Al ruego del portavoz del BNG en el Congreso, Francisco Rodríguez, dirigido al Gobierno de Zapatero para que «interceda» ante la familia del golpista sublevado y anterior jefe del Estado y deje que los técnicos de la Xunta pasen revista al palacete, le sucedió ayer el anuncio por parte de la Consejería nacionalista de Cultura de que se active toda la artillería legal disponible para poder entrar en la finca.
El departamento, que abrió un expediente sancionador a los Franco por valor de 60.000 euros, ha formalizado ante los Juzgados de lo Contencioso-Administrativo de La Coruña su petición para acceder a los terrenos que en 1939 se "regalaron" a Franco. Justifica esta acción en la «obstrucción» mostrada por la propietaria del pazo, Carmen Polo Franco, que el 30 de agosto no permitió que tres técnicos de la Administración gallega pasasen de puertas adentro.
En el texto que el ejecutivo autónomo ha registrado en los tribunales puntualiza que la inspección será «exclusivamente técnica y que se salvaguardará el derecho a la intimidad» de los inquilinos, cuya actitud dicen no entender, máxime cuando Carmen Polo expresó en una misiva, el pasado 30 de enero, su «gusto en facilitar el acceso al pazo a los efectos de comprobar su estado de conservación».
La intención que el BNG pretende materializar desde hace un año es convertir Meirás en Bien de Interés Cultural (BIC), lo que conllevaría la apertura gratuita del inmueble al público cuatro veces al mes y la pérdida, por parte de los Franco, del derecho de tanteo y retracto en caso de que se pusiese en venta. La Xunta tendría la voz cantante y exigiría a la familia que adoptase las medidas de protección que implica un BIC. Pero el Bloque tampoco renuncia a una posible expropiación que, al fín y a la postre fue lo que -en gran parte- ocurrió en 1939.
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