
No han dejado ni un cartel anunciando un eventual traslado o la comunicación del cierre definitivo. Lo único objetivo de toda esta historia es que, el que en su día fué cónsul de Filipinas y -a su vez- presidente de la ONG Anesvad, pasó medio año entre rejas. No sería pues de extrañar que los responsables de Exteriores filipinos no quieran que su sede no comparta instalaciones con las de Anesvad.
me ha dicho un "pajarito" que esto se trató en la visita que (con más de una hora de retraso) cursó la presidenta de Filipinas al Lehendakari en Ajuria Enea.
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