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Tras la escisión del 86, cuando a algunas familias (partidas) se les trataba algo así como "apestados" si no "traidores" fui conociendo poco a poco a Sabin.
Creo que ha sido Anasagasti quién de una forma cordial, amistosa y sentida, ha llegado a escribir que era Sabin un terco y cabezota. Doy fé, y tal es así (y no tengo para olvidar) como, en el transcurso de una reunión en la sede de Ercilla (antes la del Diario Gaur Express), intentamos organizar una especie de Ejecutiva Comarcal de EA, digamos dependiente pero independiente, en la Margen Izquierda y la Zona Minera.
Cierto es que organizamos un Congreso, con sus respectivas ponencias y dotado de un Reglamento de Organización propio. Antes de aquéllo (que se llegó a materializar) tuvimos infinitas reuniones en la sede citada.
Jamás he llegado a ver a Sabin tan enfadado (y, mira que le he visto veces...). Yo era un crío que no se había visto en una semejante y que no sabía dónde meterme. Le miraba a Emiliano... le miraba a Guiller, a Eloy, a Luisfer, a Roales, a Galdos, a Urbistindo, a Lángara, a Bixente... y Sabin, a grito limpio, diciendo que aquéllo era una especie de "secesión".
Bueno.... seguí con mi mapa hecho a témpera (muchos que lean esto se acordarán de "tamaña" obra de arte). Seguí con el planteamiento. Sabin se enfadó y se marchó de la reunión. Al final, la cosa se recondujo e incluso vino al citado "Congreso" a ponernos a caldo. Sabin en estado puro... Con el tiempo y el trato, hicimos buenas migas y, sin duda, aprendí mucho de él.
Creo que al final, todos quedamos ubicados más o menos en nuestros planteamientos. La última vez que hablamos un rato fue después del acto de homenaje o reconocimiento a Egunkaria en el bilbaíno Palacio Euskalduna. Allí acudí junto a mi compañera de Hamaikabat, Izsakun Trabudua. Tras el acto, había quedado con Alicia en el Estoril para tomar el riguroso vermouth. Iba con tiempo y, al parecer, Sabin también. Tomamos un "algo" en la Gran Vía y estuvimos cambiando impresiones una media hora. Lo que era EA, lo que fue, Hamaikabat y cuatro cosas más. Como siempre, entre cabezotas, no nos quedó más remedio que acabar con el "y tú más", pero de una forma muy cordial. Me prometió mandarme una queja escrita sobre una reclamación sobre una Línea Aérea para que se la tramitase. Nunca me la envió ni por mail (que lo tenía... como yo el suyo).
Lo cierto es que la pérdida tan repentina de Sabin me ha dejado mal cuerpo. Yo creo que le tenía un cariño a mi manera y él me correspondía a la suya. Nuestros caminos se bifurcaron sin ello renunciar a nuestro abertzalismo y a nuestro aprecio.
Se nos ha ido un patriota y es este motivo de pesar. Él creía firmemente en su proyecto y me da mucha pena que no lo haya podido ver en este mundo de locos. Creo humildemente, desde otra óptica "erdikoparecida" que nos unía un fín común: nuestra amada Euskalherria.
Goian Bego, Sabin.
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