¡El rey ha muerto! ¡Viva la República! (Por Javier Parra, director de La República).

Juan Carlos Borbón sigue vivo, pero hasta en la Corte ya hablan de cuando no esté. La reina ya ha manifestado que quiere que el rey muera en la cama y que la gente grite: “¡El rey ha muerto!, ¡Viva el Rey!”. No creo que esté de más, por tanto, que los republicanos deseemos y manifestemos nuestra esperanza de que el grito sea bastante distinto al que la reina y la familia Borbón desearía.

Lo cierto es que los rumores sobre la salud del rey se disparan y quizá pronto nos encontremos con un nuevo escenario. Como seres humanos no podemos otra cosa que desear lo mejor para la salud de cualquier persona, también para Juan Carlos Borbón, pero desde un punto de vista político deberemos estar atentos porque la transición de un rey a otro ya ha comenzado. Es una transición silenciosa pero ya está todo listo.

Felipe Borbón y Letizia cumplen la agenda que ya no puede cumplir el rey, y la Casa Real ya se ha deshecho de Marichalares incómodos y Urdangarines sospechosos – a éste último mandándolo a ultramar -. No sé lo que pensará la mayoría de los españoles – entre otras cosas porque nunca se nos ha preguntado – , pero muchos no estamos dispuestos a estar otros 40 años sin elegir la jefatura del Estado. Juan Carlos I entra en la recta final de su reinado y su hijo, que nació con un Estado debajo del brazo, ya está listo para seguir viviendo a costa de nosotros en lugar de buscarse un trabajo.

En el 80 aniversario de la proclamación de la Segunda República, y cinco años después del renacer del espíritu republicano que supuso el 75, el “Viva la República” arde como la pólvora en los foros de internet, las redes sociales, algunos medios de comunicación, y se va arraigando en el subconsciente colectivo. El régimen y la Casa Real ya han comenzado la transición al “Felipismo” pero la sociedad civil ya ha comenzado la ruptura hacia la República.

Cada vez es más incuestionable que vivimos en una democracia de baja intensidad con un divorcio casi absoluto entre la clase política y el pueblo que necesita una regeneración, pero no nos la van a regalar. Va a haber que ganársela, y mucho tiene que ver esa regeneración con la lucha por la Tercera República y con una auténtica Revolución democrática y ciudadana que este país tiene aún pendiente.

¿Creeis que los corruptos van a dejar por las buenas de chuparle la sangre al Estado? ¿Que los Borbones se van a ir sin más a su casa? ¿que los banqueros y las entidades financieras van a renunciar a todo su poder y devolvérselo a los ciudadanos y a sus representantes porque sí? Nunca nadie nos ha regalado nada, ni nos lo van a regalar. Y si nos lo regalan es porque será un regalo envenenado.No sé a vosotros pero a mí no me vale quitar a un rey y poner a un Presidente de la República sin más. Hay que ir más allá, mucho más allá.

Hay que cambiar todo lo que no funciona, y son muchas cosas. Y hay que hacerlo serenamente, pacíficamente, democráticamente… pero implacablemente. Más pronto que tarde no estará el rey y la gente gritará lo que no le gustaría a la reina: “¡El rey ha muerto! ¡Viva la República!”