20-N en Santander

Hay cosas que, por desgracia, no cambian. Ni la Ley de Memoria Histórica ni nadie va a impedir una serie de actos que, en otros lugares, serían considerados como una especie de enaltecimiento del terrorismo (en este caso, franquista).

Lo de Santander no es nada nuevo (a nadie se le olvide que ninguno de los alcaldes de Santander ha hecho absolutamente nada para desalojar al general golpista Franco de su estatua ecuestre frente al Ayuntamiento de esa Ciudad.

Antes que el actual alcalde, y, ya en "democracia" han habido otros: Alfonso Fuente Alonso (1976-1977), el procesado Juan Hormaechea Cazón (1977-1987). En este caso, en 1979 cesó con motivo de las elecciones municipales, siendo reelegido el día 19 de abril de 1979 y más tarde volvería a ser reelegido al frente de la Coalición Popular en calidad de independiente). Otros: Manuel Huerta Castillo (PP, 1987-1995), Gonzalo Piñeiro García-Lago (PP, 1995-2007) y, por último, el citado como actual, el "pepero" Íñigo Joaquín de la Serna Hernáiz.

Ninguno de ellos ha "descabalgado" a el "puto enano golpista" del que prescindimos desde hace 33 años. No obstante, es este alcalde el que destaca el "orgullo compartido de todos los santanderinos de ser españoles" y la bandera es "la mejor manera de demostrarlo. Así, emulando a Trillo, "El ayuntamiento colocará desde el 6 de diciembre una gran bandera de España en Puertochico. Tras lo cual, una gran bandera de España lucirá a partir del próximo día 6 de diciembre, Día de la Constitución Española, en la glorieta de Puertochico, al estilo de la que ondea en la Comandancia de Marina en la calle Ibáñez de Bilbao (en la Villa de Bilbao) en plena "competencia" (más bien "gilipollada") con la ikurriña que ondea en la sede del PNV (Sabin Etxea) ubicada en la misma calle.

Este auténtico neo-facha, parece estar convencido de que todos los santanderinos acogerán esta iniciativa "con ilusión y agrado". "Somos una ciudad que siempre hemos demostrado nuestro orgullo de pertenecer a España". Nadie -y menos este Editor- le va a discutir lo contrario; pero, cuando dice que los santanderinos "están tremendamente orgullosos de ser españoles", también debería preguntarse si están de acuerdo con que la efigie ecuestre de Franco siga dónde sigue.

Tampoco hay que olvidar que, por mucho que el Diario Alerta lo publique en plancha de portada, los congregados ante la estatua del dictador no llegaban a 50 personas (la propia Policía Nacional los cuantifica en "de 43 a 47 personas").

Lo realmente cierto es que, en Santander, parece no haber crisis ya que, en una ocasión, se le interpeló acerca del porqué de la NO-retirada de la famosa estatua y fue el alcalde el que argumentó que era muy costosa y que la ciudad necesitaba ese dinero "para cosas más útiles".

Ya veo lo que son para el regidor de Santander "cosas más útiles": un mástil de 25 metros (que estará dividido en tres tramos para facilitar el transporte, almacenaje e instalación) y una bandera española de 10 por 7 metros. A C O J O N A N T E.

Mientras tanto, y sin decir en ningún momento el importe económico de "esa cosa tan útil" y tan crucial para los ciudadanos de Santander, las obras de cimentación en la rotonda de Puertochico para la colocación de la bandera ya se están ejecutando. Y, a todo esto, Franco sigue encima del caballo enfrente del Ayuntamiento o ¿es el caballo el que está encima de Franco?

Para que, luego, digan que las palomas son nocivas. Pues... hala, más palomas -al menos- para la Plaza del Ayuntamiento de Santander. Más que nada... para que le sigan cagando en la cabeza a uno de los mayores genocidas conocido en la Historia Moderna.

FUENTE: Diegu (desde Cantabria ¿Infinita?)
FOTOGRAFÍA: Diario Alerta (para ampliar, pincha aquí: http://i38.tinypic.com/288pq4o.jpg)