La usurpadora Otaola, acudió ayer sábado, a las once de la mañana, a la misa en la ermita de la localidad con motivo de las fiestas patronales, entre insultos de "ladrona" y "franquista" que le profirieron una treintena de personas concentradas con ikurriñas en los accesos del templo.
Fue recibida con gritos como "alde hemendik" (fuera de aquí), "ospa" (largo) y "utzi pakean" (déjanos en paz). Otaola fue acompañada hasta su entrada en la iglesia por un fuerte dispositivo policial de la Ertzaintza, con tres furgonetas y varios coches patrulla, ya desde el puente que da acceso a la ermita.
La alcaldesa impuesta se sentó en los bancos de atrás del templo, donde otra mujer que se encontraba en el interior con rabia pero, sin duda, con toda la razón le llamó "asquerosa".
El oficio religioso se desarrolló durante media hora sin que se permitiera el acceso a los medios de comunicación (típico en la derecha y un poco más raro por parte de la Iglesia) y, una vez finalizado, Otaola abandonó la iglesia después de que lo hicieran todos los que habían acudido a la misa, momento en el que se repitieron los cruces de insultos ya que ella no es que se caracterice por "mudita" o por "educada". de hecho, cuando espetó "Hijos de puta" no se sabe si lo dirigía a los vecinos de Lizartza o bien al conjunto de los vascos (ya que se dirigía al grupo que portaba ikurriñas).
Finalmente, cumplido su cometido (izar la bandera española e ir a misa) y protegida de nuevo por la Ertzaintza y un nutrido grupo de guardaespaldas privados, montó en un coche "oficial" y abandonó la zona.
Hay que recordar que Otaola fue elegida de forma impuesta alcaldesa de Lizartza al ser el PP la única lista que obtuvo un escaso 5% de los votos en las pasadas elecciones, tras la renuncia a presentarse del resto de formaciones y la ilegalización de la plancha de ANV.
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