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Iberdrola, la dueña de la central, intentó asustar a Greenpeace llevándonos a un Juzgado de los Penal pero le salió el tiro por la culata. Cada uno de los activistas por los cuales pedía 9 meses de cárcel y 18.000 € por defender el clima han salido ilesos del proceso. No ha sido así para Iberdrola que cada vez se lo pone más difícil a su departamento de marketing.
Este se empeña en defender con todas sus fuerzas una imagen “verde” a pesar de que sus abogados pidan cárcel para Greenpeace o de las declaraciones anti renovables de su Presidente. En 2007 yo también estaba en Pasaia, junto a los activistas y a la gente que nos apoyaba. Puede que lo que más recuerdo de esos días fueran las tortillas de patatas que nos bajaba una vecina cuya ventana daba directa a la chimenea de la central de carbón o los centenares de vecinos que vinieron a darnos un gran abrazo colectivo. Todo y dicho esto, la central sigue ahí, funcionando con su licencia provisional (desde 1964), emitiendo gases contaminantes en plena ciudad, y recibiendo GRATIS derechos de emisión de CO2 desde el Gobierno central.
Como si hubiera un derecho a contaminar quemando carbón cuando hay renovables para hacer lo mismo. Greenpeace 1 – Iberdrola 0. Pero el partido no acaba aquí.
FUENTE: Sara Pizzinato, campaña de cambio climático y energía Greenpeace
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