También en El Rincón del Protestón,un Blog de DEIA: http://blogs.deia.com/rincondelproteston/
Ongi Etorri - Bienvenue - Bienvenido - Welcome - Benvingut - Benvido -Benveniu - Benvenuto - Willkommen - Boa Vinda - Yookoso - Karibu - الصحة - Bine ai Venit - Bem Vindo - Välkommen - Velkommen - Irashai - Добро - пожаловать - Welkom - Välkommen - רוך הבא/ ברוכה הבאה/ ברוכים הבאים - Καλώς ήρθες - Vítejte - Dobrodošli - Fáilte, Tá fáilte romhat - स्वागत - خوش آمدی! / خوش آمدید! - Deuit mad deoc'h - Wolkom - Ласкаво просимо - ยินดีต้อนรับ - Kaj Bonvenon Ankaŭ - Fiţi bineveniţi - Witaj - Tervetuloa.

jueves, 2 de diciembre de 2010

AL REY YA NO SE LE DEBE NADA (Por Juan Carlos Escudier en Diario Público)

Don Juan Carlos ha cumplido 35 años en el trono y, aunque con menor intensidad que en otras ocasiones, las laudato­rias han vuelto a bruñir con Aladdin su regia armadura. La tradición exige que, coincidiendo con el aniversario, se glorifique especialmente el pilotaje de la dictadura a la democracia de quien fue de­signado a dedo por el dictador.

Su papel en la Transición, según se nos dice, justificaría que él y sus herederos sigan ciñendo la coro­na, que al fin y al cabo da al país un toque re­tro muy elegante. De ahí que aceptemos, sin más, pulpo como animal de compañía, cuan­do lo normal sería constatar que si el rey optó por la democracia fue porque no tenía otro camino. ¿Acaso alguien podía imaginarse en 1975 una restauración del absolutismo?.

La exaltación de su figura ha convertido al rey en un mito en blanco y negro con voz en off de Victoria Prego. A la inviolabilidad constitucional de la que disfruta se unió la contemplación acrítica de sus acciones y la disculpa de sus meteduras de pata. El jefe del Estado podía ausentarse del país sin dar cuenta a nadie de su paradero, crear conflictos diplomáticos mandando callar a presidentes de otras naciones, aceptar co­ches de lujo y carísimos yates o participar en oscuros negocios, de los que se tenía no­ticia cuando sus asesores financieros aca­baban en el banquillo o en el trullo.

La omertá que los principales partidos políticos han establecido en torno a la mo­narquía ha permitido a esta singular fa­milia abstraerse de la exigencia básica de explicar qué hace con el dinero de todos y hasta dónde alcanza su patrimonio. Los ciudadanos tenemos derecho a conocer si el rey compra acciones del Popular o de ACS, o si tiene deudas con algunos de sus primos árabes, lo que nos permitiría en­tender por qué el saudí Fahd no iba a la Zarzuela en sus estancias en España, sino que era nuestro jefe de Estado el que le gi­raba visita a su palacio de Marbella.

Si algún débito teníamos con el rey, lo hemos satisfecho con intereses. Tanto el monarca como el sucesor deberían ser conscientes de que somos los contribu­yentes quienes abonamos su fiesta a es­cote y que si aceptamos la pervivencia de una institución medieval no es porque re­conozcamos sus derechos históricos sino porque nos da la real gana. Y que podemos cambiar de opinión.

No hay comentarios: