Primero inauguro, luego cierro (Plaza del Gas-Bilbao)

Inaugurada por todo lo alto exclusivamente por el equipo de Gobierno municipal (PNV-IU) el martes, hoy estaba cerrada al público la Plaza del Gas porque, al parecer, "quedan remates de obra".

Estos "remetes" deben ser unos bolardos para impedir el acceso de vehículos. El Ayuntamiento, como no puede ser de otra forma, le echa directamente la culpa a la promotora de la obra. Ese mismo Ayuntamiento no invitó a la inauguración a los representantes de la oposición.

Pero ¡qué "puta" manía eso de inaugurar obras inacabadas! El ejemplo más reciente lo encontramos en "La Oda a la Escalera" que da "acceso (¿?)" entre la Alameda de Mazarredo y el famoso puente de Zubizuri. Todo ello ubicado entre tres momios: el citado puente del jeta Calatrava y los momios de Isozaki.

Bueno, esa interminable escalinata se inauguró como un puro acto de pre-campaña sin los preceptivos y reglamentarios accesos para personas con movilidad reducida. En esa ocasión, por recurrir a algo, Areso díjo haber aplicado la normativa suíza (no es broma).

La cosa es quedar como la espuma o como el aceite y, si para ello, se ha de aplicar la normativa norcoreana o la de Zimbawe... pues se aplica. Curioso pero la cuestión es no dar el brazo a torcer en esa especie de borrachera política tras la obtención mayoritaria de la Alcaldía de Bilbao (aún manteniendo a parásitos de Izquierda Unida en el Equipo de Gobierno).

Cuando no es un promotor es un sub-contratado o el sub-contratado del promotor sub-contratado y, esto, aunque variopintamente suene a helvético.

Por eso decía que la cuestión prioritaria es intentar quedar siempre por encima del bien y del mal. Dos ejemplos:

1.-Pasarela de Bentazaharra: Dimisión obligatoria de un funcionario con rango de sub-director de Área.

2.- Atropellos (fatales) en Basurto: Ibone Bengoetxea (Ayuntamiento de Bilbao) cambia de Área y Melero (Diputación Foral de Bizkaia) se va a las Juntas Generales.

Siendo meridianamente serios (y por orden citado) Sabas, Bengoetxea y Melero tendrían que haber abandonado la política activa. El problema es que igual no saben hacer otra cosa. Bueno, por la titulación que no se preocupen: siempre podrían ser asesores de alguna alcaldía o acabar hablando monográficamente de la anchoa en el Parlamento Europeo.