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viernes, 12 de noviembre de 2010

"Disen que viene reina visita Bilbora..." (Iñigo Landa en Diario DEIA, Tribuna Abierta).

DEFINITIVAMENTE, se confirma con creces la campaña de marketing sucesorio con un claro objetivo (doble en el caso vasco): en primer lugar, que la gente se vaya haciendo a la idea e interiorizando eso de la sucesión al trono; la segunda, exteriorizar la normalidad y, de paso, avalar favores sustentados en frases como aquella famosa de Juan Carlos al líder de los populares vascos... "A ver cuándo quitáis a éste" (en alusión al lehendakari Ibarretxe).

Volviendo a la campaña, la última visita tuvieron a bien cursarla apenas hace un par de semanas y todavía nos queda otra antes de navidades, ya mismo, cursada a un acto propio de una empresa privada radicada en Bizkaia. Vamos a centrarnos en la última de las visitas realizadas para, en primer lugar, subrayar que, puestos a decir frases sin contenido (de esas que Felipe dice y no comprende, además de pronunciarlas somnolientamente), al hijo del heredero de Franco le dio por elogiar el papel "decisivo de las agencias científicas y técnicas dependientes de la Unión Europea en el proceso de integración europeo". Pero, ¿realmente, y nunca mejor dicho, este buen hombre destinado al exilio o destierro -o a vivir en paz como un ciudadano más- sabe de lo que habla?


Mucho me temo que va a ser que no. De lo que sí debe saber (pero mucho, mucho...) es de cómo coger el gusto a una villa en la que le dan exquisitos manjares, bien para comer o bien para cenar, pero, siempre... siempre, ¡cómo no! por la jeta. Dicho esto, y conocida la tradición (que alguno podría denominar vulgarmente gorrona) de esa familia de ascendencia francesa e impuesta en el Estado por la Gracia de Dios y de un general golpista, debemos detenernos en otra gran afición del citado miembro del panal real: he llegado a la conclusión de que le debe poner incordiar a viandantes y conductores que transitan por la Villa de Bilbao con sus visitas (como he dicho anteriormente, a falta de la cuarta, este año lleva tres que no suscitan, ni mucho menos, eso de la cercanía y el cariño que se desprende de las páginas de la web oficial de Zarzuela, de la denominada prensa rosa o de ciertos medios afines a la corona y cómplices necesarios para divulgar las andanzas de los miembros y exmiembros de tal familia).


Pero, vamos a ir al grano desmontando falsas aseveraciones: "Los Príncipes de Asturias presidieron en Bilbao una reunión de los directores de las 23 agencias científicas y técnicas dependientes de la Unión Europea, en la tercera visita que realizan a la capital vizcaina en lo que va de año". Sí, es cierto que presidieron algo de lo que no deben tener ni idea. También es cierto que es la tercera vez que han venido a incordiar en lo que va de año. Curiosamente, en esta ocasión no tuvimos que aguantar el machacante zumbido del helicóptero de marras con que nos anuncian su presencia. Vaya Vd. a saber, hasta igual dio resultado un anterior artículo sobre el particular publicado en éstas páginas de DEIA el pasado 27 de julio por este mismo autor. Aunque, a decir verdad, es esta gente tan especialista en manipulaciones que uno no se sorprendería si le dijesen que el famoso helicóptero ya no está sobrevolando nuestras cabezas bien por la crisis, bien por la tregua o, sencillamente, porque estaban haciendo algo temerariamente anómalo.


Cierto es también que, en esta última ocasión, tan insigne visita se llevó a la práctica en una inusual penumbra informativa o propagandística, cosa que parece ocurrir en la próxima (que no aparece ni en la Agenda Oficial de Zarzuela). Pero, prosigamos analizando lindezas: además, Felipe considera que la UE es también imprescindible para que los Estados miembros puedan afrontar con éxito los grandes desafíos globales, entre los que cita la economía, "la energía, la seguridad y el cambio climático". Lo que decía: ¡El helicóptero! caro... (la economía), consume mucho... (la energía no sostenible), la tregua... (la seguridad) y lo que contamina el aparato en cuestión... (más cambio climático).


Otra: "Europa es nuestro destino, nuestro compromiso y mejor legado para generaciones venideras". Yo creo firmemente en Europa; en una Europa del siglo XXI en la que, precisamente las monarquías se nos antojan como una figura anacrónica, desfasada, demodé o como se quiera denominar a una herencia pos-feudal. En cuanto "el mejor legado para las generaciones venideras", pienso que este ha de pasar necesariamente por que el citado y su acompañante fuesen haciendo las maletas.


Pero esto no acaba: Felipe Borbón subraya "la importancia que España atribuye a la labor de todas las agencias" europeas y ha recalcado la estrecha colaboración que "España mantiene con estas desde su adhesión a la Unión el 1 de enero de 1986. Estas agencias han adquirido un papel decisivo en la forma en que la Unión se ha enfrentado a los nuevos retos y a la ejecución de políticas en los ámbitos en los que los Estados miembros han decidido aunar sus fuerzas". Bueno, no me queda más remedio que reiterar que eso, tal y como se lee, es incomprensible para el común de los mortales, incluidos, lógicamente, él, su acompañante, su padre, mi padre y yo mismo... y para los asistentes a tan importante (y presumo que carísimo) evento: el secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido (que en esa ocasión no se durmió), además del lehendakari, Patxi López (que no hizo pira), su mujer (muy puesta en el tema), la presidenta del Parlamento Vasco, Arancha Quiroga (que en esa ocasión no se hizo un chichón en la frente porque midió la distancia en la genuflexión), y el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna (que debe ser el único miembro de su partido al que le haga gracia tamaña reiteración de visitas reales).


Como antes exponía, antes de intervenir en la reunión, los príncipes, cómo no podía ser de otra manera (que para eso vienen) almorzaron con López en el palacio Artaza de Leioa, la sede de las recepciones institucionales del Gobierno vasco en Bizkaia (seguramente algo bastante distinto a una especie de menú del día). Por finalizar, esta fue la tercera visita del hijo de Juan Carlos y su esposa a Bilbao en lo que va de año. Su primera visita fue el 25 de mayo, con motivo de la entrega de los "importantísimos" premios de la Fundación Novia Salcedo a la integración profesional de los jóvenes, que se desarrolló en el Teatro Campos en la que fue arrestado un edil del Partido Socialista de Euskadi por expresar sus ideas.


La segunda ocasión fue el 20 de julio, con motivo de la entrega de los Premios Nacionales del Ministerio de Cultura que distinguieron al escritor Sánchez Ferlosio (hijo del co-fundador de Falange y ministro franquista que -aún- dispone de calle en el nomenclátor de la Villa de Bilbao), entre otros distinguidos. El 31 de mayo, Felipe inauguró en Barakaldo (Bizkaia) la vigésimo sexta edición de la Bienal Española de la Máquina-Herramienta, el segundo certamen más importantes del sector en Europa, y después presidió el almuerzo celebrado con motivo del ficticio centenario del periódico El Correo Español.


Hala, a por la cuarta, pareja... y antes de navidades para que os invitemos a una buena angulada (eso sí, como siempre, a escote, pero el nuestro). Si al final aquellas rimas populares que decían algo así como: "Disen que viene el reina visita Bilbora... y el prínsipe txikito con ella vendrá...", van a pasar de ser una canción añorada de nuestros mayores a un auténtico suplicio para nuestra paciencia y para nuestro bolsillo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En Bilbao si no recuerdo mal hay un puente que oficialmente se llama de los Príncipes de España (y un muelle por el superpuerto). Dicho título es franquista: fue concedido en 1969 al heredero del dictador, que es el actual monarca ursicida. Juan Carlos al parecer nunca fue príncipe de Asturias, que es el título que le corresponde al heredero en la monarquía española.