Ha muerto Garbiñe Zarate.

Garbiñe Zarate, era la señora que regentaba el bar Aldana de Alonsotegi que voló la extrema derecha en 1.980 y en la que se produjeron cuatro muertos y hubo unos 10 heridos; un bar frecuentado por gentes nacionalistas vascas de toda tendencia y del que no se conoce oficialmente si tan siquiera existe incoado Sumario alguno sobre aquel acto terrorista. Luego ni las víctimas directas ni sus familiares tienen el reconocimiento como daminificados (del modo a las "famosas" víctimas del terrorismo).

Como antes decía, nadie fue destituido ni -evidentemente- condenado. En casos como estos, no aparecen ni por asomo jueces-estrella (como Baltasar Garzón, Grande-Marlaska, Santiago Pedraz, etc...) para instruir absolutamente nada pero, a los que, a veces, les dá por instruir Sumarios mucho más anacrónicos en los que han llegado -incluso- a dictar Autos y Órdenes tendentes a solicitar la veracidad del fallecimiento del general golpista Franco. Kafkiano pero real... como la vida misma.

Transcurridos 29 años, estamos hablando de guerra sucia (que no es otra cosa que terrorismo), entonces justificada incluso en ciertos medios de prensa y televisión. Ya no solamente se efectuaban esas acciones contra gentes fichadas en los medios policiales como presuntos etarras, sino contra otros nacionalistas vascos y en fechas muy anteriores a las descritas, como las actuaciones de las famosas bandas de incontrolados en tiempos de los ahora pacíficos y demócratas Fraga, Rodolfo Martín Villa, con su cohorte de bombas, palizas y tiros a personas y establecimientos (incluso de culto, como en la Catedral de Gasteiz).

El atentado del Bar Aldana de Alonsotegi se atribuye de forma oficiosa al Batallón Vasco Español (BVE). Este crepúsculo terrorista llegó a ser considerada como una organización parapolicial española que nació amparada por sus aparatos represivos a partir de la muerte de Carrero Blanco.

BVE fue la sigla más habitual de estos grupos, formados en su mayoría por mercenarios a sueldo, agentes de la policía o de los servicios secretos, y ultraderechistas. También firmaron sus acciones como AAA (Alianza Apostólica Anticomunista), ATE (Antiterrorismo ETA) o ANE (Acción Nacional Española).Aquella locura pareció acabar con las siglas GAL.

Salvo el GAL, las citadas bandas terroristas actuaron indistintamente en Iparralde y Hegoalde desde junio de 1.975 hasta abril de 1.981. El pistoletazo de salida lo dio Luis Peralta España, viceministro de Gobernación, quien el 12 de mayo de 1.975 afirmó en Bilbao: «Al terrorismo hay que combatirlo con sus propias armas y seguirlo hasta sus guaridas de Francia».

Días más tarde el BVE cometía su primer atentado, que lo fue contra Josu Urrutikoetxea, en Miarritze. En la acción falleció el mercenario Marcel Cardona. Sólo en ese año, el BVE cometió en Iparralde más de 20 atentados. En algunos de ellos fueron detenidos por la Gendarmería policías españoles in fraganti que no tardaron ni una escasa semana en ser puestos en libertad. En los años siguientes el BVE o sus homólogos reivindicaron muerte de veinticuatro personas en Hegoalde y de otras diez en Iparralde.

Como he venido exponiendo, en Hegoalde, el atentado más trágico de los grupos parapoliciales fue una bomba que colocaron en el bar Aldana de Alonsotegi, el 19 de enero de 1.980 (el regentado por la fallecida Garbiñe Zarate) y que causó la muerte a cuatro vascos. Los asesinados fueron Manuel Santacoloma, Pacífico Fika, Mari Paz Armiño y Liborio Arana. Alguno de ellos como la mayoría de los 10 heridos se encontraban celebrando una boda.

Por supuesto, ninguno de los culpables cumplió ni cumple pena alguna ya que, a efectos judiciales, aquello debió ser una especie de atentado inexistente. Luego los habrá que vengan hablando de festivas pregoneras por el mero hecho de ser "hermana de...".