Urdangarín: «Un duendecillo verde me decía que robara cosas» (El Jueves... ¡ Genial !).

También se le aparecían ‘El Dioni’ y todo el reparto de Ocean’s 11, 12 y 13.

¡Ay Urdangarín! Hurto andarín. Hurgando ahí al final vamos a sacar algo en claro: A ti lo que te pasa es que se te va la cabeza. Que estás to’ loco.

Cuando no se te aparece un conejito con pasamontañas para susurrarte que te apropies de dinero público, se te aparece un hurón tocando el banjo que te obliga a blanquear un maletín. Por no hablar de que tienes menos memoria que un Commodore 64.

Que si “no me acuerdo”, que si “yo no llevaba esos temas”, que si “¿Infanta Cristina? Me suena el nombre pero ahora mismo no caigo”.¡Ay, Jiñaki! Estás nerviosete, ¿eh? Se te nota. Te muerdes los cuellitos de los jerséis. Cuando entras a los juzgados, para ganar tiempo, te haces el cojito nivel: Ministerio de Andares Tontos. Porque aunque tengas menos memoria que el pez de Bob Marley con estrés postraumático, todavía te acuerdas de que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo.

Si al entrar en la sala, el juez te dijo “Buenos días” y tú contestaste “¡¿Qué malversación ni qué fraude?!”Aunque hay una cosa que no se te ha olvidado: El nombre tu socio, Diego Torres. Él es el malo de esta película. Por lo que dices, si el Dr.Muerte, El Joker y Mourinho montaran una empresa, Diego Torres sería el contable. Y si les pillaran sisando dinero público, sería lo mismo que le ha tocado ser para ti, el cabeza de turco.

Pero quedémonos con lo positivo. ¿Qué hemos aprendido de todo esto? Que la familia Real trabaja, y mucho. ¿O acaso no es un curro montarse hasta 5 empresas pantalla para apropiarse de fondos públicos? ¿Acaso no es más cómodo estar en la obra piropeando adolescentes que ir a comidas de negocios con ese Ewok corrupto llamado Rita Barberá?

¡Por Dios, trabaja tanto que montó una empresa sin ánimo de lucro y se lucró! ¡La familia Real trabaja, y mucho! Pero si el último trabajo de Hércules fue el más difícil de todos, el último de Urdangarín también lo será. El trabajo número doce, su perro del Hades, su penalty más largo del mundo: Trabajarse al juez. ¡Ay, Hurtoandarín!