Al tiempo, un Juzgado de Valencia obligaba al Ayuntamiento de la Capital del Turia a retirar el título de "alcalde Honorífico" al citado dictador y, ello, en arreglo a la aplicación del articulado de la Ley de Memoria Histórica.
Pero, nada sabíamos de lo que ocurría en otra Villa: la de Bilbao, dónde, por cierto, sigue existiendo una calle en memoria de un ex-ministro franquista: Rafael Sánchez Mazas. Tuvimos que enterarnos por la Web de la Casa Real que nuestro alcalde viajaba hoy a la Corte del heredero de Franco, en visita de carácter privado.
Al momento, los Medios de Comunicación se pusieron en contacto con el Gabinete de Prensa de la Alcaldía bilbaina (y no al revés) dónde se les informó de una forma escueta que, en efecto, se trataba de una visita privada y que no habría declaraciones ni a la entrada ni a la salida de la misma. Por otro lado, se informaba que no trascenderá absolutamente nada de lo tratado en la misma. ¿Transparencia? Me temo que no.
No quiero imaginar a Azkuna tratando de chanchullos con el chanchullero mayor del reino (que es suyo). Es más, me gustaría pensar que habrá ido a hacer algo por mejorar Bilbao pero, ese secretismo y nula transparencia hacen sospechar a la ciudadanía. Ciudadanía que anda algo más que quemada con todo lo que suena a Borbón, haciendo de tal apellido una especie de adjetivo relacionado con las juergas, las comisiones y el derroche.
A Azkuna si me gustaría recordarle cual es la posición oficial de su partido referente a la Monarquía. Un partido que, desde el 14 de abril de 1931, cuando el Lehendakari Aguirre proclamaba la República desde el balcón del Ayuntamiento de Getxo, es un partido republicano. Y nadie de un partido republicano ha de ir a rendir pleitesía a un monarca que, por si fuera poco, lo es por expreso deseo, a título sucesorio, de un dictador.
La mejor manera de hacer ver al ciudadano que todo se encuadra en algo normal, no creo que sea la del ocultamiento y el silencio.
A mi, me sigue sonando raro.
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