Santiago del Valle García (por llamar de alguna forma a un hijo de puta), de 52 años, el detenido por la muerte de la niña Mari Luz Cortés en Huelva, no llegó a pisar la cárcel a pesar de que tenía dos condenas por hechos similares.En diciembre de 2005 fue condenado en sentencia firme a dos años y nueve meses de prisión por abusos sexuales de su propia hija. Además, tenía otra condena de dos años, dictada en 2004, por abusar de una niña de 9 años.
Por descartado queda que es este desgraciado es un eligroso individuo (y, como ya se ha dicho, un auténtico hijo de puta) pero, de ahí, a la reacción de la Comunidad gitana existe un largo trecho. Por desgracia, lo que le ha ocurrido a esta pobre cría ha pasado con otros niños. Cierto es también que las muestras de rabia y repulsa siempre se han sucedido pero no hasta el punto de atacar a los informadores.
Que la Policía tenga que deter a dos personas, uno de ellos un menor de 15 años, por los altercados registrados a las puertas de la Audiencia Provincial de Huelva es simplemente un acto de vandalismo, de esos que, en Euskal Herria, se le hubiese comparado con un episodio de la denominada Kale Borroka.
Entiendo que esta Comunidad gitana tenga sus pautas de comportamiento y normas internas, su propia reglamentación, códigos de ética propios, de honor, etc... El problema es que conviven en "sociedad" como tanto vienen reclamando sus propios colectivos.
Esa situación, que, ordinariamente les hace precisamene ciudadanos es, socialmente, incompatible con comportamientos violentos que llevan a fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Huelva a redactar notas como esta: "Como consecuencia de estos altercados han resultado heridos tres policías de la Unidad Policial de Intervención de Sevilla y dos periodistas --un cámara de Cuatro y una redactora de Onda Cero--, aunque de levedad. De la misma forma, los lanzamientos de objetos, sobre todo piedras, además de estos daños personales, dejaron destrozados dos coches de la Policía Nacional. A pesar de que los acusados accedieron a la Audiencia Nacional en torno a las 17.10 horas, aún continúan los altercados en los alrededores de la zona protagonizados por medio centenar de `gitanos exaltados´ , que ahora se han trasladado hacia la zona de la Plaza de España, del Barrio Obrero y del Matadero" (Europa Press).
Lo cierto es que la situación ha llegado a tal tensión que la policía ha tenido que actuar para impedir que los vecinos de la familia llegaran hasta el furgón policial. Lo que no ha podido evitar es el lanzamiento de palos y piedras contra los vehículos donde iban Santiago del Valle y su hermana.
Comprendo perfectamente el dolor de esa familia y, por ende, de esa Comunidad pero, de ahí a comportarse como borregos va un simple paso. Yo, que como -con sorna- titulo este artículo, de racista no tengo un ápice, pero es cierto que tengo la senación de que ese menor detenido va a ser tratado con más benevolencia que un menor tirando piedras en Euskal Herria (y, el adulto, también).
Basta de victimísmos ancestrales y, si esa Comunidad quiere equipararse socialmente, que cumpla con a misma rigidez ante esa justicia que al msmo tiempo exige.
Si llego a ser yo el cámara o la periodista y observo un trato de favor judicial al estilo "Farruquito", monto un "pollo del 9". Esto no es óbice para exigir la mayor contundencia a la hora de sentenciar a ese desgrciado y a sus pesuntos cómplices; al mismo tiempo que para enviar un sentido abrazo a la familia de Mari Luz Cortés.
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