
Esto, es la terca realidad pese a que algunos se empeñen en "lavarlo" a medida con criterios tan poco profesionales como decir que "si ha sido menos visto ha sido porque ha durado menos... apenas 10 minutos". Y, en función a esa realidad, de nuevo se puede afirmar (con las cifras en la mano) que es el peor dato de la última década.

Cabe comentar que, pese el exagerado entusiasmo de los monárquicos socialistas y populares, bien hizo el Borbón en incidir en el grave problema de la crisis que soportamos, crisis que en absoluto le atañe a él y no hay mejor prueba que la de observar los cientos de miles de euros que se están gastando en una campaña publicitaria de marketing sucesorio que, además de inmoral, es cutre, frívola e insolidaria.
No cabe otra, que felicitarme por tal descenso (al que contribuí de forma personal) y pensar que, a una media de casi un millón de espectadores por año, no tardaremos en hablar de las mosnsergas de ese señor y sus allegados como una "tradición" inexistente. Y, ahora, aunque nos lo den hasta en la sopa, que sigan vendiendo humo.
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