Urdangarin se embolsó los 87.000 euros que Vuitton donó tras la petición de «gestiones» al Rey.

La Agencia Tributaria revela que Nóos ingresó ese dinero un mes después del mail a don Juan Carlos, pero que nunca lo declaró a Hacienda.

Iñaki Urdangarin y su socio Diego Torres defraudaron los 87.000 euros que el grupo Louis Vuitton donó para el Valencia Summit de 2004 después de que el duque de Palma pidiera directamente al propio Rey a través de un mail que hiciera un "par de gestiones" con Bernard Jean Étienne Arnault, el propietario del grupo francés de artículos de lujo LVMH para que esta multinacional patrocinara la cumbre deportiva en la capital de Turia.

Un informe elaborado por la Agencia Tributaria revela que ese dinero, efectivamente, figura en el "libro de facturas emitidas" por el Instituto Nóos en el año 2004 pero que, sin embargo, nunca se imputó como "venta declarada" ante Hacienda, por lo que ese dinero desapareció del circuito económico legal y pasó a las arcas de dinero negro de la fundación que dirigían el marido de la infanta Cristina y su socio.

Según el documento de Hacienda al que ha tenido acceso este periódico, la factura de Louis Vuitton nunca declarada al fisco tiene fecha del 14 de octubre de 2004, poco más de un mes después de que el duque pidiera la ayuda al jefe del Estado para conseguir la participación de personalidades y patrocinadores en el que a la postre sería el primer gran negocio del Instituto Nóos con las administraciones públicas, y por el que Urdangarin y Torres se embolsaron más de un millón de euros de dinero público.

En uno de los correos aportados el jueves a la causa por Manuel Gónzález Peeter, abogado de Diego Torres, Urdangarin informa al Rey de que "por otro lado hemos hecho llegar (por medio de Jaime Marichalar) al señor Arnaud de LVMH (Grupo Louis Vuitton) una propuesta para participar como patrocinador secundario de la cumbre, lo que por supuesto le daría derecho a participar en ella como ponente, a parte de otros derechos expuestos en el documento. Quizás con un impulso del Señor (el Rey), el tiempo no correría tanto y el señor Arnaud decide con rapidez".

La misiva de Urdangarin a su suegro concluye con un "si le parece oportuno el tema, quedo a la espera de sus comentarios y plan de acción".