OPERACIÓN "PRÍNCIPE EN LA SOPA"

No le quepa duda a Iñaki Anasagasti cuando, al igual que cientos de miles de ciudadanos, el bombardeo publicitario sucesorio llega a niveles que ya superan el auténtico hastío. Y bien hace en decir -en este caso escribir- acerca de que los tenemos hasta en la mismísima sopa.

Cinco veces en menos de seis meses. Se trata de cierta parejita que vive en un chalet de propiedad pública, en terrenos de una finca de El Pardo y que nos dicen van a ser los próximos inquilinos del Palacio de La Zarzuela ya que el rey está para pocos trotes, aunque la señora madre de Felipe de Borbón le dijera a Pilar Urbano que un rey no abdica nunca, sino muere con las botas puestas. ¿Lo dirá por su hermano Constantino al que mandaron al exilio?.

Con Javier Solana, sobrino del republicano Salvador de Madariaga, pero él Toisón de Oro, apareció el joven Borbón este miércoles concediendo una audiencia a la Fundación Uría. Este miércoles aparecía asimismo dando a Pepa Bueno el premio Cuco Cerecedo que convoca cada año Miguel Ángel Aguilar con su Asociación de Periodistas Europeos. Lo curioso es que a la editora y presentadora de la segunda edición del telediario de TVE se lo otorgan "por la defensa de los mejores valores del periodismo como una profesión de servicio público" aunque, por si acaso, jamás informa objetivamente sobre las actividades de la casa Real y sus miembros.

En lugar de con ordenador, lo escriben todo con incienso, pero les premian por eso, por no informar salvo en clave ditirámbica y sometida a la más férrea censura coreana. Detrás de la premiada estiraba su cabeza Ramón Jáuregui, el ministro de la presidencia que acaba de decir en el Congreso que Marruecos es la potencia soberana del Sahara, el mismo que no se enteró de la existencia del Gal desde su puesto de Delegado del Gobierno y con toda la cúpula del PSE metida de hoz y coz en aquel baño de sangre.

Todo vale para promocionar a éste joven señor al que ahora le encargan conceder audiencias militares a jefes y oficiales de su rango. Hasta ahora, esta función estaba reservada a Juan Carlos, que seguirá ejerciéndola, pero que se reservará para mandos de más alta graduación. Felipe lo hará seis veces al año, cada dos meses. El heredero del heredero de Franco es teniente coronel y capitán de fragata. No sé cómo va a poder compaginar éste intenso trabajo con tanto viaje a Euzkadi y a las tomas de posesión de los presidentes latinoamericanos.

Como se ve, todo muy democrático, muy ético, muy estético, muy moral, muy europeo. Y funciona, pero ¿por qué?. Pues porque como en tiempos de Franco, sobre estos asuntos sólo se puede informar en clave de loa. Por lo menos en Inglaterra, a los republicanos ante la boda de Guillermo y Kate les han dejado sacar la cabeza y decir lo que piensan, por ejemplo, que los novios se paguen la boda. Aquí, ni eso.

Estamos en plena campaña “Príncipe en la Sopa” y por eso de éstas cosas no conviene hablar.