Desde 2000 al 2010 han adquirido 9 viviendas, un local y 16 hectáreas.
El presidente del Congreso, José Bono, su esposa y sus cuatro hijos han acumulado un patrimonio inmobiliario valorado, como mínimo, en seis millones de euros. El gran salto se produjo a partir de 2000: desde entonces, Bono y su familia han adquirido nueve viviendas, un local comercial y tres parcelas con una extensión total de 16 hectáreas, sobre las que se alza Hípica Almenara, la explotación equina del ex presidente castellanomanchego. Las propiedades aparecen escrituradas bien a nombre de alguno de los Bono o bien a nombre de las sociedades Hípica Almenara, Ahorros Familiares Saja o Attack 84, todas ellas propiedad de miembros de la familia.
Hasta el año 2000, los bienes de la familia se ceñían a los siguientes: 3,7 hectáreas de suelo rústico y una vivienda en Salobre (Albacete), heredadas por Bono de sus padres; un piso de 137 metros en la colonia madrileña de Mirasierra; otro de 142 metros en Toledo y la casa familiar en Olías del Rey (Toledo), cuyos terrenos fueron comprados en 1995.
El PP denunció a Bono ante la Fiscalía General del Estado. Los conservadores creen que el presidente del Congreso no ha ofrecido explicaciones convincentes sobre su incremento patrimonial. La denuncia del PP se produce tras diversas informaciones sobre el asunto publicadas por el diario La Gaceta.
El presidente del Congreso sostiene que todo su patrimonio tiene un origen lícito, que parte de él procede de herencias y que el incremento de bienes de la última década se explica, en buena medida, por los ingresos que su esposa ha obtenido en los últimos años como representante de la firma de joyería Tous. La esposa de Bono, Ana Rodríguez Mosquera, ha canalizado sus ingresos a través de la sociedad Ahorros Familiares Saja, que no repartió dividendos hasta 2008. Hípica Almenara nunca ha distribuido beneficios, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil. Dichas empresas aún no han presentado las cuentas del último ejercicio.
El piso de Mirasierra, una zona de clase media-alta en el norte de la capital madrileña, tiene plaza de garaje. Los áticos de Estepona, levantados en la urbanización Las Náyades, a 150 metros de la playa, dan a sus propietarios el derecho al uso y disfrute exclusivos de los siguientes bienes y equipamientos: dos plazas de garaje de 26 y 28 metros; dos azoteas-solarium de 32 y 146 metros cuadrados; y otras tres terrazas de 20, 71 y 2,6 metros. Entre los elementos comunes de la urbanización figuran piscinas, club social y gimnasio con sauna.
A efectos de la permuta, y sin tener en cuenta el garaje, el piso de Mirasierra se valoró en 6.343 euros el metro cuadrado. El precio medio del metro cuadrado en Mirasierra, en el segundo trimestre de 2006, era de 4.131 euros, según la tasadora Tasamadrid.
La permuta está rodeada de incógnitas. Las promotoras difícilmente acuden a esa fórmula, sobre todo en época de boom inmobiliario. Además, no estaba aquí en juego el cambio de unos terrenos por otros, sino el de dos áticos de nueva construcción por un piso de segunda mano, con 25 años de antigüedad y situado en un bloque de viviendas. El jueves, un hombre que atendió el interfono de la vivienda de Mirasierra aseguró que lleva residiendo allí en régimen de alquiler desde hace cinco años, antes por tanto de que se produjera la permuta.
En su denuncia, el PP subraya la existencia de indicios de irregularidad en las relaciones de Bono con "un determinado constructor adjudicatario de obra pública" en Castilla-La Mancha durante los mandatos de Bono, en una clara referencia a Santamaría.
El impulsor de Valdeluz: El propietario de Reyal, el constructor Rafael Santamaría, promueve en Yebes (Guadalajara) 10.000 viviendas en la llamada ciudad del AVE o Valdeluz, muy próxima a la parada del tren de alta velocidad. El proyecto de Valdeluz, cuyas obras deben finalizarse este año, nació en 2001 y su construcción fue autorizada por una Junta de Castilla-La Mancha que entonces presidía Bono.
La Gaceta ha difundido facturas que, supuestamente, demuestran que el dueño de Reyal asumió en 2001 costes de la decoración de las viviendas de los Bono en Olías del Rey (Toledo) y en Salobre (Albacete). En el primer caso, los trabajos costaron a Rafael Santamaría 7.669 euros. En el segundo, las tareas de decoración implicaron para Reyal un gasto de 13.246 euros. El presidente del Congreso no ha dado su versión sobre estas facturas.
Los tres hijos mayores de Bono adquirieron a la edad de 24 años sus primeros inmuebles: el escriturado en 2005 a nombre de la hija mayor, Amelia, posee 130 metros más azotea de uso propio de 34 metros y dos plazas de garaje, se encuadra en una urbanización de lujo de Madrid y se tasó a efectos de subasta en 609.058 euros. La segunda en línea de descendencia, Ana, adquirió en 2006 un piso, también en Madrid, sobre el que pesa una hipoteca de 225.359 euros.
El tercer inmueble, adquirido en septiembre de 2008, es un chalé de 250 metros construido sobre una parcela de 420 metros cuadrados en Bargas (Toledo) y sobre el que pesa una hipoteca de 120.000 euros. Pertenece a la sociedad Attack 84, constituida tres días antes de la compra por los hermanos Ana y José Bono Rodríguez. En las cuentas de 2008, Attack computó 372.638 euros en el apartado de inversiones inmobiliarias.
Compras en la última década: El patrimonio de los Bono experimentó un enorme salto a partir de 2000. Ese año, el matrimonio compró un piso en la zona noroeste de Madrid, que valoró posteriormente en 172.000 euros.
En 2001, adquirieron dos parcelas rústicas con 10 hectáreas de superficie a las afueras de Toledo. Lo hicieron a través de la recién creada Hípica Almenara. Un año más tarde, hipotecaron las dos fincas más la casa que en 1995 habían comenzado a construir en Olías del Rey (Toledo), así como el piso de Mirasierra. En total, Bono declaró deudas durante 2001 por 1.027.738 euros. Ese ejercicio, sus ingresos y los de su mujer ascendieron a 118.324 euros, según su declaración escrita. Hípica Almenara registró 14.859 euros en pérdidas. La hípica toledana de los Bono se vio completada en 2004 con la adquisición de otras 5,91 hectáreas.
Fue en 2005 cuando Amelia Bono escrituró con 24 años un piso y dos plazas de garaje en la selecta urbanización Montepardo, en el distrito madrileño de Aravaca. Entonces soltera, Amelia Bono obtuvo una hipoteca de 450.759 euros.
Un año más tarde, su hermana Ana compró el primero de los dos pisos que posee en la zona noroeste de Madrid y su correspondiente plaza de garaje. El inmueble, de 62 metros cuadrados, está sujeto a una hipoteca de 225.359 euros, cifra que este diario ha utilizado para el cómputo final de patrimonio familiar.
En 2009, Ana Bono liquidó acciones de la sociedad Saja, que la compensó adjudicándole un piso de 95 metros y otra plaza de garaje. Ese piso es contiguo al que la hija del presidente del Congreso compró en 2006. Saja lo valoró en 171.399 euros.
Ese mismo año, la hija menor de la pareja, Sofía Bono, de 9 años, recibió en donación un local de 130 metros cuadrados en la mejor calle comercial de Albacete, donde el precio medio del metro ronda los 3.000 euros. No obstante, para el cálculo patrimonial, se ha tenido en cuenta un hipotético precio de 2.500 euros el metro cuadrado.
El penúltimo hijo de los Bono, José, que en septiembre cumplirá 26 años, es propietario no sólo del chalé adquirido por Attack 84 en Bargas (Toledo). Hace menos de un mes, quedó escriturado a nombre de José Bono Rodríguez un piso de 162 metros en la calle San Justo de Madrid, cerca del Palacio Real. Fuentes cercanas a Bono aseguran que el presidente donó a su hijo 200.000 euros y le prestó otros 240.000 euros. El piso, dicen en el entorno de Bono, costó 450.000 euros: es decir, el metro le salió a 2.777 euros. Salvo que el inmueble esté destrozado, es imposible comprar en esa zona a dicho precio. Según el portal inmobiliario Idealista, el metro cuadrado en el centro de Madrid cuesta 4.090 euros.
La última compra se localiza en el municipio costero alicantino de El Campello. En esa zona, el precio medio de un apartamento de 100 metros asciende hoy a 223.000 euros. Bono declaró ante el Congreso que el apartamento pertenece a Hípica Almenara, sin precisar precio ni superficie.
Hasta el año 2000, los bienes de la familia se ceñían a los siguientes: 3,7 hectáreas de suelo rústico y una vivienda en Salobre (Albacete), heredadas por Bono de sus padres; un piso de 137 metros en la colonia madrileña de Mirasierra; otro de 142 metros en Toledo y la casa familiar en Olías del Rey (Toledo), cuyos terrenos fueron comprados en 1995.
El PP denunció a Bono ante la Fiscalía General del Estado. Los conservadores creen que el presidente del Congreso no ha ofrecido explicaciones convincentes sobre su incremento patrimonial. La denuncia del PP se produce tras diversas informaciones sobre el asunto publicadas por el diario La Gaceta.
El presidente del Congreso sostiene que todo su patrimonio tiene un origen lícito, que parte de él procede de herencias y que el incremento de bienes de la última década se explica, en buena medida, por los ingresos que su esposa ha obtenido en los últimos años como representante de la firma de joyería Tous. La esposa de Bono, Ana Rodríguez Mosquera, ha canalizado sus ingresos a través de la sociedad Ahorros Familiares Saja, que no repartió dividendos hasta 2008. Hípica Almenara nunca ha distribuido beneficios, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil. Dichas empresas aún no han presentado las cuentas del último ejercicio.
Sorprendente operación: La operación inmobiliaria más inusual realizada por los Bono se cerró en julio de 2006. Ese mes, la promotora Reyal, de Rafael Santamaría, un empresario muy ligado a Castilla-La Mancha y amigo personal de Bono, y la sociedad Ahorros Familiares Saja acordaron una permuta inmobiliaria. De acuerdo con los datos de la escritura, a la que ha tenido acceso Público, Saja recibió dos áticos de lujo de nueva construcción en el municipio costero de Estepona (Málaga), cuya superficie techada suma 267 metros y que Reyal valoró en 925.000 euros. A cambio, la sociedad patrimonial de la familia Bono entregó a Reyal un piso de 136 metros cuadrados localizado en la madrileña colonia de Mirasierra y por el que el matrimonio Bono había pagado 35.000 euros (5.425.627 pesetas) en 1982.
El piso de Mirasierra, una zona de clase media-alta en el norte de la capital madrileña, tiene plaza de garaje. Los áticos de Estepona, levantados en la urbanización Las Náyades, a 150 metros de la playa, dan a sus propietarios el derecho al uso y disfrute exclusivos de los siguientes bienes y equipamientos: dos plazas de garaje de 26 y 28 metros; dos azoteas-solarium de 32 y 146 metros cuadrados; y otras tres terrazas de 20, 71 y 2,6 metros. Entre los elementos comunes de la urbanización figuran piscinas, club social y gimnasio con sauna.
A efectos de la permuta, y sin tener en cuenta el garaje, el piso de Mirasierra se valoró en 6.343 euros el metro cuadrado. El precio medio del metro cuadrado en Mirasierra, en el segundo trimestre de 2006, era de 4.131 euros, según la tasadora Tasamadrid.
La permuta está rodeada de incógnitas. Las promotoras difícilmente acuden a esa fórmula, sobre todo en época de boom inmobiliario. Además, no estaba aquí en juego el cambio de unos terrenos por otros, sino el de dos áticos de nueva construcción por un piso de segunda mano, con 25 años de antigüedad y situado en un bloque de viviendas. El jueves, un hombre que atendió el interfono de la vivienda de Mirasierra aseguró que lleva residiendo allí en régimen de alquiler desde hace cinco años, antes por tanto de que se produjera la permuta.
En su denuncia, el PP subraya la existencia de indicios de irregularidad en las relaciones de Bono con "un determinado constructor adjudicatario de obra pública" en Castilla-La Mancha durante los mandatos de Bono, en una clara referencia a Santamaría.
El impulsor de Valdeluz: El propietario de Reyal, el constructor Rafael Santamaría, promueve en Yebes (Guadalajara) 10.000 viviendas en la llamada ciudad del AVE o Valdeluz, muy próxima a la parada del tren de alta velocidad. El proyecto de Valdeluz, cuyas obras deben finalizarse este año, nació en 2001 y su construcción fue autorizada por una Junta de Castilla-La Mancha que entonces presidía Bono.
La Gaceta ha difundido facturas que, supuestamente, demuestran que el dueño de Reyal asumió en 2001 costes de la decoración de las viviendas de los Bono en Olías del Rey (Toledo) y en Salobre (Albacete). En el primer caso, los trabajos costaron a Rafael Santamaría 7.669 euros. En el segundo, las tareas de decoración implicaron para Reyal un gasto de 13.246 euros. El presidente del Congreso no ha dado su versión sobre estas facturas.
Los tres hijos mayores de Bono adquirieron a la edad de 24 años sus primeros inmuebles: el escriturado en 2005 a nombre de la hija mayor, Amelia, posee 130 metros más azotea de uso propio de 34 metros y dos plazas de garaje, se encuadra en una urbanización de lujo de Madrid y se tasó a efectos de subasta en 609.058 euros. La segunda en línea de descendencia, Ana, adquirió en 2006 un piso, también en Madrid, sobre el que pesa una hipoteca de 225.359 euros.
El tercer inmueble, adquirido en septiembre de 2008, es un chalé de 250 metros construido sobre una parcela de 420 metros cuadrados en Bargas (Toledo) y sobre el que pesa una hipoteca de 120.000 euros. Pertenece a la sociedad Attack 84, constituida tres días antes de la compra por los hermanos Ana y José Bono Rodríguez. En las cuentas de 2008, Attack computó 372.638 euros en el apartado de inversiones inmobiliarias.
Compras en la última década: El patrimonio de los Bono experimentó un enorme salto a partir de 2000. Ese año, el matrimonio compró un piso en la zona noroeste de Madrid, que valoró posteriormente en 172.000 euros.
En 2001, adquirieron dos parcelas rústicas con 10 hectáreas de superficie a las afueras de Toledo. Lo hicieron a través de la recién creada Hípica Almenara. Un año más tarde, hipotecaron las dos fincas más la casa que en 1995 habían comenzado a construir en Olías del Rey (Toledo), así como el piso de Mirasierra. En total, Bono declaró deudas durante 2001 por 1.027.738 euros. Ese ejercicio, sus ingresos y los de su mujer ascendieron a 118.324 euros, según su declaración escrita. Hípica Almenara registró 14.859 euros en pérdidas. La hípica toledana de los Bono se vio completada en 2004 con la adquisición de otras 5,91 hectáreas.
Fue en 2005 cuando Amelia Bono escrituró con 24 años un piso y dos plazas de garaje en la selecta urbanización Montepardo, en el distrito madrileño de Aravaca. Entonces soltera, Amelia Bono obtuvo una hipoteca de 450.759 euros.
Un año más tarde, su hermana Ana compró el primero de los dos pisos que posee en la zona noroeste de Madrid y su correspondiente plaza de garaje. El inmueble, de 62 metros cuadrados, está sujeto a una hipoteca de 225.359 euros, cifra que este diario ha utilizado para el cómputo final de patrimonio familiar.
En 2009, Ana Bono liquidó acciones de la sociedad Saja, que la compensó adjudicándole un piso de 95 metros y otra plaza de garaje. Ese piso es contiguo al que la hija del presidente del Congreso compró en 2006. Saja lo valoró en 171.399 euros.
Ese mismo año, la hija menor de la pareja, Sofía Bono, de 9 años, recibió en donación un local de 130 metros cuadrados en la mejor calle comercial de Albacete, donde el precio medio del metro ronda los 3.000 euros. No obstante, para el cálculo patrimonial, se ha tenido en cuenta un hipotético precio de 2.500 euros el metro cuadrado.
El penúltimo hijo de los Bono, José, que en septiembre cumplirá 26 años, es propietario no sólo del chalé adquirido por Attack 84 en Bargas (Toledo). Hace menos de un mes, quedó escriturado a nombre de José Bono Rodríguez un piso de 162 metros en la calle San Justo de Madrid, cerca del Palacio Real. Fuentes cercanas a Bono aseguran que el presidente donó a su hijo 200.000 euros y le prestó otros 240.000 euros. El piso, dicen en el entorno de Bono, costó 450.000 euros: es decir, el metro le salió a 2.777 euros. Salvo que el inmueble esté destrozado, es imposible comprar en esa zona a dicho precio. Según el portal inmobiliario Idealista, el metro cuadrado en el centro de Madrid cuesta 4.090 euros.
La última compra se localiza en el municipio costero alicantino de El Campello. En esa zona, el precio medio de un apartamento de 100 metros asciende hoy a 223.000 euros. Bono declaró ante el Congreso que el apartamento pertenece a Hípica Almenara, sin precisar precio ni superficie.
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