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La diferencia es que yo, desde éstas páginas, estoy abierto a todo tipo de comentario y, por regla de estilo, sólo censuro los que me dedican (tanto a mí como a otros) alusiones hacia supuestas profesiones ejercidas por nuestras madres que, hasta la fecha, ignorabamos.
No se deben mezclar epítetos de esa forma. Que yo sepa, puedo ser hijo de enfermera pero (nunca) de puta. Quizás, esa enfermera hubiese podido salvar la vida de un salvaje de estos que se dedican a lancear a pobres animales... pero tampoco es el caso. La cobardía de ese acto es equiparable a lo que me llama hijo de.... en sus comentarios; denota por su actitud una parcial o total carencia de conocimiento típico de lo pueblerino que se puede llegar a ser en esa España "profunda". Vaya por delante que no quiero calificar a la mayoría de la población de esa localidad vallisoletana pero sí a los que toman parte en tamaña animalada como lo puede ser el Toro de la Vega.
El hecho objetivo es que, contra esa tortura a la que algunos están empeñados en llamarle "fiesta", más de 1000 personas se dieron cita en la marcha contra el Toro de la Vega. El cantante de Celtas Cortos (Jesús Cifuentes) protagonizó el pasado domingo en Valladolid la manifestación en contra de la citada salvajada en la que se representó el alanceamiento del astado. La marcha se realizó con antelación a la manifestación en Tordesillas para protestar por el linchamiento indefenso a los animales.
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