El presidente de Cantabria homenajea a la bandera nacional y... a ¡La Falange!
Dentro de la oleada de patriotismo con juras de bandera con olor a naftalina por todo el territorio español destaca la del presidente cántabro, Ignacio de Diego, que encabezó una 'tropa' de 262 civiles que quisieron rendir honores al estandarte nacional en Santoña (dónde aún, y en manifiesta vulneración del art.15.1. de la Ley de Memoria Histórica, todo un Carrero Blanco dispone de "monumento".
No se quedó ahí el amigo de Basagoiti que, tras jurar "por Dios y proteger a la Constitución, al Rey y dar su vida por España", no tuvo mejor ocurrencia más que la de saludar a un civil falangista de uniforme.
Fue el pasado 26 de abril y según explica la nota de prensa del Gobierno de Cantabria, en la comitiva también participaron el delegado del Gobierno, Samuel Ruiz; la consejera de Justicia, Leticia Díaz; y la alcaldesa de Santoña, Milagros Rozadilla.
A todos ellos se les preguntó: “¿Juráis por Dios o prometéis por vuestra conciencia y honor, cumplir fielmente vuestras obligaciones, guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, obedecer y respetar al Rey y, si preciso fuera, entregar vuestra vida en defensa de España? Si cumplís vuestro juramento o promesa, la Patria os lo agradecerá y premiará, y si no os lo demandará”.
El primero en hacer el juramento fue Ignacio Diego quien quiso, de esta manera reafirmar su compromiso con España... Y saluda al civil-falangista:
Más allá de las fotos oficiales, la imagen del presidente cántabro saludando a un falangista tras recibir su diploma de "buen español" no deja de ser otra anacrónica puesta en escena de esta singular ceremonia marca PP. Era uno de los civiles que participaron en el acto y acudió totalmente uniformado: la camisa azul bordada con el yugo y las flechas, la boina roja carlista, la corbata negra en duelo por Jose Antonio… Llevaba además complementos de cosecha propia: pulsera y cinturón rojigualda.
¿Les suena, verdad?
1 comentario:
los cantabros siempre fueron unos pijos lo se muy bien por desgracia los tengo en la famila. esa gente no tiene valor solo valen para recoger lo que los otros han sembrado; pero cuando hay que dar la cara no encuentras a nadie y lo digo sin temor hablan mucho que pena que sean tan cobardes!
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