INSÓLITO... (BILBAO)

En el parque de Doña Casilda y a unos 60 metros del paseo dedicado al ideólogo franquista Rafael Sánchez Mazas, Bilbao rinde homenaje por primera vez a las víctimas del franquismo. El alcalde Azkuna, junto al resto de la Corporación, pidió que «nunca más» las armas resuelvan «nuestros problemas, por graves que sean».

La caída de Bilbao el 19 de junio de 1937, tras un largo asedio de la ciudad por parte de las tropas franquistas, supuso el exilio de 150.000 personas, más de 6.000 fusilamientos, alrededor de 7.000 fallecidos en el frente y más de 45.000 detenidos y encarcelados «por defender la libertad y la democracia».

El reconocimiento a todos estos bilbaínos llega un mes después de que el Consistorio dedicara otra ofrenda floral en este mismo parque a las víctimas del terrorismo. El alcalde de la villa, Iñaki Azkuna, lanzó en aquella ocasión un llamamiento a la sociedad vasca a realizar «un esfuerzo» para lograr que desaparezca la violencia y triunfen la libertad y la democracia. El alcalde que se niega a retirar la calle a un franquista continuó ayer por este camino e insistió en la necesidad de «arreglar los asuntos en paz, con la razón y la palabra».

En su discurso, y arropado por el resto de la Corporación, el regidor, pidió que «nunca más» las armas resuelvan «nuestros problemas, por muy graves que sean» y porque nadie termine en la cárcel, el exilio o fusilado por motivos políticos. «No nos mueve la represalia ni el odio para hacer este acto, porque nuestros padres nos educaron en la tolerancia, sino el recuerdo a las víctimas de aquel régimen, de aquellos años oscuros de la dictadura, que cambió desgraciadamente la vida de tantos».

Nada que objetar más que lo insólito del acto. Uno de los responsables intelectuales de todos esos muertos "goza" (a modo de no sé qué reconocimiento) de una calle a escasos 60 metros de dónde se ha efectuado el homenaje. Eso del la responsabilidad intelectual es lo mismo que exigía a Fraga Iribarne en relación con las cinco muertes de Vitoria-Gasteiz el 3 de marzo de 1976. Es decir, hace 34 años.

Y, los crímenes de lesa humanidad no prescriben, ni la responsabilidad material o intelectual. Por ello, Fraga debe ser juzgado y, al co-fundador de la Falange, se le debería haber retirado del callejero de la Villa sin necesidad de que sea un Magistrado quién, con la Ley de Memoria Histórica en la mano, así lo determine.

Lo insólito, como decía, es andar por la vida dando una de cal y otra de arena o, lo que es lo mismo, poniendo florecitas en memoria de unos muertos, que, seguramente así lo fueron por la responsabilidad intelectual del que tiene una placa en una calle a unos 50 metros de dónde se desarrollaba dicho acto.

Y, es ahora cuando procede comentar que, suponiendo que haya sido un error, este Editor así se lo comunicó al propio Ayuntamiento y, ante la negativa a rectificar esa anomalía, se vió obligado a acudir a Sede judicial.

Y, para que todo el mundo me entienda, se puede explicar a los niños: "Pepito ordenó matar a muchas personas. Hoy, Bilbao se acuerda de ellas y van en 'trouppe' pre-electoral a ponerles flores con txistu incluído. Si das cincuenta pasos, te encuentras con que Bilbao puso una calle a Pepito y que no se la quiere quitar hasta que no lo ordene un Juez. Encima van los amigos de esas personas a manifestarse... los mismos que dijeron que Pepito no podía tener una calle pero si su hijo sin saber a cuenta de qué (ya que ni nació, ni vivió, ni murió en Bilbao).

En definitiva, una auténtica jaula de grillos congregados ante una justa y noble causa que, por realizarse dónde se realiza, se puede traducir, si no en un despropósito, si en un acto insólito. Ya puestos, podían haber puesto otro ramo en la placa de Rafael Sánchez Mazas... Es más barato el ramito que tres placas de hierro fundido, pintadas, instaladas y mantenidas ¿NO?

FUENTE (De Referencia): JON MAYORA para Grupo Vocento en Diario El Correo (Bilbao, 03.03.10).
FOTOGRAFÍA: GABRIELA BARNUEVO (Id. Medio).