antisistema y los terroristas. Hoy, son la expresión más pulcra de la corrección política, que debe “escuchar” lo que pide el pueblo.
Personalmente, me ha llamado la atención la importancia que, de súbito, ha adquirido la problemática de la participación política. Se piden listas electorales abiertas, como si estas fueran la panacea, cuando se debería saber que las listas abiertas están vigentes para el Senado, desde 1977, sin que los resultados registrados en las urnas desde entonces, permitan sostener que han sido utilizadas consciente y activamente por los ciudadanos para hacer valer sus preferencias personales frente a las pulsiones impositivas de la partitocracia.
La generalizada aceptación que de repente han adquirido las consultas populares resulta más sorprendente aún. Durante los últimos años, las consultas populares, como mecanismo de participación de los ciudadanos en las decisiones públicas, eran reputadas, en las terminales políticas hispánicas, como una especie de cantinela caprichosa del nacionalismo vasco. La Ley de Consulta aprobada por el Parlamento vasco en verano de 2008 fue recibida como si hubiera sido un espíritu inmundo habitado por satanás y necesitado de exorcismo. Basta echar un vistazo a la hemeroteca de aquel período, para recordar lo que tirios y troyanos pontificaron en su contra. Más aún, el PP de la mayoría absoluta de Aznar llegó a aprobar en diciembre de 2003 y pensando, sin duda, en la persona del Lehendakari Ibarretxe, una reforma del Código Penal que tenía por objeto tipificar como delito la convocatoria de consultas populares sin autorización del Gobierno central.
En aquel momento, las consultas populares eran, para una buena parte del imaginario político español, poco menos que el punto ígneo del que emana el fuego del infierno. Aquella consulta popular que organizó el Ayuntamiento de Treviño en marzo de 1998 fue demonizada por la corrección política hispana con los epítetos más despectivos. A poco que se repasen, se puede comprobar que los titulares de la época son atronadores. En resumen: hasta ayer, las consultas populares -la suprema expresión de las técnicas de participación de los ciudadanos en las decisiones públicas- no gozaban, que se diga, de muy buena prensa en España. Y cuando se planteaban en Euskadi eran, sencillamente, anatema.
Recuerdo que para aliviar la carga acusatoria que pesaba sobre ellas en la época en la que más intensamente fueron reivindicadas por el Gobierno vasco, el Instituto Vasco de Administración Pública editó un libro escrito por los profesores catalanes Jaume López y Ferrán Requejo, en el que se analizaba un amplio cuadro de experiencias comparadas de democracia directa. Se trataba de demostrar que estas técnicas de participación ciudadana no eran tan extrañas en los países de tradición democrática como se nos pretendía hacer creer. El libro registra 185 refrendos celebrados en 12 países diferentes entre 1995 y 2007. No parece necesario recordar que la obra fue absolutamente ignorada y marginada. Era mejor enterrarla. No interesaba.
Por eso sorprende que, desde el 15 de mayo, el debate sobre la participación ciudadana y su articulación a través de las técnicas de consulta popular, haya recibido una acogida tan calurosa por parte del público, la prensa, los tertulianos y los creadores de opinión. Hasta el Tribunal Constitucional se ha avenido a dictar una sentencia, que estaba pendiente desde diciembre de 2003, en la que viene a postular que aquella reforma del Código Penal que se pensó para encarcelar al Lehendakari Ibarretxe si incurría en la osadía de convocar una consulta popular sin la autorización del Gobierno central, se aprobó, en la cámara alta, en abierta vulneración del derecho fundamental de los senadores a ejercer su función representativa en igualdad de condiciones. ¡Qué bien hubiera venido esa sentencia en el momento en el que fue reclamada y no 11 años más tarde!
lunes, 18 de julio de 2011
PASAR "DE PUNTILLAS"... 75 AÑOS DESPUÉS.
La Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica pidió una reprobación del franquismo por lo que hoy, lunes, 18 de julio, cuando se cumple el 75º aniversario del golpe de Estado franquista, el Congreso de los Diputados condenará a través de una declaración institucional la sublevación militar de 1936.
Según explica el Diario Público, no será una reprobación explícita del franquismo, pero sí una condena unánime del acontecimiento que dio comienzo a la Guerra Civil. Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya Verds presentaron el jueves el texto de condena ante la Junta de Portavoces extraordinaria, que se celebró en el Congreso después del Pleno. Todos los grupos apoyaron la propuesta. Ningún grupo vetó la propuesta, según fuentes parlamentarias, por lo que la declaración institucional será leída durante la sesión de hoy.
La imposición de un régimen totalitario: El texto expresa que en el 75º aniversario del inicio de la Guerra Civil, “nadie puede sentirse legitimado”, como ocurrió en 1936, “para utilizar la violencia con la finalidad de imponer sus convicciones políticas y establecer regímenes totalitarios contrarios a la libertad y a la dignidad de todos los ciudadanos”. O sea, "pasar de puntillas" ya que una reprobación en toda regla, supondría censurar los hechos pasados tanto en la Guerra Civil, el régimen totalitario y antidemocrático del general golpista Franco y, por ende, todas y cada una de sus actuaciones, incluída el nombramiento de sucesor, Juan Carlos Borbón.
Condena y repulsa: Estas prácticas, que fueron las que llevaron a los franquistas al poder, merecen según el texto “la condena y repulsa de la sociedad democrática” y, "argumentando" la convivencia democrática, la declaración institucional considera “conveniente” para la “convivencia democrática” que se mantenga “el espíritu de concordia y de reconciliación que presidió la elaboración de la Constitución de 1978 y que facilitó el tránsito pacífico de la dictadura a la democracia”. ENTIÉNDASE, EL ADVENIMIENTO DE UNA MONARQUÍA NO ELEGIDA POR NADIE SINO IMPUESTA POR EL GENOCIDA FRANCISCO FRANCO.
Desde algunas fuentes parlamentarias explicaron que el texto, es “casi idéntico” al de la iniciativa que salió adelante en la Comisión Constitucional del Congreso en 2002 y que contó con el respaldo de todos los grupos, incluido el PP. El objetivo de esta iniciativa es que “ningún grupo” en clara alusión al PP se niegue, nueve años después, a respaldar esta nueva iniciativa.
Aún con todo, esas fuentes parlamentarias precisan que el presidente del Congreso, José Bono, realizará “pequeñas modificaciones” del texto, aunque no afectarán al principal mensaje de la propuesta, que es “denunciar la represión y el uso de la fuerza durante la dictadura”.
En cuanto a la exigencia de la Asociación de la Memoria Histórica, IU e ICV responden con su iniciativa a la petición que registró el mes pasado dicha Asociación (ARMH), que exigió una condena del Congreso al franquismo, así como “un acto de reparación con las víctimas de la dictadura”.
Lo dicho, un mero trámite vergonzoso y vergonzante... algo que no ha ocurrido en ningún País "civilizado"; Un mero trámite de "andar por casa" y quitarlo de encima cuanto antes. Lo dicho, no hacer mucho ruído para no cuestionar a "Su Majestad". Sabido es que ni a socialistas ni a populares están por la labor, o, dicho de otra forma, ni a sociatas ni a fachas interesa lo más mínimo. PATÉTICO.
Según explica el Diario Público, no será una reprobación explícita del franquismo, pero sí una condena unánime del acontecimiento que dio comienzo a la Guerra Civil. Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya Verds presentaron el jueves el texto de condena ante la Junta de Portavoces extraordinaria, que se celebró en el Congreso después del Pleno. Todos los grupos apoyaron la propuesta. Ningún grupo vetó la propuesta, según fuentes parlamentarias, por lo que la declaración institucional será leída durante la sesión de hoy.
La imposición de un régimen totalitario: El texto expresa que en el 75º aniversario del inicio de la Guerra Civil, “nadie puede sentirse legitimado”, como ocurrió en 1936, “para utilizar la violencia con la finalidad de imponer sus convicciones políticas y establecer regímenes totalitarios contrarios a la libertad y a la dignidad de todos los ciudadanos”. O sea, "pasar de puntillas" ya que una reprobación en toda regla, supondría censurar los hechos pasados tanto en la Guerra Civil, el régimen totalitario y antidemocrático del general golpista Franco y, por ende, todas y cada una de sus actuaciones, incluída el nombramiento de sucesor, Juan Carlos Borbón.
Condena y repulsa: Estas prácticas, que fueron las que llevaron a los franquistas al poder, merecen según el texto “la condena y repulsa de la sociedad democrática” y, "argumentando" la convivencia democrática, la declaración institucional considera “conveniente” para la “convivencia democrática” que se mantenga “el espíritu de concordia y de reconciliación que presidió la elaboración de la Constitución de 1978 y que facilitó el tránsito pacífico de la dictadura a la democracia”. ENTIÉNDASE, EL ADVENIMIENTO DE UNA MONARQUÍA NO ELEGIDA POR NADIE SINO IMPUESTA POR EL GENOCIDA FRANCISCO FRANCO.
Desde algunas fuentes parlamentarias explicaron que el texto, es “casi idéntico” al de la iniciativa que salió adelante en la Comisión Constitucional del Congreso en 2002 y que contó con el respaldo de todos los grupos, incluido el PP. El objetivo de esta iniciativa es que “ningún grupo” en clara alusión al PP se niegue, nueve años después, a respaldar esta nueva iniciativa.
Aún con todo, esas fuentes parlamentarias precisan que el presidente del Congreso, José Bono, realizará “pequeñas modificaciones” del texto, aunque no afectarán al principal mensaje de la propuesta, que es “denunciar la represión y el uso de la fuerza durante la dictadura”.
En cuanto a la exigencia de la Asociación de la Memoria Histórica, IU e ICV responden con su iniciativa a la petición que registró el mes pasado dicha Asociación (ARMH), que exigió una condena del Congreso al franquismo, así como “un acto de reparación con las víctimas de la dictadura”.
Lo dicho, un mero trámite vergonzoso y vergonzante... algo que no ha ocurrido en ningún País "civilizado"; Un mero trámite de "andar por casa" y quitarlo de encima cuanto antes. Lo dicho, no hacer mucho ruído para no cuestionar a "Su Majestad". Sabido es que ni a socialistas ni a populares están por la labor, o, dicho de otra forma, ni a sociatas ni a fachas interesa lo más mínimo. PATÉTICO.
domingo, 17 de julio de 2011
La Segunda República y el revisionismo (Por Edward Malefakis).
A pesar de los ataques de aquellos que, como Pío Moa, ofrecen hoy una versión aligerada del argumentario franquista, la Segunda República fue un régimen democrático del que el Estado español debe sentirse orgulloso.
Celebró elecciones honradas y acercó el Gobierno al Pueblo y a las distintas regiones. Convirtió España en el primer país de mayoría católica que permitió el sufragio femenino.
Antes de que terminara el régimen de Franco en 1975, escaseaba, por razones evidentes, el debate público sobre el carácter de la Segunda República española y su grado de responsabilidad en el estallido de la Guerra Civil. De acuerdo con la ideología impuesta por la dictadura, la República había sido una catástrofe, la culminación de la larga historia de degeneración que había caracterizado a España durante los siglos XIX y XX, desde la desgraciada aparición del liberalismo con la Constitución de Cádiz en 1912. Aunque la República tuvo un comienzo más o menos aceptable, proseguía el argumento, pronto se vio superada por una mezcla de separatismo regional, radicalismo social y violento anticlericalismo que destruyó cualquier perspectiva prometedora.
La crisis de la República se agudizó después de octubre de 1934, cuando los socialistas, hasta entonces moderados, pusieron en marcha una revolución sangrienta en Asturias, secundada por la Generalitat catalana, que proclamó su independencia. España se deslizó aún más hacia el caos cuando la coalición del Frente Popular ganó, por estrecho margen, las elecciones de febrero de 1936. Dicha victoria dio un poder sin precedentes a los grupos obreros y les permitió dominar de facto a sus aliados de clase media en los gabinetes que gobernaban España y que sólo eran republicanos en teoría. Según esta interpretación, el resultado fueron varios meses de huelgas, invasiones de explotaciones agrarias, batallas callejeras, quemas de iglesias y asesinatos políticos, que el gobierno del Frente Popular no quiso o no pudo controlar. La situación en España recordaba a la de Rusia en 1917, y su resultado habría sido similar: la caída del gobierno elegido a manos de los extremistas radicales, seguida de una revolución social a gran escala y la imposición de una dictadura del proletariado.
En los últimos años de la dictadura, los especialistas cuestionaron cada vez más esta línea argumental. Durante la transición a la democracia se fue sustituyendo por una valoración generalmente positiva de la República, que subrayaba sus virtudes y lamentaba la insurrección militar que la había destruido. Por primera vez, la imagen de la República en España estaba en consonancia con la que había predominado en la mayor parte del mundo exterior desde el final de la Guerra Civil, en parte debido a los sentimientos de culpa por haber abandonado a los republicanos a merced de Franco y sus aliados fascistas durante el conflicto.
Durante los años noventa, como reacción a este nuevo consenso favorable, Pío Moa y otros historiadores aficionados, entre ellos César Vidal, lanzaron una campaña revisionista que adquirió enorme fuerza, pese a que se limitaba a reciclar los argumentos de los propagandistas de Franco en una versión más moldeable. Aparte de Stanley Payne, no les respaldó ningún historiador profesional importante. No obstante, el revisionismo prosperó durante más de una década, desde 1990, año de publicación del tratado fundamental de Moa, hasta 2006, cuando sus argumentos principales quedaron desacreditados por la avalancha de literatura producida por la conmemoración conjunta de los dos aniversarios, el 70º del comienzo de la guerra y el 75º de la proclamación de la República. Las obras publicadas entonces establecieron de forma inequívoca un punto fundamental: que las declaraciones de Franco y sus acólitos sobre lo catastrófico de la situación reflejaban más la paranoia de sus propulsores que la realidad.
En realidad, confirmó la literatura de 2006, la revolución social de 1936 no precedió sino que siguió a la insurrección militar. Lo mismo ocurrió con la desintegración del Estado y la sociedad. Igual que en la fábula de Hans Christian Andersen, en cuanto alguien gritó: "El emperador va desnudo", el espejismo franquista y revisionista se hizo añicos. Esta es una lección que debemos tener en cuenta siempre que hablemos de historia y casi en cualquier otro aspecto de la vida.
La desaparición de la escuela revisionista de Moa dejó paso a la aparición gradual de lo que yo denomino neorrevisionismo. Algunos de sus elementos existían desde hacía mucho en forma embrionaria, pero ahora empezaron a articularse con más claridad. El neorrevisionismo pone en entredicho el prestigio mundial de la República de forma más indirecta y moderada. Es además un movimiento mucho más difuso que el revisionismo de Moa. No tiene un líder claro, ningún canon escrito ni una narración histórica definida. Sin embargo, a pesar de ese carácter indirecto, moderado y difuso, tiene posibilidad de convertirse en un poderoso movimiento historiográfico, una posibilidad que tal vez esté empezando ya a hacerse realidad.
¿Cuál es la manera más fácil de distinguir a los neorrevisionistas de los revisionistas? Fundamentalmente, que no propugnan las perspectivas catastrofistas que caracterizaban al franquismo-moaísmo. Tampoco las rechazan del todo, sino que prefieren permanecer neutrales o callados al respecto. Otro rasgo distintivo es que, mientras que todos los revisionistas utilizaban más o menos los mismos argumentos, y se diferenciaban sobre todo por la intensidad con la que los expresaban, los neorrevisionistas se dividen en dos corrientes de pensamiento estrechamente relacionadas pero diferentes. En líneas generales, la más antigua de estas dos corrientes se remonta a hace varios decenios y consiste en lo que podría llamarse una interpretación "purista" o "puritana". Su base es que, si bien es posible que la República no fuera tan catastrófica para España ni mereciera la insurrección militar que desencadenó la Guerra Civil, su destrucción no es algo que haya que lamentar, porque nunca fue el magnífico modelo de democracia que aseguraban sus partidarios, sino una pseudodemocracia con graves fallos que violóc onstantemente los principios democráticos más esenciales con la persecución injusta de sus adversarios, en especial mediante la censura frecuente y el cierre de sus publicaciones. Su carácter antidemocrático quedó demostrado de manera concluyente con la revolución de octubre de 1934, cuando los socialistas y sus aliados pretendieron derrocar al gobierno elegido democráticamente e imponer otro escogido por ellos.
La segunda línea de pensamiento neorrevisionista, más moderna, podría llamarse la corriente "comparativista". Subraya el contraste entre la transición democrática que se produjo en España a partir de 1975, pacífica y fructífera, y la historia conflictiva, con su desastre consiguiente, de la República, en un nuevo intento de demostrar que la República no fue tan buena como mantienen sus defensores. Ambas líneas de argumentación son a primera vistaconvincentes, pero no soportan un examen detallado.
Para empezar por la interpretación puritana, no cabe duda de que la República tuvo mil fallos y, en ocasiones, se comportó de manera antidemocrática. La revolución de octubre de 1934, en especial, fue una absoluta catástrofe, que dañó gravemente las credenciales democráticas del régimen y sentó un precedente que los conspiradores militares de 1936 pudieron utilizar para justificar su propia insurrección. Aunque hubiera triunfado, la revolución de octubre habría tenido consecuencias desastrosas para la democracia española. No puede librarse de nuestra másmerecida condena. Lo único que podemos hacer es tratar de entender sus motivos situándola en el contexto de su época. Los años treinta del siglo XX fueron una de las tres o cuatro décadas más conflictivas de toda la historia de Europa, solo comparable a algún periodo durante las guerras de religión de los siglos XVI y XVII, o a la época de la Revolución Francesa y Napoleón.
En los años treinta, Europa estaba desgarrada por una guerra civil ideológica entre fascismo, comunismo y democracia. En octubre de 1934, parecía que estaban venciendo las fuerzas fascistas, que acababan de destruir dos grandes democracias europeas, la alemana y la austriaca, en ambos casos por medios pacíficos y legales. ¿Era posible que el gobierno centrista de España siguiera el mismo rumbo, dado el creciente poder de los elementos de derechas dentro de él? Es decir, la revolución de octubre fue, en parte, reflejo del miedo, pero también de la fuerza permanente del mito revolucionario en los círculos proletarios, la idea de que las masas podían con todo si se levantaban unidas.
Si es imposible disculpar por completo la revolución de octubre, es más fácil rechazar las otras acusaciones de los neorrevisionistas. Ningún régimen democrático de la historia ha estado jamás completamente libre de desviaciones ocasionales. El grado de perfección democrática depende no solo de la voluntad de sus dirigentes sino también de los retos que afronta. En épocas sin turbulencias, cuando la sociedad está tranquila y hay pocos problemas urgentes que exijan solución, es relativamente fácil seguir los lentos procedimientos legales que constituyen el corazón de cualquier democracia genuina, ya sea parlamentaria o presidencialista. Ahora bien, cuando la situación es la contraria, como ocurría en los años treinta, los gobiernos tratan casi siempre de encontrar atajos para alcanzar sus objetivos y tienden a favorecer a sus amigos y marginar a sus enemigos. Por tanto, al evaluar las credenciales democráticas de cualquier régimen, es preciso tener en cuenta tanto sus actos discutibles como sus iniciativas positivas y creativas.
La República, sin duda, censuró y cerró la prensa opositora en varias ocasiones, pero también construyó la primera democracia auténtica de España. ¿Cómo lo logró? En primer lugar, con la celebración de elecciones honradas, libres de las prácticas caciquistas que las habían corrompido en tiempos de la monarquía. Segundo, ampliando enormemente el electorado, sobre todo al convertir España en el primer país de mayoría católica que permitió el sufragio femenino. En tercer lugar, la República acercó el gobierno al pueblo al darle más dimensión a los gobiernos regionales. Cuarto, insistió en que todas las leyes importantes fueran aprobadas por el parlamento, y dejó los decretos para situaciones muy infrecuentes, de emergencia. Quinto, la República destruyó o debilitó las instituciones extraparlamentarias, los círculos cortesanos y el ejército, que en el pasado habían anulado tan a menudo las iniciativas democráticas. Desde esta perspectiva más equilibrada, la balanza se inclina claramente hacia la idea de que fue un régimen excepcionalmente democrático. Hay que ser verdaderamente puritano para pensar lo contrario.
La rama "comparativista" del neorrevisionismo dice muchas verdades, pero al mismo tiempo se olvida de otras igual de importantes. A pesar de las dudas que surgen de manera periódica en algunos sectores, me parece ridículo negar el éxito extraordinario de la transición española a la democracia. Es el hecho que habla más en favor de España en todo el siglo XX, y se ha convertido, con razón, en el modelo de todas las transiciones de regímenes autoritarios a democracias en el mundo. Sería una tontería debatir los méritos respectivos de los grandes dirigentes republicanos -Azaña y Prieto? y los de los máximos responsables del éxito de la Transición: el rey Juan Carlos, Adolfo Suárez y Felipe González.
Sin embargo, existen otros dos factores mucho más importantes. El primero es que resulta engañoso evaluar a una persona sin tener en cuenta el contexto en el que vivió. El segundo es que es preciso comparar todos los aspectos de los dos regímenes, no sólo los más convenientes para el argumento que deseamos defender. Por consiguiente, no debemos obsesionarnos tanto por la distinta suerte que corrieron como para olvidar que, bajo la superficie, ambos tuvieron un espíritu muy similar. Todas las cosas que aportó la Transición -más democracia, más igualdad social, modernización cultural, etcétera? habían sido también objetivos fundamentales de la República. Es más, resulta difícil pensar en un logro importante de la Transición que no tuviera parte de sus raíces en la República.
Ahora bien, si la República y la Transición tuvieron muchas semejanzas, sus épocas respectivas no pudieron ser más distintas. Como ya he dicho, los años treinta fueron uno de los periodos más turbulentos de la historia de Europa. Por el contrario, los años setenta y ochenta fueron tranquilos y decididos. Además, las condiciones también habían cambiado drásticamente en España y en varias de sus principales instituciones. En los años treinta, el Ejército conservaba sus tradiciones pretorianas decimonónicas e intervenía sin cesar en la política. Los movimientos obreros estaban aún poseídos por diversas mitologías revolucionarias, sobre todo los anarcosindicalistas, el movimiento más amplio, pero también, cada vez más, los socialistas, que eran los segundos.
Los comunistas, aunque eran minoritarios, eran violentamente antirrepublicanos hasta que Moscú les ordenó adoptar la estrategia del frente Popular en 1935. En la derecha, los partidos más amplios no eran claramente revolucionarios -aunque los radicales empezaron a abrirse camino en ellos a partir de 1934-, pero varios partidos monárquicos de escasa importancia conspiraron para derrocar la República. Y luego estaba la Falange, todavía pequeña, pero que iba creciendo. La Iglesia Católica, hasta Juan XXIII, fue siempre rígida en cuestiones de doctrina, y no quería aceptar ninguna disminución del inmenso poder que había acumulado a lo largo de los siglos.
La economía española estaba en peor situación que nunca, debido a la Gran Depresión. La industria y los servicios no estaban desarrollados. Algo más de la mitad de la población seguía trabajando en el campo. Aproximadamente dos terceras partes de las mujeres adultas eran analfabetas. La situación internacional era amenazadora, y Mussolini hacía todo lo posible para desestabilizar la República.
El contraste con la situación en la que prosperó la Transición es enorme. A mitad de los años setenta, España era una de las naciones más avanzadas del mundo. El analfabetismo y el hambre estaban erradicados. Todas las instituciones fundamentales habían experimentado una evolución positiva. El Ejército ya no era pretoriano, sino que aceptaba la primacía del poder civil. Las organizaciones obreras habían abandonado sus viejos mitos revolucionarios. El catolicismo posterior al Concilio Vaticano II era menos rígido en los dogmas y estaba dispuesto a negociar un debilitamiento gradual de algunos de sus viejos privilegios. Como consecuencia, el feroz anticlericalismo de otros tiempos también se desvaneció. La monarquía desempeñó un papel crucial en el restablecimiento de la democracia, por lo que el republicanismo perdió su carácter sectario.
En resumen, dos contextos extraordinariamente distintos. Poner en tela de juicio la reputación de la República sobre esa base es tan absurdo como sería denigrar la República de Weimar porque tuvo menos éxito que la Alemania de Angela Merkel. La República fracasó o fue destruida, pero también lo fueron casi todos los demás elementos humanos y progresistas en los años treinta. Como es cada vez más evidente, España no es tan diferente como creíamos; en general, se ajusta a los modelos generales. En relación con el tema del que tratamos aquí, ya indiqué por primera vez hace 30 años que el índice de mortalidad de las repúblicas recién nacidas durante el periodo de entreguerras fue asombrosamente alto.
De las 20 repúblicas que surgieron en Europa entre 1918 y 1931, solo una, la irlandesa, sobrevivió hasta la madurez. Las otras 19 fueron barridas o se autodestruyeron. Una vez más, el contraste con los años setenta y ochenta es tremendo. De las nuevas democracias establecidas en esos años en Europa, Latinoamérica y Asia, un número mucho mayor, casi todas sobreviven hoy, aunque algunas en versiones muy atenuadas. Sólo en África se aproxima el índice de mortalidad de las democracias recien nacidas al de la Europa de entreguerras.
Creo que todo esto es suficiente para arrojar los argumentos revisionistas y neorrevisionistas sobre la República a la papelera que les corresponde. Eso no quiere decir que su paso por la historiografía española haya carecido por completo de valor. Como sucede con todo el revisionismo histórico, si se aborda con inteligencia, puede ser útil, porque obliga a los defensores de la ortodoxia a reexaminar y perfilar sus posturas. No obstante, la próxima vez que alguien diga, como hizo hace poco el profesor Payne en ABC (April 16), que "La República es el principal mito histórico de todo el siglo XX", debemos responder con seguridad: "¡No, señor! ¡La República no es ningún mito!" A pesar de sus muchos errores y defectos es, con la Transición, una verdadera gloria del siglo XX español. Fue vilmente asesinada por unas fuerzas atávicas y violentas que sumergieron su patria, primero en una cruenta Guerra Civil, y después en una dictadura que durante sus primeras dos décadas fue cruel y retrógrada.
FUENTE: EDWARD MALEFAKIS (Historiador) en Sec. Tribuna de Diario El País.
Traducción: María Luisa Rodríguez Tapia.
Celebró elecciones honradas y acercó el Gobierno al Pueblo y a las distintas regiones. Convirtió España en el primer país de mayoría católica que permitió el sufragio femenino.
Antes de que terminara el régimen de Franco en 1975, escaseaba, por razones evidentes, el debate público sobre el carácter de la Segunda República española y su grado de responsabilidad en el estallido de la Guerra Civil. De acuerdo con la ideología impuesta por la dictadura, la República había sido una catástrofe, la culminación de la larga historia de degeneración que había caracterizado a España durante los siglos XIX y XX, desde la desgraciada aparición del liberalismo con la Constitución de Cádiz en 1912. Aunque la República tuvo un comienzo más o menos aceptable, proseguía el argumento, pronto se vio superada por una mezcla de separatismo regional, radicalismo social y violento anticlericalismo que destruyó cualquier perspectiva prometedora.
La crisis de la República se agudizó después de octubre de 1934, cuando los socialistas, hasta entonces moderados, pusieron en marcha una revolución sangrienta en Asturias, secundada por la Generalitat catalana, que proclamó su independencia. España se deslizó aún más hacia el caos cuando la coalición del Frente Popular ganó, por estrecho margen, las elecciones de febrero de 1936. Dicha victoria dio un poder sin precedentes a los grupos obreros y les permitió dominar de facto a sus aliados de clase media en los gabinetes que gobernaban España y que sólo eran republicanos en teoría. Según esta interpretación, el resultado fueron varios meses de huelgas, invasiones de explotaciones agrarias, batallas callejeras, quemas de iglesias y asesinatos políticos, que el gobierno del Frente Popular no quiso o no pudo controlar. La situación en España recordaba a la de Rusia en 1917, y su resultado habría sido similar: la caída del gobierno elegido a manos de los extremistas radicales, seguida de una revolución social a gran escala y la imposición de una dictadura del proletariado.
En los últimos años de la dictadura, los especialistas cuestionaron cada vez más esta línea argumental. Durante la transición a la democracia se fue sustituyendo por una valoración generalmente positiva de la República, que subrayaba sus virtudes y lamentaba la insurrección militar que la había destruido. Por primera vez, la imagen de la República en España estaba en consonancia con la que había predominado en la mayor parte del mundo exterior desde el final de la Guerra Civil, en parte debido a los sentimientos de culpa por haber abandonado a los republicanos a merced de Franco y sus aliados fascistas durante el conflicto.
Durante los años noventa, como reacción a este nuevo consenso favorable, Pío Moa y otros historiadores aficionados, entre ellos César Vidal, lanzaron una campaña revisionista que adquirió enorme fuerza, pese a que se limitaba a reciclar los argumentos de los propagandistas de Franco en una versión más moldeable. Aparte de Stanley Payne, no les respaldó ningún historiador profesional importante. No obstante, el revisionismo prosperó durante más de una década, desde 1990, año de publicación del tratado fundamental de Moa, hasta 2006, cuando sus argumentos principales quedaron desacreditados por la avalancha de literatura producida por la conmemoración conjunta de los dos aniversarios, el 70º del comienzo de la guerra y el 75º de la proclamación de la República. Las obras publicadas entonces establecieron de forma inequívoca un punto fundamental: que las declaraciones de Franco y sus acólitos sobre lo catastrófico de la situación reflejaban más la paranoia de sus propulsores que la realidad.
En realidad, confirmó la literatura de 2006, la revolución social de 1936 no precedió sino que siguió a la insurrección militar. Lo mismo ocurrió con la desintegración del Estado y la sociedad. Igual que en la fábula de Hans Christian Andersen, en cuanto alguien gritó: "El emperador va desnudo", el espejismo franquista y revisionista se hizo añicos. Esta es una lección que debemos tener en cuenta siempre que hablemos de historia y casi en cualquier otro aspecto de la vida.
La desaparición de la escuela revisionista de Moa dejó paso a la aparición gradual de lo que yo denomino neorrevisionismo. Algunos de sus elementos existían desde hacía mucho en forma embrionaria, pero ahora empezaron a articularse con más claridad. El neorrevisionismo pone en entredicho el prestigio mundial de la República de forma más indirecta y moderada. Es además un movimiento mucho más difuso que el revisionismo de Moa. No tiene un líder claro, ningún canon escrito ni una narración histórica definida. Sin embargo, a pesar de ese carácter indirecto, moderado y difuso, tiene posibilidad de convertirse en un poderoso movimiento historiográfico, una posibilidad que tal vez esté empezando ya a hacerse realidad.
¿Cuál es la manera más fácil de distinguir a los neorrevisionistas de los revisionistas? Fundamentalmente, que no propugnan las perspectivas catastrofistas que caracterizaban al franquismo-moaísmo. Tampoco las rechazan del todo, sino que prefieren permanecer neutrales o callados al respecto. Otro rasgo distintivo es que, mientras que todos los revisionistas utilizaban más o menos los mismos argumentos, y se diferenciaban sobre todo por la intensidad con la que los expresaban, los neorrevisionistas se dividen en dos corrientes de pensamiento estrechamente relacionadas pero diferentes. En líneas generales, la más antigua de estas dos corrientes se remonta a hace varios decenios y consiste en lo que podría llamarse una interpretación "purista" o "puritana". Su base es que, si bien es posible que la República no fuera tan catastrófica para España ni mereciera la insurrección militar que desencadenó la Guerra Civil, su destrucción no es algo que haya que lamentar, porque nunca fue el magnífico modelo de democracia que aseguraban sus partidarios, sino una pseudodemocracia con graves fallos que violóc onstantemente los principios democráticos más esenciales con la persecución injusta de sus adversarios, en especial mediante la censura frecuente y el cierre de sus publicaciones. Su carácter antidemocrático quedó demostrado de manera concluyente con la revolución de octubre de 1934, cuando los socialistas y sus aliados pretendieron derrocar al gobierno elegido democráticamente e imponer otro escogido por ellos.
La segunda línea de pensamiento neorrevisionista, más moderna, podría llamarse la corriente "comparativista". Subraya el contraste entre la transición democrática que se produjo en España a partir de 1975, pacífica y fructífera, y la historia conflictiva, con su desastre consiguiente, de la República, en un nuevo intento de demostrar que la República no fue tan buena como mantienen sus defensores. Ambas líneas de argumentación son a primera vistaconvincentes, pero no soportan un examen detallado.
Para empezar por la interpretación puritana, no cabe duda de que la República tuvo mil fallos y, en ocasiones, se comportó de manera antidemocrática. La revolución de octubre de 1934, en especial, fue una absoluta catástrofe, que dañó gravemente las credenciales democráticas del régimen y sentó un precedente que los conspiradores militares de 1936 pudieron utilizar para justificar su propia insurrección. Aunque hubiera triunfado, la revolución de octubre habría tenido consecuencias desastrosas para la democracia española. No puede librarse de nuestra másmerecida condena. Lo único que podemos hacer es tratar de entender sus motivos situándola en el contexto de su época. Los años treinta del siglo XX fueron una de las tres o cuatro décadas más conflictivas de toda la historia de Europa, solo comparable a algún periodo durante las guerras de religión de los siglos XVI y XVII, o a la época de la Revolución Francesa y Napoleón.
En los años treinta, Europa estaba desgarrada por una guerra civil ideológica entre fascismo, comunismo y democracia. En octubre de 1934, parecía que estaban venciendo las fuerzas fascistas, que acababan de destruir dos grandes democracias europeas, la alemana y la austriaca, en ambos casos por medios pacíficos y legales. ¿Era posible que el gobierno centrista de España siguiera el mismo rumbo, dado el creciente poder de los elementos de derechas dentro de él? Es decir, la revolución de octubre fue, en parte, reflejo del miedo, pero también de la fuerza permanente del mito revolucionario en los círculos proletarios, la idea de que las masas podían con todo si se levantaban unidas.
Si es imposible disculpar por completo la revolución de octubre, es más fácil rechazar las otras acusaciones de los neorrevisionistas. Ningún régimen democrático de la historia ha estado jamás completamente libre de desviaciones ocasionales. El grado de perfección democrática depende no solo de la voluntad de sus dirigentes sino también de los retos que afronta. En épocas sin turbulencias, cuando la sociedad está tranquila y hay pocos problemas urgentes que exijan solución, es relativamente fácil seguir los lentos procedimientos legales que constituyen el corazón de cualquier democracia genuina, ya sea parlamentaria o presidencialista. Ahora bien, cuando la situación es la contraria, como ocurría en los años treinta, los gobiernos tratan casi siempre de encontrar atajos para alcanzar sus objetivos y tienden a favorecer a sus amigos y marginar a sus enemigos. Por tanto, al evaluar las credenciales democráticas de cualquier régimen, es preciso tener en cuenta tanto sus actos discutibles como sus iniciativas positivas y creativas.
La República, sin duda, censuró y cerró la prensa opositora en varias ocasiones, pero también construyó la primera democracia auténtica de España. ¿Cómo lo logró? En primer lugar, con la celebración de elecciones honradas, libres de las prácticas caciquistas que las habían corrompido en tiempos de la monarquía. Segundo, ampliando enormemente el electorado, sobre todo al convertir España en el primer país de mayoría católica que permitió el sufragio femenino. En tercer lugar, la República acercó el gobierno al pueblo al darle más dimensión a los gobiernos regionales. Cuarto, insistió en que todas las leyes importantes fueran aprobadas por el parlamento, y dejó los decretos para situaciones muy infrecuentes, de emergencia. Quinto, la República destruyó o debilitó las instituciones extraparlamentarias, los círculos cortesanos y el ejército, que en el pasado habían anulado tan a menudo las iniciativas democráticas. Desde esta perspectiva más equilibrada, la balanza se inclina claramente hacia la idea de que fue un régimen excepcionalmente democrático. Hay que ser verdaderamente puritano para pensar lo contrario.
La rama "comparativista" del neorrevisionismo dice muchas verdades, pero al mismo tiempo se olvida de otras igual de importantes. A pesar de las dudas que surgen de manera periódica en algunos sectores, me parece ridículo negar el éxito extraordinario de la transición española a la democracia. Es el hecho que habla más en favor de España en todo el siglo XX, y se ha convertido, con razón, en el modelo de todas las transiciones de regímenes autoritarios a democracias en el mundo. Sería una tontería debatir los méritos respectivos de los grandes dirigentes republicanos -Azaña y Prieto? y los de los máximos responsables del éxito de la Transición: el rey Juan Carlos, Adolfo Suárez y Felipe González.
Sin embargo, existen otros dos factores mucho más importantes. El primero es que resulta engañoso evaluar a una persona sin tener en cuenta el contexto en el que vivió. El segundo es que es preciso comparar todos los aspectos de los dos regímenes, no sólo los más convenientes para el argumento que deseamos defender. Por consiguiente, no debemos obsesionarnos tanto por la distinta suerte que corrieron como para olvidar que, bajo la superficie, ambos tuvieron un espíritu muy similar. Todas las cosas que aportó la Transición -más democracia, más igualdad social, modernización cultural, etcétera? habían sido también objetivos fundamentales de la República. Es más, resulta difícil pensar en un logro importante de la Transición que no tuviera parte de sus raíces en la República.
Ahora bien, si la República y la Transición tuvieron muchas semejanzas, sus épocas respectivas no pudieron ser más distintas. Como ya he dicho, los años treinta fueron uno de los periodos más turbulentos de la historia de Europa. Por el contrario, los años setenta y ochenta fueron tranquilos y decididos. Además, las condiciones también habían cambiado drásticamente en España y en varias de sus principales instituciones. En los años treinta, el Ejército conservaba sus tradiciones pretorianas decimonónicas e intervenía sin cesar en la política. Los movimientos obreros estaban aún poseídos por diversas mitologías revolucionarias, sobre todo los anarcosindicalistas, el movimiento más amplio, pero también, cada vez más, los socialistas, que eran los segundos.
Los comunistas, aunque eran minoritarios, eran violentamente antirrepublicanos hasta que Moscú les ordenó adoptar la estrategia del frente Popular en 1935. En la derecha, los partidos más amplios no eran claramente revolucionarios -aunque los radicales empezaron a abrirse camino en ellos a partir de 1934-, pero varios partidos monárquicos de escasa importancia conspiraron para derrocar la República. Y luego estaba la Falange, todavía pequeña, pero que iba creciendo. La Iglesia Católica, hasta Juan XXIII, fue siempre rígida en cuestiones de doctrina, y no quería aceptar ninguna disminución del inmenso poder que había acumulado a lo largo de los siglos.
La economía española estaba en peor situación que nunca, debido a la Gran Depresión. La industria y los servicios no estaban desarrollados. Algo más de la mitad de la población seguía trabajando en el campo. Aproximadamente dos terceras partes de las mujeres adultas eran analfabetas. La situación internacional era amenazadora, y Mussolini hacía todo lo posible para desestabilizar la República.
El contraste con la situación en la que prosperó la Transición es enorme. A mitad de los años setenta, España era una de las naciones más avanzadas del mundo. El analfabetismo y el hambre estaban erradicados. Todas las instituciones fundamentales habían experimentado una evolución positiva. El Ejército ya no era pretoriano, sino que aceptaba la primacía del poder civil. Las organizaciones obreras habían abandonado sus viejos mitos revolucionarios. El catolicismo posterior al Concilio Vaticano II era menos rígido en los dogmas y estaba dispuesto a negociar un debilitamiento gradual de algunos de sus viejos privilegios. Como consecuencia, el feroz anticlericalismo de otros tiempos también se desvaneció. La monarquía desempeñó un papel crucial en el restablecimiento de la democracia, por lo que el republicanismo perdió su carácter sectario.
En resumen, dos contextos extraordinariamente distintos. Poner en tela de juicio la reputación de la República sobre esa base es tan absurdo como sería denigrar la República de Weimar porque tuvo menos éxito que la Alemania de Angela Merkel. La República fracasó o fue destruida, pero también lo fueron casi todos los demás elementos humanos y progresistas en los años treinta. Como es cada vez más evidente, España no es tan diferente como creíamos; en general, se ajusta a los modelos generales. En relación con el tema del que tratamos aquí, ya indiqué por primera vez hace 30 años que el índice de mortalidad de las repúblicas recién nacidas durante el periodo de entreguerras fue asombrosamente alto.
De las 20 repúblicas que surgieron en Europa entre 1918 y 1931, solo una, la irlandesa, sobrevivió hasta la madurez. Las otras 19 fueron barridas o se autodestruyeron. Una vez más, el contraste con los años setenta y ochenta es tremendo. De las nuevas democracias establecidas en esos años en Europa, Latinoamérica y Asia, un número mucho mayor, casi todas sobreviven hoy, aunque algunas en versiones muy atenuadas. Sólo en África se aproxima el índice de mortalidad de las democracias recien nacidas al de la Europa de entreguerras.
Creo que todo esto es suficiente para arrojar los argumentos revisionistas y neorrevisionistas sobre la República a la papelera que les corresponde. Eso no quiere decir que su paso por la historiografía española haya carecido por completo de valor. Como sucede con todo el revisionismo histórico, si se aborda con inteligencia, puede ser útil, porque obliga a los defensores de la ortodoxia a reexaminar y perfilar sus posturas. No obstante, la próxima vez que alguien diga, como hizo hace poco el profesor Payne en ABC (April 16), que "La República es el principal mito histórico de todo el siglo XX", debemos responder con seguridad: "¡No, señor! ¡La República no es ningún mito!" A pesar de sus muchos errores y defectos es, con la Transición, una verdadera gloria del siglo XX español. Fue vilmente asesinada por unas fuerzas atávicas y violentas que sumergieron su patria, primero en una cruenta Guerra Civil, y después en una dictadura que durante sus primeras dos décadas fue cruel y retrógrada.
FUENTE: EDWARD MALEFAKIS (Historiador) en Sec. Tribuna de Diario El País.
Traducción: María Luisa Rodríguez Tapia.
sábado, 16 de julio de 2011
viernes, 15 de julio de 2011
Porras, pelotas de goma y cartuchos de fogueo (AI).
Firma contra la impunidad de los Mossos d'Esquadra AQUÍ: http://www.es.amnesty.org/actua/acciones/espana-uso-excesivo-fuerza-manifestaciones/?origen=bcn_15m
La mañana del pasado 27 de mayo, Jaume Delclòs Ayats participaba en una sentada pacífica contra el desalojo del movimiento 15M de la plaza de Catalunya (Barcelona) cuando empezaron las cargas policiales.
Jaume ha contado cómo dos mossos d'esquadra cargaron contra él, golpeándole con sus porras hasta seis veces en unos segundos - en las costillas, la cabeza, la cara, una rodilla y un codo. Las imágenes disponibles muestran que los agentes utilizaron además pelotas de goma y cartuchos de fogueo en las cargas. Un total de 180 personas denunciaron lesiones.
No es la primera vez que denunciamos casos de uso arbitrario o excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad en en Estado español, ni la primera vez que las autoridades se niegan a investigar. Por eso, quiero pedirte que firmes nuestra petición al consejero de Interior catalán Felip Puig pidiendo que investigue los hechos.
No importa si puedes aportar más o menos, mucho o poco. Lo que importa es que podamos seguir trabajando para que ninguna violación de derechos humanos quede impune. Gracias.
La mañana del pasado 27 de mayo, Jaume Delclòs Ayats participaba en una sentada pacífica contra el desalojo del movimiento 15M de la plaza de Catalunya (Barcelona) cuando empezaron las cargas policiales.
Jaume ha contado cómo dos mossos d'esquadra cargaron contra él, golpeándole con sus porras hasta seis veces en unos segundos - en las costillas, la cabeza, la cara, una rodilla y un codo. Las imágenes disponibles muestran que los agentes utilizaron además pelotas de goma y cartuchos de fogueo en las cargas. Un total de 180 personas denunciaron lesiones.
No es la primera vez que denunciamos casos de uso arbitrario o excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad en en Estado español, ni la primera vez que las autoridades se niegan a investigar. Por eso, quiero pedirte que firmes nuestra petición al consejero de Interior catalán Felip Puig pidiendo que investigue los hechos.
No importa si puedes aportar más o menos, mucho o poco. Lo que importa es que podamos seguir trabajando para que ninguna violación de derechos humanos quede impune. Gracias.
jueves, 14 de julio de 2011
911140680 o el nuevo timo de la llamada perdida. (Mucho cuidado con las llamadas desde números desconocidos).
Una empresa fantasma, Comercial Polindus 21, se beneficiaba de los mensajes enviados por usuarios, que recibían un aviso de llamada perdida desde un número fijo de Madrid.
El timo de la llamada perdida se va generalizando. Con una rápida búsqueda por Google se puede hacer una idea de lo extendido de estas prácticas ilícitas. Y gracias, precisamente al intercambio de información que llevan a cabo los internautas, avisando y expandiendo los diferentes números que resultan ser estafas, el llamado "timo de la llamada perdida" ha saltado a los medios de comunicación tradicionales.
La noticia aparecía en el informativo de la tarde de Canal 9, la televisión autonómica valencia, "Notícies 9, segunda edición", dando a conocer el nuevo timo surgido en la telefonía móvil, esta vez de un número que ya se había hecho popular por Internet, 911140680.
Modus Operandi.
El procedimiento es el siguiente. En el móvil de la víctima seleccionada aparece una llamada perdida de un número desconocido, en esta ocasión, procedente de un número fijo de Madrid: 911140680. En caso en que la víctima conteste, inmediatamente salta un contestador automático que le invita a escuchar un mensaje que le ha sido dejado, para lo cual debe enviar un sms al 25655.
El receptor de dicho mensaje es una empresa fantasma: Comercial Polindus 21 S.L., con sede oficial en Valencia (en un edificio abandonado), y que en su web se presenta como "una plataforma orientada a la explotación del servicio SMS a través de los medios de difusión / promoción y el teléfono móvil, con capacidad para establecer una comunicación interactiva en tiempo real entre el emisor del mensaje (espectador, oyente, lector...) y el iniciador que plantea las campañas de participación (TV, Internet, Radio, Prensa, etc...)". Otras informaciones procedentes de internautas vinculan a esta empresa con una web de contactos conectasms.net.
Según el informativo valenciano, el timo no supone una gran pérdida para el usuario, basada en el coste del mensaje (aproximadamente 0.40 euros), pero la suma de todos los engaños consumidos podría reportar grandes beneficios a dicha "empresa", cuyo procedimiento es bastante novedoso con respecto a otras estafas similares. Sin embargo, varios internautas han avisado de la necesidad de darse de baja una vez enviado el mensaje, pues éste supuestamente habría dado de alta automáticamente a la víctima, quien a partir de entonces recibiría nuevos mensajes de llamadas perdidas, barajando, en caso de seguir cayendo, tarifas estratosféricas. Los propios internautas aportan la dirección para darse de baja en polindus.es/baja/index.html
El timo de la llamada perdida se va generalizando. Con una rápida búsqueda por Google se puede hacer una idea de lo extendido de estas prácticas ilícitas. Y gracias, precisamente al intercambio de información que llevan a cabo los internautas, avisando y expandiendo los diferentes números que resultan ser estafas, el llamado "timo de la llamada perdida" ha saltado a los medios de comunicación tradicionales.
La noticia aparecía en el informativo de la tarde de Canal 9, la televisión autonómica valencia, "Notícies 9, segunda edición", dando a conocer el nuevo timo surgido en la telefonía móvil, esta vez de un número que ya se había hecho popular por Internet, 911140680.
Modus Operandi.
El procedimiento es el siguiente. En el móvil de la víctima seleccionada aparece una llamada perdida de un número desconocido, en esta ocasión, procedente de un número fijo de Madrid: 911140680. En caso en que la víctima conteste, inmediatamente salta un contestador automático que le invita a escuchar un mensaje que le ha sido dejado, para lo cual debe enviar un sms al 25655.
El receptor de dicho mensaje es una empresa fantasma: Comercial Polindus 21 S.L., con sede oficial en Valencia (en un edificio abandonado), y que en su web se presenta como "una plataforma orientada a la explotación del servicio SMS a través de los medios de difusión / promoción y el teléfono móvil, con capacidad para establecer una comunicación interactiva en tiempo real entre el emisor del mensaje (espectador, oyente, lector...) y el iniciador que plantea las campañas de participación (TV, Internet, Radio, Prensa, etc...)". Otras informaciones procedentes de internautas vinculan a esta empresa con una web de contactos conectasms.net.
Según el informativo valenciano, el timo no supone una gran pérdida para el usuario, basada en el coste del mensaje (aproximadamente 0.40 euros), pero la suma de todos los engaños consumidos podría reportar grandes beneficios a dicha "empresa", cuyo procedimiento es bastante novedoso con respecto a otras estafas similares. Sin embargo, varios internautas han avisado de la necesidad de darse de baja una vez enviado el mensaje, pues éste supuestamente habría dado de alta automáticamente a la víctima, quien a partir de entonces recibiría nuevos mensajes de llamadas perdidas, barajando, en caso de seguir cayendo, tarifas estratosféricas. Los propios internautas aportan la dirección para darse de baja en polindus.es/baja/index.html
miércoles, 13 de julio de 2011
LA "EX" DE LA VEGA BLINDA SU JUBILACIÓN.
Siempre he dicho eso de que "de casta le viene al galgo". Como bien enseñada, en el seno de un tecnócrata franquista, esta "sociata" (que de socialista no tiene, ni ha tenido ni tendrá nada, y si no, al caso), actúa como toda la gente del PSOE a los que les sobra la "O" de sus siglas. Yo, mañana, haría lo mismo: me subo el sueldo 4 veces y, ya, de paso, me "cojo" 3 meses de vacaciones.... que hay que dejar currar a otros. En ese país de pandereta, siesta, paella, ladrillo, trajes, maletines, borbones y salvajadas taurinasl que no corre vuela!!!
Fernández de la Vega duplica su sueldo y blinda su jubilación. La ex vicepresidenta pasa a cobrar 142.367 euros anuales.A cuatro años de retirarse se garantiza percibir más de diez veces la pensión mínima de por vida. A partir de ahora De la Vega pasará de ingresar 73.486 euros brutos anuales a alcanzar los 142.367. Esta sustancial mejora en las retribuciones de la ex política es consecuencia de que durante dos años percibirá dos sueldos: 83.578 euros como miembro del Consejo de Estado y el 80% de su salario como vicepresidenta del Gobierno, como indemnización por haber cesado en el cargo (58.789 euros).
En términos comparativos, la retirada de la política proporcionará a De la Vega 18 veces la pensión mínima, que es actualmente de 7.744 euros. Prorrateando las pagas extraordinarias a 12 meses, la "socialista" ingresará 11.803 euros mensuales, mientras que quienes reciben la pensión mínima sólo alcanzan los 645 euros.
Además, y de cara al futuro, la ex vicepresidenta ha conseguido, mediante su nuevo cargo en el Consejo de Estado, que su sueldo sea, para el resto de su vida, 10 veces superior al de quienes cobran la pensión mínima en España y más del doble de quienes cobran el máximo establecido por la ley. De la Vega fue vicepresidenta del primer Ejecutivo de la historia de la democracia que ha bajado el sueldo a los funcionarios. Estas medidas económicas no sólo supusieron recortes salariales para los empleados de la Administración, sino que también implicaron la congelación de las pensiones.
A ver que dice de esto el "pobre" Rubalcaba ahora que ya se ha quedado liberado para "calzarse" la chaqueta de pana e ir de "rojillo" los domingos de plaza en plaza hasta que el rodillo de la derecha española le deje más "planchao" que el traje de Camps.
Fernández de la Vega duplica su sueldo y blinda su jubilación. La ex vicepresidenta pasa a cobrar 142.367 euros anuales.A cuatro años de retirarse se garantiza percibir más de diez veces la pensión mínima de por vida. A partir de ahora De la Vega pasará de ingresar 73.486 euros brutos anuales a alcanzar los 142.367. Esta sustancial mejora en las retribuciones de la ex política es consecuencia de que durante dos años percibirá dos sueldos: 83.578 euros como miembro del Consejo de Estado y el 80% de su salario como vicepresidenta del Gobierno, como indemnización por haber cesado en el cargo (58.789 euros).
En términos comparativos, la retirada de la política proporcionará a De la Vega 18 veces la pensión mínima, que es actualmente de 7.744 euros. Prorrateando las pagas extraordinarias a 12 meses, la "socialista" ingresará 11.803 euros mensuales, mientras que quienes reciben la pensión mínima sólo alcanzan los 645 euros.
Además, y de cara al futuro, la ex vicepresidenta ha conseguido, mediante su nuevo cargo en el Consejo de Estado, que su sueldo sea, para el resto de su vida, 10 veces superior al de quienes cobran la pensión mínima en España y más del doble de quienes cobran el máximo establecido por la ley. De la Vega fue vicepresidenta del primer Ejecutivo de la historia de la democracia que ha bajado el sueldo a los funcionarios. Estas medidas económicas no sólo supusieron recortes salariales para los empleados de la Administración, sino que también implicaron la congelación de las pensiones.
A ver que dice de esto el "pobre" Rubalcaba ahora que ya se ha quedado liberado para "calzarse" la chaqueta de pana e ir de "rojillo" los domingos de plaza en plaza hasta que el rodillo de la derecha española le deje más "planchao" que el traje de Camps.
martes, 12 de julio de 2011
Mapa mundial interactivo para guardar y consultar......
Esto es una joya. Ha sido hecho por el IBGE-INSTITUTO BRASILERO DE GEOGRAFIA Y ESTADISTICA - No dejeís de verlo en toda su dimensión.
Pincha en este enlace:
http://www.ibge.gov.br/paisesat/main.php
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lunes, 11 de julio de 2011
¿Franquismo o fascismo?
Durante mi largo exilio viví en Suecia, en Gran Bretaña y en Estados Unidos. Y en ninguno de estos países el régimen dictatorial existente en España durante el periodo 1939-1978 se conocía como “la dictadura franquista”, sino como “la dictadura fascista”, dirigida por el general Franco.
De la misma manera que no se hablaba en tales países de hitlerismo, para definir el régimen nazi que existió en Alemania, o de mussolinismo, para definir el régimen fascista que existió en Italia, tampoco se utilizaba el término franquismo para definir el régimen dictatorial que existió en España en aquel periodo.
Así, cuando Juan Antonio Samaranch –que fue presidente del Comité Olímpico Internacional y que había sido delegado nacional de Educación Física y Deportes durante la dictadura– visitó EEUU para presidir los Juegos Olímpicos que se realizaron en Atlanta, The New York Times incluyó en su nota biográfica “director general de Deportes en la dictadura fascista dirigida por el general Franco”.
La utilización del término franquista en lugar de fascista ha sido resultado de un proyecto político-intelectual exitoso que consistió en presentar tal régimen como caudillista y autoritario, carente de una ideología totalizante que intentara imponer una nueva visión a la sociedad. Según tal proyecto, una vez desaparecido el caudillo y el caudillismo, habría desaparecido el carácter jerárquico y autoritario de aquel Estado, el cual, dirigido por la habilidosa mano del monarca, se transformó, mediante el modélico proceso de Transición, en un Estado democrático. Esta interpretación, sin embargo, es profundamente errónea.
Fascismo es la ideología aparecida en los años treinta en Europa que se caracterizó por un nacionalismo extremo con vocación imperialista que se basaba en una supuesta superioridad de la raza, grupo étnico y/o identidad cultural de los nacionalistas, lo que les daba el derecho de conquista e imposición. El fascismo promovía una cultura de fuerza, de características militares, profundamente machista y profundamente reaccionaria, destinada a prevenir la revolución obrera, temida por las estructuras del poder económico y financiero y por las clases medias. En realidad, el fascismo había sido la fuerza política promovida por las burguesías y oligarquías dominantes para parar al movimiento obrero, liderado por fuerzas comunistas, socialistas o anarquistas.
El Estado en el que se reproducía esta ideología era un Estado dictatorial que intentaba controlar a la sociedad civil (incluyendo todos los medios de información y persuasión, desde las escue-las hasta la prensa, la radio y la televisión). Este control se utilizaba para la promoción del caudillo –al cual se le atribuían características sobrehumanas–, quien, instrumentalizando un partido único, el partido fascista, lideraba el Estado, que se presentaba comprometido con el “progreso del pueblo”. El pueblo incluía a todas las clases sociales, negando la diversidad de intereses existente entre ellas. De ahí el establecimiento de sindicatos verticales, en los que se incluía tanto a los empresarios como a los trabajadores.
El fascismo consideraba también al Estado fascista como designado por una fuerza superior, sobrehumana (bien por Dios, en el caso español, o por la historia, en el caso alemán e italiano), a dirigir la humanidad, reglando el comportamiento de los ciudadanos, imponiendo unos valores nuevos que rompieran con los valores anteriores (en el caso español, con los valores democráticos, laicos y republicanos). Cada una de estas características existió en el régimen dictatorial español.
Varios autores han indicado que, aun cuando estas características existieron al principio del régimen, desaparecieron más tarde, cuando los tecnócratas del Opus Dei sustituyeron a la Falange. Tal argumento ignora, sin embargo, que los tecnócratas también reprodujeron el nacional-catolicismo que era el elemento esencial del fascismo español. En realidad, la Falange fue sustituida por el Movimiento Nacional, que conservó gran parte de la ideología fascista, incluyendo su simbología, su narrativa y su influencia.
Hasta el último día de la dictadura, el NO-DO (el programa de noticias y documentales de la televisión pública) comenzaba con la imagen del dictador y con el símbolo fascista, el cual era también el símbolo que aparecía en la entrada de todos los pueblos de España. Es más, una condición para trabajar en el sector público u ocupar un cargo en el Estado era jurar lealtad al Movimiento Nacional, cuyo uniforme era la camisa azul y el saludo con el brazo en alto.
Que tal régimen estuviera en sus últimos periodos repleto de meros oportunistas que, a pesar de su discurso, no creían en la ideología fascista, no niega el carácter fascista del régimen. En realidad, la distancia entre el Franco de 1939 y el Franco de 1975 era mucho menor que la distancia política entre un Stalin al principio del régimen comunista en la Unión Soviética y un Gorbachov al final. ¿Por qué, pues, definir al régimen liderado por Gorbachov como régimen comunista (a pesar de que al final del régimen el aparato de aquel Estado carecía de una ideología propia) y no llamar fascista al régimen dictatorial español, argumentando que al final nadie en él era fascista?
Otro argumento en contra de utilizar el término fascista para definir aquel régimen era que el partido fascista, la Falange, era un partido pequeño y, por lo tanto, el fascismo no era una ideología mayoritaria. Tal argumento ignora que el pensamiento hegemónico hoy en las estructuras del poder en la UE es el neoliberalismo, aun cuando los partidos liberales son partidos minoritarios en tal comunidad política. Lo mismo ocurrió en España con el fascismo, el cual perdura en sectores del conservadurismo y del Estado español.
FUENTE: Vicenç Navarro (Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra) En Diario Público.
De la misma manera que no se hablaba en tales países de hitlerismo, para definir el régimen nazi que existió en Alemania, o de mussolinismo, para definir el régimen fascista que existió en Italia, tampoco se utilizaba el término franquismo para definir el régimen dictatorial que existió en España en aquel periodo.
Así, cuando Juan Antonio Samaranch –que fue presidente del Comité Olímpico Internacional y que había sido delegado nacional de Educación Física y Deportes durante la dictadura– visitó EEUU para presidir los Juegos Olímpicos que se realizaron en Atlanta, The New York Times incluyó en su nota biográfica “director general de Deportes en la dictadura fascista dirigida por el general Franco”.
La utilización del término franquista en lugar de fascista ha sido resultado de un proyecto político-intelectual exitoso que consistió en presentar tal régimen como caudillista y autoritario, carente de una ideología totalizante que intentara imponer una nueva visión a la sociedad. Según tal proyecto, una vez desaparecido el caudillo y el caudillismo, habría desaparecido el carácter jerárquico y autoritario de aquel Estado, el cual, dirigido por la habilidosa mano del monarca, se transformó, mediante el modélico proceso de Transición, en un Estado democrático. Esta interpretación, sin embargo, es profundamente errónea.
Fascismo es la ideología aparecida en los años treinta en Europa que se caracterizó por un nacionalismo extremo con vocación imperialista que se basaba en una supuesta superioridad de la raza, grupo étnico y/o identidad cultural de los nacionalistas, lo que les daba el derecho de conquista e imposición. El fascismo promovía una cultura de fuerza, de características militares, profundamente machista y profundamente reaccionaria, destinada a prevenir la revolución obrera, temida por las estructuras del poder económico y financiero y por las clases medias. En realidad, el fascismo había sido la fuerza política promovida por las burguesías y oligarquías dominantes para parar al movimiento obrero, liderado por fuerzas comunistas, socialistas o anarquistas.
El Estado en el que se reproducía esta ideología era un Estado dictatorial que intentaba controlar a la sociedad civil (incluyendo todos los medios de información y persuasión, desde las escue-las hasta la prensa, la radio y la televisión). Este control se utilizaba para la promoción del caudillo –al cual se le atribuían características sobrehumanas–, quien, instrumentalizando un partido único, el partido fascista, lideraba el Estado, que se presentaba comprometido con el “progreso del pueblo”. El pueblo incluía a todas las clases sociales, negando la diversidad de intereses existente entre ellas. De ahí el establecimiento de sindicatos verticales, en los que se incluía tanto a los empresarios como a los trabajadores.
El fascismo consideraba también al Estado fascista como designado por una fuerza superior, sobrehumana (bien por Dios, en el caso español, o por la historia, en el caso alemán e italiano), a dirigir la humanidad, reglando el comportamiento de los ciudadanos, imponiendo unos valores nuevos que rompieran con los valores anteriores (en el caso español, con los valores democráticos, laicos y republicanos). Cada una de estas características existió en el régimen dictatorial español.
Varios autores han indicado que, aun cuando estas características existieron al principio del régimen, desaparecieron más tarde, cuando los tecnócratas del Opus Dei sustituyeron a la Falange. Tal argumento ignora, sin embargo, que los tecnócratas también reprodujeron el nacional-catolicismo que era el elemento esencial del fascismo español. En realidad, la Falange fue sustituida por el Movimiento Nacional, que conservó gran parte de la ideología fascista, incluyendo su simbología, su narrativa y su influencia.
Hasta el último día de la dictadura, el NO-DO (el programa de noticias y documentales de la televisión pública) comenzaba con la imagen del dictador y con el símbolo fascista, el cual era también el símbolo que aparecía en la entrada de todos los pueblos de España. Es más, una condición para trabajar en el sector público u ocupar un cargo en el Estado era jurar lealtad al Movimiento Nacional, cuyo uniforme era la camisa azul y el saludo con el brazo en alto.
Que tal régimen estuviera en sus últimos periodos repleto de meros oportunistas que, a pesar de su discurso, no creían en la ideología fascista, no niega el carácter fascista del régimen. En realidad, la distancia entre el Franco de 1939 y el Franco de 1975 era mucho menor que la distancia política entre un Stalin al principio del régimen comunista en la Unión Soviética y un Gorbachov al final. ¿Por qué, pues, definir al régimen liderado por Gorbachov como régimen comunista (a pesar de que al final del régimen el aparato de aquel Estado carecía de una ideología propia) y no llamar fascista al régimen dictatorial español, argumentando que al final nadie en él era fascista?
Otro argumento en contra de utilizar el término fascista para definir aquel régimen era que el partido fascista, la Falange, era un partido pequeño y, por lo tanto, el fascismo no era una ideología mayoritaria. Tal argumento ignora que el pensamiento hegemónico hoy en las estructuras del poder en la UE es el neoliberalismo, aun cuando los partidos liberales son partidos minoritarios en tal comunidad política. Lo mismo ocurrió en España con el fascismo, el cual perdura en sectores del conservadurismo y del Estado español.
FUENTE: Vicenç Navarro (Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas de la Universitat Pompeu Fabra) En Diario Público.
domingo, 10 de julio de 2011
LISTAS ABIERTAS PERO NO PRIMARIAS, Y LA LEY DE TRANSPARENCIA (Por Rafael del Barco Carreras).
El Movimiento 15 M, o el clamor de INTERNET, sino mucho más resucitando lo de DEMOCRACIA REAL YA!!! ha conseguido que los políticos entre las promesas que no piensan cumplir introduzcan los normales mecanismos de cualquier Democracia sin subterfugios.
¿Quien en su sano juicio rompería el Sistema o Régimen que les ha permitido mantenerse en el Poder desde que murió Franco? Con el juego de partidos de democracia vertical (aquel Movimiento franquista transformado en dos partidos y otros dos nacionalistas para encarecer el proceso) ya se acepta a España como una Democracia Occidental, por tanto de cambiar ¡ni una coma!
Rubalcaba, el elegido a dedo, porque no se permitió a nadie de los componentes del staff del PSOE (todos elegidos a dedo y de sueldo público) presentarse, y ningún francotirador de la base alcanzaba 20.000 avales, ahora entre sus promesas incluye lo que de ser real algún día barrería a toda una casta político-financiera de derechas o izquierdas, separatistas o españolistas, que tras 36 años de Poder, han conducido al País a la quiebra. Y lo más importante, conllevaría la separación de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, premisa sin la cual no existe la Democracia.
Pero si Rubalcaba promete para predisponer a su favor al Movimiento 15 M, quien le nomina, Zapatero, sobre modificaciones fiscales que mermen o regulen los mastodónticos sueldos de los dirigentes de bancos nuevos y viejos avalados y financiados por el Estado (otra de las grandes reivindicaciones de los Indignados) dice que no, rotundo y claro. Tendrá razones para esa negativa a recortar sueldos que alcanzan los 10 millones de euros al año, ¡seguro que las tiene! pero se me ocurren muy oscuras… ¡demasiado oscuras!
Entre ellas la más legal sería que los bancos españoles suscriben la mayoría de las emisiones de deuda pública, y en estos difíciles momentos, si se puede hasta culpar a los banqueros de todos los males del País e incluso inculparles de delitos fiscales como a Botín… sería peligroso recortar sus ganancias particulares. Si la Democracia española es un transparente enredo, su Sistema Financiero es un incomprensible galimatías, el cartel Estado-Bancos.
Otra más de las demasiadas reivindicaciones del 15 M, la Transparencia, oportunamente ya se discute en el Parlament de Cataluña y entre los partidos en Madrid. Sobre el tan democrático derecho el Ministro de la Presidencia Ramón Jáuregui decía: “MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) - RECUERDA QUE EL REINO UNIDO TARDÓ CINCO AÑOS EN APLICARLA. El Gobierno promete la Ley de Transparencia para este mes pero condiciona su utilidad a tener Administración telemática…".
La legislación permitiendo a los ciudadanos participar en el proceso administrativo garantizándoles como derecho el acceso a expedientes informativos manejados por la Administración… no existe en nuestra peculiar Democracia… y que millones de ciudadanos quisiéramos ver aprobada antes de morirnos para como mínimo conocer de las arbitrariedades públicas que destrozaron nuestras vidas.
NOTA: Lista abierta (De Wikipedia, la Enciclopedia libre). Las listas abiertas son una variante de sistema electoral de representación proporcional donde no se elige a una lista de representantes confeccionada por un partido, como es el caso de las listas cerradas, sino que se elige a los propios representantes.
En términos generales, se denomina listas abiertas a cualquiera de las variedades de representación proporcional donde los votantes tienen algún tipo de influencia en el orden en que son elegidos los candidatos de un partido.
Su contrario es la lista cerrada, en el que una minoría de los miembros del partido tienen capacidad para determinar dicho orden, y el resto de los votantes no tienen capacidad alguna de modificarlo.
Además, un sistema de listas abiertas puede dar también al votante la capacidad de votar por el partido, sin expresar preferencia alguna entre las personas a elegir; en la práctica, sin embargo, es equivalente a votar por el candidato más popular o por el primer candidato de la lista. Existen diferentes sistemas de listas abiertas, cada uno de los cuales otorga una mayor o menor capacidad al votante.
¿Quien en su sano juicio rompería el Sistema o Régimen que les ha permitido mantenerse en el Poder desde que murió Franco? Con el juego de partidos de democracia vertical (aquel Movimiento franquista transformado en dos partidos y otros dos nacionalistas para encarecer el proceso) ya se acepta a España como una Democracia Occidental, por tanto de cambiar ¡ni una coma!
Rubalcaba, el elegido a dedo, porque no se permitió a nadie de los componentes del staff del PSOE (todos elegidos a dedo y de sueldo público) presentarse, y ningún francotirador de la base alcanzaba 20.000 avales, ahora entre sus promesas incluye lo que de ser real algún día barrería a toda una casta político-financiera de derechas o izquierdas, separatistas o españolistas, que tras 36 años de Poder, han conducido al País a la quiebra. Y lo más importante, conllevaría la separación de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, premisa sin la cual no existe la Democracia.
Pero si Rubalcaba promete para predisponer a su favor al Movimiento 15 M, quien le nomina, Zapatero, sobre modificaciones fiscales que mermen o regulen los mastodónticos sueldos de los dirigentes de bancos nuevos y viejos avalados y financiados por el Estado (otra de las grandes reivindicaciones de los Indignados) dice que no, rotundo y claro. Tendrá razones para esa negativa a recortar sueldos que alcanzan los 10 millones de euros al año, ¡seguro que las tiene! pero se me ocurren muy oscuras… ¡demasiado oscuras!
Entre ellas la más legal sería que los bancos españoles suscriben la mayoría de las emisiones de deuda pública, y en estos difíciles momentos, si se puede hasta culpar a los banqueros de todos los males del País e incluso inculparles de delitos fiscales como a Botín… sería peligroso recortar sus ganancias particulares. Si la Democracia española es un transparente enredo, su Sistema Financiero es un incomprensible galimatías, el cartel Estado-Bancos.
Otra más de las demasiadas reivindicaciones del 15 M, la Transparencia, oportunamente ya se discute en el Parlament de Cataluña y entre los partidos en Madrid. Sobre el tan democrático derecho el Ministro de la Presidencia Ramón Jáuregui decía: “MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) - RECUERDA QUE EL REINO UNIDO TARDÓ CINCO AÑOS EN APLICARLA. El Gobierno promete la Ley de Transparencia para este mes pero condiciona su utilidad a tener Administración telemática…".
La legislación permitiendo a los ciudadanos participar en el proceso administrativo garantizándoles como derecho el acceso a expedientes informativos manejados por la Administración… no existe en nuestra peculiar Democracia… y que millones de ciudadanos quisiéramos ver aprobada antes de morirnos para como mínimo conocer de las arbitrariedades públicas que destrozaron nuestras vidas.
NOTA: Lista abierta (De Wikipedia, la Enciclopedia libre). Las listas abiertas son una variante de sistema electoral de representación proporcional donde no se elige a una lista de representantes confeccionada por un partido, como es el caso de las listas cerradas, sino que se elige a los propios representantes.
En términos generales, se denomina listas abiertas a cualquiera de las variedades de representación proporcional donde los votantes tienen algún tipo de influencia en el orden en que son elegidos los candidatos de un partido.
Su contrario es la lista cerrada, en el que una minoría de los miembros del partido tienen capacidad para determinar dicho orden, y el resto de los votantes no tienen capacidad alguna de modificarlo.
Además, un sistema de listas abiertas puede dar también al votante la capacidad de votar por el partido, sin expresar preferencia alguna entre las personas a elegir; en la práctica, sin embargo, es equivalente a votar por el candidato más popular o por el primer candidato de la lista. Existen diferentes sistemas de listas abiertas, cada uno de los cuales otorga una mayor o menor capacidad al votante.
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