El Ayuntamiento de Madrid concedió la semana pasada una calle a la memoria de Santiago Carrillo, una propuesta que salió adelante con dos gestos significativos por parte del PP. Los “populares” se abstuvieron y por tanto la medida salió adelante, aunque la oposición les había instado a que tuvieran un gesto con uno de los protagonistas de la Transición y votaran a favor.
Además la abstención fue acompañada de un buen “número”, cuando cerca de un tercio de los concejales del PP abandonaron ostentosamente la votación para expresar su disconformidad y dejaron caer que pensaban que la trayectoria de Carrillo era "siniestra". Sin embargo, el Gobierno municipal del PP lleva años desoyendo las peticiones para que democratice el callejero de la ciudad y cambie la nomenclatura de 165 calles que homenajean a personajes vinculados con la dictadura, algunos sangrientos generales como Yagüe o Varela.
Esta semana se difundía en ABC un duro artículo del exministro franquista José Utrera Molina -suegro de Alberto Ruiz-Gallardón- criticando la abstención del PP en Madrid en relación a la calle para recordar a Carrillo. En un artículo, del que se ha hecho eco la Fundación Nacional Francisco Franco, el exdirigente de la dictadura aseguraba que “la conducta de los responsables del Partido Popular que han tomado esta decisión –incluso contra la opinión de algunos de sus concejales- me resulta a mí como español, verdaderamente vergonzosa”.
Olvido de quienes “combatieron al comunismo en nuestra contienda civil”.
“Muchos españoles se sienten abochornados por una conducta tan cobarde de quienes habían recibido su representación mayoritaria. Muchos españoles estaríamos de acuerdo en que el rótulo de la calle que se piensa ofrecer a Santiago Carrillo tuviera esta connotación: “calle de Santiago Carrillo, ejecutor de miles de españoles en Paracuellos del Jarama”, insistía Utrera Molina. Según él, “mientras contemplamos cómo se alzan las estatuas de Azaña y Largo Caballero (…) se derriban por el contrario todos los monumentos que hacen referencia a quienes combatieron al comunismo en nuestra contienda civil”, de ahí que clamara contra “una injusticia histórica al dedicar una calle de Madrid a tan siniestro personaje”. “Que conste que no todos los españoles compartimos esta vergüenza ejecutada de manera poco sensible y olvidadiza por parte de la alcaldesa de Madrid”, apuntaba.
El “numerito” del PP en la votación.
En realidad, el que se muestra olvidadizo es Utrera Molina, ya que el PP no se limitó a abstenerse en aquella votación, en la que la oposición le reclamó un gesto honorable con el voto favorable que no concedieron finalmente. Además montaron un buen número: casi un tercio de los concejales populares se ausentó ostensiblemente de la votación declarando a Efe que así expresaban su desacuerdo con la abstención, ya que querían votar en contra y tumbar la propuesta. Alegaron que para dar a una calle de Madrid el nombre de una persona hay que valorar toda su vida y en el caso de Carrillo entienden que su trayectoria ha sido “siniestra”.
Una huida “avalada” por el grupo municipal.
El portavoz de los populares, Pedro Calvo, dejó claro entonces que la marcha de los concejales estaba “avalada” por el grupo municipal popular, por lo que se podía hablar de “espantada” y no habría sanciones. “No queremos hacer del callejero de Madrid un lugar de disputa política”, condescendió Calvo. En enero de este año el Ayuntamiento concedió una calle a Manuel Fraga, entonces con el apoyo del PSOE, y ningún concejal del PP recordó la trayectoria predemocrática del padre fundador del PP.
¿No hay homenajes franquistas en Madrid?
Pero el segundo extremo que obvia Utrera Molina -escandalizado por los monumentos a dos presidente de la República legítima- es que Madrid homenajea con su callejero a decenas de personajes vinculados a la dictadura, algunos con un historial tan sangriento como los generales Yagüe o Varela, y en este caso los ediles del PP no muestran tanto remilgos como con el de Carrillo, que participó activamente en la vuelta de la democracia. En 2001, Izquierda Unida publicó un “callejero franquista” en el que se recogían 165 nombres vinculados directamente a la dictadura, y como recordó la SER, una década después el Ayuntamiento seguía sin “democratizar” las mismas, a pesar de los requerimientos de la oposición. Los ejemplos son numerosos: calle de los caídos de la División Azul, Capitán Haya, Comandante Zorita, Plaza de Arriba España, Plaza del Caudillo, General Varela, General Yagüe, General Millán-Astray, Mártires de Paracuellos, Agustín de Foxá…
Arturo Peinado, miembro del Foro por la Memoria de Madrid, recordaba que muchos ciudadanos desconocen la vinculación franquista de los protagonistas de algunas de las calles, como el caso del Doctor Vallejo Nájera: “Muy poca gente conoce que este doctor fue un psiquiatra del ejército de Franco que quiso demostrar a través de pruebas médicas que el marxismo era una enfermedad genética”.
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