
Hasta ahí, no hay nada que objetar: un abuelo que va a visitar a su nueva nieta recién nacida. Me imagino que "problemas de agenda" le hubiesen impedido efectuar la referida visita mañana, 2 de mayo. Claro, es fiesta en Madrid y deberá acudir a algún evento. La Constitución que el firma en su preámbulo (y que he utilizado para ilustrar esta opinión) deja bien clarito que todos los españoles son iguales ante la Ley y ante el Estado; en derechos y obligaciones.
¿Me puede decir Juan Carlos cuántos niños nacen en la clínica Ruber Internacional de Madrid? ¿por qué -tanto que les gusta "dar ejemplo" y "pegarse baños de multitudes"- no "obligan" a sus vástagos a nacer en un centro hospitalario de la Red Sanitaria Pública? ¿cuánto cuesta al bolsillo del contribuyente esa estancia en esa clínica privada? Claro, a esto me pueden contestar que ese centro no cobra nada a la Casa de los borbones. Hombre... estaría bueno, bastante publicidad hacen a la clínica en cuestión.
Siendo muy puntilloso (pero, técnicamente sin decir algo que no sea cierto), se podría afirmar que la Casa de Juan Carlos y la de Felipe viven EXCLUSIVAMENTE de los Presupuesto Generales del Estado. Dicho esto, y dejando patente su negativa a "parir" en centros de sanidad de la Red Pública, deberían sacara a concurso público a tantos centros de medicina privados quisieran plicar por el alumbramiento real.
De este modo, la concesión a dedo de un centro privado de sanidad a cargo de una partida de los PP.GG. del Estado puede ser constitutivo, ni más ni menos, de un presunto delito de prevaricación.
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