LAS "DESLEALTADES" Y LAS "COLONIAS".

Tras más de 300 años de litigio sobre Gibraltar, España y el Reino Unido siguen negociando acerca del Peñón tres siglos después de que el territorio pasara a manos británicas. Así, Miguel Ángel Moratinos se convirtió la semana pasada en el primer ministro español que ha visitado oficialmente Gibraltar, más de 300 años después de que, en plena Guerra de Sucesión, las tropas británicas ocuparan el Peñón.

Lógicamente, la visita no ha estado exenta de polémica y ha sido duramente criticada -para variar- por el Partido Popular. A Éstos se les ha debido olvidar que fue Aznar el que llegó a proponer una fórmula de soberanía compartida. Pero, la historia debe ser analizada desde un punto de vista objetivo y, hacer publicar en medios afines a la derecha española que Gibraltar es "la última colonia de Europa" es una torticera mentira y una gran e interesada tergiversación. Uno no puede "ir" a la ONU reclamando la anexión de "la última colonia" mientras defiende el mantienimiento de las denominadas "plazas de soberanía" (o séa, ocupaciones coloniales -también- derivadas de conflictos bélicos).

Estas "Colonias españolas" son cinco, divididas entre las plazas mayores y las plazas menores. Las mayores son las actuales ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, en tanto que las menores son las islas Chafarinas, el Peñón de Alhucemas y el Peñón de Vélez de la Gomera.

Aparte de ellas, la isla de Perejil, un pequeño islote deshabitado situado cerca de la ciudad de Ceuta, a unos pocos metros de la costa marroquí (que fue el objeto de una confrontación, liderada por Federico Trillo, con Marruecos en 2002), ha sido frecuentemente calificado desde entonces como una Plaza de Soberanía. Nunca lo fue históricamente, sino fundamentalmente una "tierra de nadie". De forma similar, la isla de Alborán también ha sido calificada de Plaza de Soberanía, si bien tampoco lo ha sido nunca históricamente, sino que, administrativamente, forma parte del Término Municipal de Almería.

Pero, volviendo al affaire de Gibraltar, conviene analizar las claves de lo que el PP denomina la última colonia de Europa, cuando también lo son Ceuta o Melilla, aspecto éste intencionadamente obviado por los españoles.

La bandera británica ondea sobre el Peñón. El Peñón y la Plaza gibraltareños fueron ocupados por la flota británico-holandesa del almirante George Rooke durante la Guerra de Sucesión española desencadenada tras la muerte de Carlos II. Los británicos, aliados con Austria y Holanda, apoyaban los derechos del archiduque Carlos frente a Felipe V, primer Borbón reinante en España. Rooke, sin embargo, tomó la Plaza en nombre de la reina Ana de Inglaterra e izó la bandera británica en La Roca el 4 de agosto de 1704. Luego, el responsable de esa "pérdida" fue sin lugar a dudas un Borbón.

Utrecht. La plaza fue cedida finalmente a Gran Bretaña en el Tratado de Utrecht, firmado el 13 de julio de 1713.

La verja. En 1830, el Reino Unido concedió a Gibraltar la denominación de «colonia de la Corona» (algo así como una plaza Mayor de Soberanía española). En febrero de1909, las autoridades británicas levantaron la verja.

Franco. Inició en 1940 las reclamaciones oficiales sobre el Peñón. La reivindicación se acentuó a partir de 1956, cuando se llevó ante la ONU. El argumentario del PP sobre el particular es prácticamente al utilizado por el ilegítimo Gobierno franquista.

La ONU. Ha aprobado seis resoluciones (1965, 1966, 1967, 1968, 1973 y 1974) en las que pide el fin de la colonia. Curiosamente, Marruecos tiene aprobadas otras tantas en la reclama Ceuta, Melilla y el resto de Plazas de Soberanía (Salvo Alborán).

Cierre de la verja. El 8 de junio de 1969, España cierra la verja en protesta por la aprobación de la Constitución de Gibraltar. En 1982, Felipe González ordenó abrirla sólo para peatones, y en 1985 se abrió definitivamente para personas, vehículos y mercancías.

En resumen, es difícil digerir por qué los gibraltareños tienen que ser españoles porque España lo quiere y los ciudadanos de Ceuta y Melilla también lo deben ser por la misma razón. Entiendo, por otro lado, que los gibraltareños quieran ser eso: gibraltareños y, como mal menor, británicos. Al mismo tiempo, también entiendo que los ciudadanos de las citadas Ciudades Autónomas quieran ser españoles antes que marroquíes. Mientras no les dejen tirados como a los ciudadanos de la ex-colonia/provincia del Sáhara en manos de Hassan II o los de Guinea en manos de Obiang... van que arden.