Hace unos unos años, los españoles asistieron la mayor mofa y crítica encubierta a un bodrio como puede ser el Festival de Eurovisión. De ello se encargo la productora de Buenafuente enviando al fiasco al actor que encarnaba al personaje de Chiquilicuatre. De lo mejorcito que he visto, para sonrojo de los responsables de la manipulada Televisión pública española.Luego, con la tal Soraya, los españoles intentaron llevar una cara bonita. Nada. Para más regocijo de los europeos, se atrevieron con el "Algo Pequeñito" del frikie Daniel Diges. Y la última patochada una de tachán-tachán con esta pobre ilusa que se hace llamar Lucía Pérez.
Cierto es que este último fracaso de los españoles parecía, francamente, un spot publicitario de "Andalucía te Quiere" y, lógicamente, heredero de la "deriva" de Remedios Amaya.
A decir verdad, lo único interesante que se ha podido ver en ese festival de cenutrios fué la aparición de Jimy Jump cuando actuaba esa especie de híbrido de Diges. Al menos fue un toque de risotada y de ridículo hacia el español y hacia el Festival en cuestión llevado a cabo, precisamente, por uno que no es español (es catalán).
Ni el cambio de Uríbarri a José Mª Iñigo hacen que los españoles levanten cabeza en semejante cutre-concurso televisivo. Ni tan siquiera reivindicando Gibraltar y, luego, mandarle a una pobre papalerda (que apenas vocalizaba en castellano) a cantar estribillos en inglés.
Ah... y para aquéllos amantes de semejante insulto a la música que vean en las votaciones algo político y nada más, les recordaría cómo, cuando en 1968 (ayer!!!) ganó la etilizada Massiel, el segundo clasificado llegó a afirmar que se trataba de una artimaña de Franco. Puede ser verdad o no, pero aquél segundo en cuestión era Cliff Richard y mira dónde acabó él y dentro de que vaso acabó Massiel. Se siente! Otra vez será... quizás el clown cántabro "Revilluca" les pueda dar alguna idea, como la de ir directamente él con las anchoas bajo el brazo y calzando almadreñes.
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