Creedme si os digo que iba a hablar de Rajoy, de su primo y del cambio climático. En fín, lo dejo para mañana ya que voy a dar preferencia a María San Gil cuyas declaraciones en favor o en defensa a ultranza de Jaime Mayor Oreja me "tocan" más de cerca.
A ver si se les está "yendo la olla" a todos los del Partido Popular. Lo de Mayor es, sin más, INDEFENDIBLE. Como suena (aunque a algunos les suene mal).
Ya veremos lo que dice la Justicia si algo tiene que decir sobre el particular en relación a la denuncia que el que firma este artículo interpuso la pasada semana contra Mayor Oreja por "enaltecimiento del franquismo" y por "apología del terrorismo franquista".
El resto, como lo que declara San Gil son meras estrategias de distracción. Por otro lado, también es normal que dentro de su formación lleven a la práctica algo tan usual como es lo conocido como "cerrar filas".
Lo realmente preocupante es que no lleven a cabo un ejercicio de autocrítica y alguien -a nivel interno- hubiese promovido si no la petición de dimisión de Mayor Oreja, si al menos una rectificación pública.
Por el contrario, "cerrarse en banda"... defender a Mayor... es defender sus postulados, o, ¿es que son asumidos de pé a pá por todos los militantes y votantes de ese partido político? Me consta que no. Lo de ETA-Batasuna, lo de ANV lo que quieran son temas totalmente al margen de las declaraciones de Mayor. Verborrear con el fin de confundir todo, como han hecho recientemente San Gil o Abascal sólo puede tener un objetivo estratégico: además del de la permanente confrotación, el de la confusión.
Algunos, afortunadamente lo tenemos meridianamente claro y por eso, además de escribir, también actuamos. En buena lógica cuatro parrafadas memorizadas "de carretilla" por San Gil no van a enturbiar la imagen que sobre el particular a mí me a ofrecido. Honestamente, tiene tres salidas: suscribir las declaraciones de Mayor, condenarlas o, simplemente, callarse.
Como todo el mundo ha podido saber por las declaraciones de la dirigente del PP no ha hecho ninguna de las tres cosas. Luego ¿Qué ha hecho? La respuesta es sencilla: lanzar una cortina de humo que nadie se la "traga".
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