LOS PECADOS CAPITALES: 6º. El Perdón (Poema de Antonio ÁLvarez de Garmendia)

6º. El Perdón

Como un bello amante se acerca al lecho,
Las palabras susurradas al oído.
Donde una alma se desnuda frente a otra,
Sin pausa ni retiro,
Solo pasión y miedo.

En el árbol de la vida
Prende fuerte mi deseo
y como cinta al viento
Soplan mis oraciones,
para acercarme a ti.

Ni siquiera un momento,
Un solo toque al paso,
Que haga mi alma menos mortal
Y libere el peso de muerte.

Te deseo lo mejor mi amado,
Como lágrima en la lluvia,
¿Algo que poder hacer?
Para saber que tu vida es mejor que la mía,
Un solo roce al paso, otra vez,
Un leve susurro basta para querer partirse en dos,
Ávido de recibir en si mismo
Otro cuerpo que sueñe,
Placer por placer,
Dolor por dolor y deseo simplemente.

La sombra de un vagabundo abril
Rompe en mi cabeza la selva que aflora,
Se despiertan en mi lecho
Hombres invernales,
Acuchillados por el puñal radiante del deseo,
Una y otra vez me asaltan estos poemas malditos,
Que por haberlos leído
se han clavado en mi memoria
Como tantas angustias y tantas penas,
Sin poder olvidarlos siempre están
Al contemplar algo bonito.

Solo cuando perdono
desaparecen de mi cabeza,
Cuando unos labios susurran
El abandono de la carne
para la cesión de la piel.
Perdóname.

(Santa Ana, Cartagena. Sábado, 19 de enero del 2008)