Nadie en su sano juicio no puede más que condenar la batalla campal acaecida en Donostia con motivo de eso que algunos llaman fiesta de la Hispanidad y que otros no llamamos de ninguna forma.Echar más madera a la hoguera (como hace día a día los dirigentes del PP) no creo que sea mejor solución y ello, porque caen en su propia red. Habráse visto que un presidente del gobierno español vaya acompañado del vago mayor del reino a hacer una ofrenda floral a los "caídos" y que sea abucheado por una chusma de incontrolados que no eran precisamente socialistas. Luego no vale condenarlo.
Rajoy: eso es recoger lo que has venido sembrando. Estarás contento... Conste que a mi me la "rempamfinfla" lo que pase en ese desfile... Es eso -sin más- lo que les pasa a los mismos españoles en España.
Ahora bien, que venga el día de la banderita de marras un par de autobuses de la Falange española a Donostia a montar jaleo es totalmente incomprensible. Es como si fuesen un par de autobuses de las Gestoras Pro-Amnistia al Vallle de los "Caídos" el 20-N (por cierto, este autor quiere pensar que con la entrada en vigor de la Ley de la Memoria Histórica este acto ´será sistemáticamente prohíbido).
De este modo, el "cristo" está garantizado. El Tribunal correspondiente autorizó la libre manifestación de gentes que jamás hubiesen consentido concentración alguna. El Departamento de Interior del Gobierno Vasco había desautorizado dicha concentración falangista pero los vocales "conservadores" es decir, los más cercanos al PP, consintieron dicho acto.
Bien... ya tenemos la tarta y solo hacen falta las velas: después de que cesaran los incidentes, el alcalde de Donostia emitió un comunicado en el que preguntaba al Lehendakari, Juan José Ibarretxe, "hasta cuándo" tendrán que "soportar los donostiarras actos de provocación y odio que persiguen causar miedo" entre la ciudadanía.
La respuesta a Elorza llegó esta misma mañana de la portavoz del Gobierno Vasco, Miren Azkarate, quien defendió la actuación de la Ertzaintza y pidió a Elorza que "no siga por el camino de las críticas baratas". Tampoco se hizo esperar la réplica a Azkarate que en algo tiene razón: Elorza trata al Gobierno Vasco de la misma forma que el PP trata al Gobierno español, luego hace lo que su partido dice que injustamente le hacen. Cosas de "Calimero"...
Ahora viene lo bueno: el secretario general del PP en el País Vasco, Carmelo Barrio, también condenó lo sucedido y aseguró que los únicos "fascistas" y "nazis" son los integrantes del mundo de ETA-Batasuna y consideró que ésa es la estrategia "que le gusta a Pernando Barrena, a Batasuna y a ANV".
Desde luego, la actitud "provocadora" con la que miembros de La Falange acudieron a Donostia fue obviada (¡cómo no!) por todos y cada uno de los dirigentes populares que se refirieron a este asunto. Al fin y a la postre, jamás han condenado el franquismo (ni lo harán) y algunos dirigentes -como Zaplana- se fotografían con enseñas españolas a-constitucionales o pre-constitucionales (en todo caso tan ilegales como una esvástica o un anagrama de ETA).
De hecho, aún conviven bajo las siglas PP (o UPN) muchísimos falangistas, franquistas, carlistas -requetés- y antiguos dirigentes del "Movimiento", ya no sólo de forma residual entre el electorado del PP, sino a nivel representativo como alcaldes de muchos pueblos de la España profunda, miembros de Diputaciones Provinciales como Fabra, en alguna que otra Consejería autonómica, en el Congreso, el Senado, el TC y el TS.
Así, enfocado el asunto desde un punto de vista politológico, podríamos indicar al PP como uno de los responsables directos del "envalentonamiento" de la extrema derecha con sus "rifirrafes" sobre la unidad de España. Incluso el Fiscal General del Estado español, Conde-Pumpido, viene a acusar al PP de «sacar a los falangistas a la calle».
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