
Para quién no lo sepa, el heredero de Franco firmó (sancionó) el pasado jueves la citada ley para ser publicada en el Boletín Oficial del Estado el viernes, 5 de febrero. Eso sí, casi a escondidas y sin publicidad.
El rey de Bélgica (a otro que le quedan los días contados, como institución, se entiende) tuvo al menos la decencia de abdicar para no ser cómplice o partícipe de lo que por su ética, moral y/o creencias religiosas, entendía un asesinato.
A diferencia de éste, al de los españoles lo único que le importa es el chiringuito que tienen montado, luego firma lo que le pongan. Mira por dónde, si al Borbón le dirían que puede seguir siendo rey, firmaría (con orgullo y satisfacción) la proclamación de la Tercera República. Todo sea por su estirpe.
Nadie crea que la resaca me lleva a desvariar porque, por haber, hay cosas más raras: Al rey exiliado de Bulgaria (Simeón) se le mantuvo en España a costa de nuestra chepa, a él y a su prole. Pero, la cosa no queda ahí, hoy en día el rey es presidente de su república. Y, para colmo, la campaña electoral también salió de nuestro bolsillos por "la gracia" del heredero de Franco.
Así que eso de "por la gracia de..." aparte de tercermundista, también resulta oneroso.
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