El pasado jueves por la noche, se presentó el libro "Socialistas de Élite” de Javier Chicote. Un magnífico libro de investigación. Vale la pena.
Comenta el senador Anasagasti como, tras la presentación, llegó al hotel vió en TVE el programa 24 Horas con un panel de gente sectaria y escorada hacia el pensamiento único: Brunet, Cerdá, Margarita Sáenz, Ignacio Martínez y el propio director del programa Xabier Fortes que le pareció un hombre muy poco equilibrado y muy poco profesional. Y dice escribirlo porque el tratamiento que dieron a todo lo referente al rey y a las declaraciones de Cayo Lara fue algo deplorable por sectario, cortesano, y antidemocrático.
Cayo Lara había utilizado la figura del hijo tonto para insistir en que es preferible el voto popular que el azar de un espermatozoide para que éste decida quién ha de ser el jefe del estado, y digo jefe y no jefa, porque bien se ocuparon los ponentes constitucionales en 1978 de consagrar la primacía del varón sobre la mujer.
Prosigue con su extrañeza (que comparto) que nada menos que en 1978 y cuando la mujer tocaba con fuerza la puerta de la igualdad de oportunidades, espacio solo reservado al hombre, aquellos machistas ponentes, todos hombres, decidieran darle al príncipe Felipe que era el menor de los tres hermanos, el derecho a la sucesión de su padre, descartando a sus hermanas.
Un día, el senador se lo preguntó a uno de los ponentes con los que coincidí en el Congreso contestándome éste que el dato no podía darse en público pero que era notoria que no era un premio Nobel la mayor de los tres hermanos, la Infanta Elena. Luego se ha visto recogido el comentario en un artículo de quien sabe todo de esta familia como es Jaime Peñafiel.
Comenta el senador Anasagasti como, tras la presentación, llegó al hotel vió en TVE el programa 24 Horas con un panel de gente sectaria y escorada hacia el pensamiento único: Brunet, Cerdá, Margarita Sáenz, Ignacio Martínez y el propio director del programa Xabier Fortes que le pareció un hombre muy poco equilibrado y muy poco profesional. Y dice escribirlo porque el tratamiento que dieron a todo lo referente al rey y a las declaraciones de Cayo Lara fue algo deplorable por sectario, cortesano, y antidemocrático.
Cayo Lara había utilizado la figura del hijo tonto para insistir en que es preferible el voto popular que el azar de un espermatozoide para que éste decida quién ha de ser el jefe del estado, y digo jefe y no jefa, porque bien se ocuparon los ponentes constitucionales en 1978 de consagrar la primacía del varón sobre la mujer.
Prosigue con su extrañeza (que comparto) que nada menos que en 1978 y cuando la mujer tocaba con fuerza la puerta de la igualdad de oportunidades, espacio solo reservado al hombre, aquellos machistas ponentes, todos hombres, decidieran darle al príncipe Felipe que era el menor de los tres hermanos, el derecho a la sucesión de su padre, descartando a sus hermanas.
Un día, el senador se lo preguntó a uno de los ponentes con los que coincidí en el Congreso contestándome éste que el dato no podía darse en público pero que era notoria que no era un premio Nobel la mayor de los tres hermanos, la Infanta Elena. Luego se ha visto recogido el comentario en un artículo de quien sabe todo de esta familia como es Jaime Peñafiel.
Por lo que se ve se cuidaron muy mucho aquellos señorones de que la monarquía no cayera en la representación de un miembro de la Familia Borbón sin grandes luces, llegara a reinar, con lo que no se entiende éste linchamiento que se ha hecho con el coordinador general de IU cuando Cayo Lara solo verbalizó algo que incluso ya se había hecho en 1978. Con todo el respeto para la Infanta Elena que no tiene la culpa de nada, y a la que no llamo tonta.
Pero el argumento de fondo subsiste y es el importante e irreprochable. Todo aquel que ostente un cargo público ha de ser elegido democráticamente y no porque sea hijo de su padre. ¿Es tan difícil de entender esta perogrullada?.
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