“La familia real es como la mafia”. Más claro no puede ser el primo de Letizia (con "Z"), el abogado y escritor David Rocasolano, en la entrevista que concede a la corresponsal de El Universal Ana Anabitarte.
Desde que hace unos días salió a la venta el libro de David Rocasolano (Madrid, 1972, en la imagen, a la derecha), Adiós Princesa (Foca), el primo de la princesa Letizia no ha dejado de recibir amenazas. Y apenas unas horas después de abrirla, le han cerrado su página de Facebook. Cree que detrás está la Casa Real, que quiere censurar su libro y sus opiniones tras haber logrado que los medios de comunicación españoles no hayan publicado una sola línea sobre el texto. Y ello se debe a que el polémico libro no ha gustado nada en el Palacio de la Zarzuela.
En él desmiente la imagen que los medios de comunicación han difundido sobre la futura reina de España, a la que Rocasolano presenta como una mujer ambiciosa, fría, déspota y sin escrúpulos, que no se habla con casi nadie de su familia y que trata muy mal al servicio.
Denuncia el lujo del que vive rodeado la familia real con mayordomos, niñeras y bodegas con carísimos vinos que se conservan rodeados de arena traída directamente del río Jordán. En entrevista con EL UNIVERSAL, Rocasolano, que fue abogado además de primo y amigo íntimo de la princesa, relata lo que fueron los años que pasó junto a ella, la transformación que sufrió tras su matrimonio con el príncipe y cómo se convirtió en una mujer calculadora y cruel con su familia, a quien controló férreamente y obligó a vestirse y comportarse de determinada manera.
¿Por qué escribió este libro?
Porque estaba harto de las mentiras que se han publicado sobre Letizia y la imagen falsa que dan los medios de comunicación de la Casa Real. Para que mi familia, mis padres y mi hermana con quien no me hablo desde hace cuatro años, sepan la verdad. Y también lo escribí por Erika, la hermana de Letizia que se suicidó. Porque creo que la Casa Real fue responsable de su muerte y Letizia también por la presión a la que la sometió.
En el prólogo dice que el libro es la historia del choque entre un gran tren expreso, los borbones, contra una modesta caravana de gitanos, los Ortiz Rocasolano.
Sí. Ellos arrollaron nuestras vidas. Acabaron con nuestra familia. Hicieron que nos peleáramos entre nosotros y que ya no nos hablemos. Piensan que son impunes y funcionan como una mafia. Son intocables y hacen cosas que no se pueden hacer pero que para ellos son normales. Se creen todopoderosos. Un ejemplo es el contrato prematrimonial que le hicieron firmar a Letizia antes de casarse. Le obligan a renunciar a sus hijas si se separa. Algo que es ilegal porque es un juez el que decide la custodia. También intentaron quedarse con la custodia de la hija de Érika y quitársela a su propio padre. Y en mi caso, me abandonaron cuando me acusaron falsamente de corrupción. Igual que hacen con la gente cuando ya no les interesa. Yo siempre les ayudé en todo. Incluso cuando ella y el príncipe me pidieron que hiciera desaparecer los papeles de su aborto voluntario, lo hice.
Usted acusa a la familia real y a Letizia del suicidio de Erika. E incluso cuenta que en el funeral de la joven su ex marido llamó “hijo de puta” al rey y le acusó de la muerte de la joven.
Letizia la sometía a una presión exagerada. Ella nos decía: vosotros no sois nadie, yo soy la persona que interesa, así que no debéis salir en los medios ni hacer ningún tipo de declaración. Como si no estuvierais. Yo no me imaginaba que (Erika) se fuera a quitar la vida. Sabía que tenía problemas pero no de ese grado. No aguantó, perdió la línea del horizonte. Pero era fácil perderla porque cuando vas al Palacio de la Zarzuela y ves un nivel de vida fuera de lo normal y vuelvas a tu casa, como era su caso, y veía la misma lata de sardinas en la nevera... Ella estaba trabajando en un canal de televisión y ganaba mil 200 euros. El contraste con su hermana, que jamás le ayudó, era brutal. Erika era estupenda y con la que mejor me llevaba.
¿Cómo ha sido su relación con Letizia?
Mis padres vivían en Luxemburgo, yo me quedé a vivir en España así, que pasé muchos fines de semana en su casa porque mi madre y su hermana son hermanas. Y luego cuando me hice abogado le llevé el divorcio, la separación, les hice la declaración de la renta a ella y a su familia, llevé la separación de sus padres...
En el libro se cuenta la transformación de Letizia antes y después de casarse.
Ella no era consciente de dónde se metía y tenía una idea de la institución y de su papel distinta de lo que se encontró. Pensaba que la vida en la Casa Real era diferente. Pero en seguida se dio cuenta de que no es una familia al uso. De que parece más una empresa. Que el rey, a quien ella llama señor, hace lo que le da la gana, no tiene cariño a nadie más que a sí mismo, que es un egoísta y un egocéntrico que trata fatal a la gente. Y que los monarcas son muy fríos. Nunca dan besos a sus hijos ni a sus nietos. Las comidas familiares son muy tensas porque los reyes se llevan muy mal. Y muy aburridas porque no se puede hablar de política, ni de futbol, ni de ningún país concreto, ya que los camareros pueden escuchar. Cuando Letizia se dio cuenta de lo que iba a ser su vida de princesa cambió de actitud y se volvió como ellos.
Pasó de vivir con el príncipe unos meses antes de casarse, cosa que ocultaron los medios de comunicación, a después de la boda tener que cumplir unas obligaciones como tomar clases de inglés, de protocolo y de historia de la monarquía. Se tuvo que poner a las órdenes de los reyes pese a que no estaba conforme con muchas de las cosas que tuvo que hacer. Y fue muy duro.
¿Qué vio Felipe en ella?
Él se enamoró de Letizia porque fue la única mujer capaz de decirle lo que las demás no se atrevieron. Es decir, lo que le gustaba y lo que no. El resto le decía que sí a todo. Y también ella le engañó y no le dijo toda la verdad sobre el origen de su familia. Además de ocultarle lo del aborto hasta el último momento, cuando ya se había hecho público el noviazgo.
¿Cómo era Letizia de niña?
Era un bicharraco, la típica gilipollas. Una mandona que estaba todo el día diciéndote lo que tenías que hacer. Y un poco déspota. Ahora el tiempo y el poder la han empeorado. Pisa al que tiene al lado, no tiene escrúpulos. Irradia inseguridad, intransigencia, te contesta muy mal, dando cortes. A sus hermanas les trataba fatal. Ellas no le decían nada pero a sus espaldas la ponían verde.
También es muy insegura, sobre todo cuando se encuentra con personas intelectualmente superiores. Y en el plano físico le pasa lo mismo. Por eso se ha operado de todo. Empezó con la nariz y siguió el mentón, los ojos, el pecho, se ha puesto botox por todas partes. Y se hace muchos tratamientos de belleza. Además, al contrario de lo que han publicado los medios, no le gusta leer, ni hacer deporte, ni escucha música clásica. Si no tiene ningún acto, se va de compras, ve una película o queda con las pocas amigas que le quedan. Y también llama mucho a los directores de las revistas para decirles lo que es conveniente y no contar. Y luego a cambio les da fotos u alguna otra información que sí le interesa que se sepa.
¿Y cómo es como madre?
No se ocupa mucho de sus hijas. Tiene tres niñeras por turnos de ocho horas y las niñas nunca están sin niñeras. Ella no baña a sus niñas ni les da la cena. Ni tampoco va al colegio a buscarlas. Van los guardaespaldas. Creo que las está haciendo gilipollas porque las niñas piensan que todos los papás de sus amigas van a trabajar en helicóptero como el suyo. Por eso hacen preguntas absurdas como por qué el resto de los niños no tienen chofer. Viven en un mundo irreal.
Usted que ha ido muchas veces al Palacio de la Zarzuela ¿es tan austero como han descrito algunos medios de comunicación españoles?
No. Al contrario. Es muy lujoso, pero los príncipes temen que la gente sepa el elevado nivel de vida que tienen y los lujos con los que viven. Por eso desde que llegas te piden que no hagas fotos y que no cuentes nada de lo que ves. Tienen mucho personal a su servicio. A mí me cabreaba que hubiera que darle a un botón para pedir un café. Se me caía la cara de vergüenza ver a un señor que cada dos por tres venía y me preguntaba: ¿Señor, le apetece un café? Una vez mi abuela Menchu pidió un yogurt y le trajeron una bandeja con 35 tipos diferentes. Todo eso hizo que ella se fuera haciendo muy déspota con el servicio a medida que pasaba el tiempo.
Después de todos los escándalos que se han publicado sobre la familia real, ¿cree que Letizia va a llegar a ser reina?
Sí. Después de que se descubriera la cacería de elefantes del rey en Botswana, el que Corina ha reconocido haber cobrado comisiones del gobierno español, el escándalo de Iñaki Urdangarin y el aborto de Letizia, aún siguen ahí muy dignos yendo a recepciones y dando la cara sin que pase nada. Así que yo creo que sí. Ella se lo traga todo. Le da igual... Así que igual no creo que Urdangarin vaya nunca a la cárcel, Letizia sí será reina.
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