ÚLTIMA REUNIÓN DE LA MÁS RECALCITRANTE EXTREMA DERECHA

El Foro de Ermua "coloca" al "transtornao" y provocador profesional de Iñaqui Ezquerra de Presidente de esa formación fascista y elige "dedocráticamente" a Inmaculada de Castilla de Cortázar (vaya nombre de "Infanta") y a Juan -Jon- Juaristi de "maceros"; y todo ello, tras la "trepa-espantada" del ex-nacionalista y ex-socialista Mikel Buesa al partido de Rosa Díez.

¿Qué fué de aquélla "historia" en la que el Ayuntamiento y la ciudadanía de la Villa de Ermua, tras la presentación de cientos de firmas andaban pidiendo la NO-UTILIZACIÓN del nombre de Ermua por esa cuadrilla de intolerantes y recalcitrantes fascistas al servicio del "ala dura" del Partido Popular?

Lo "gordo"es que esta gente recoge firmas cuando dicen que a alguno de sus componentes les ha "reventado las pelotas" el "típico exaltado del batzoki de turno". Esas firmas valen, las de los ciudadanos de Ermua -evidentemente- no.

También les valen las firmas a favor de bandera española, las a favor de la regente impuesta Otaola, las de las víctimas de la AVT y cualquier otro tipo de recogida de firmas como la que hicieron en Bilbao hace 3 años y que recogieron escasamente 160 (y contando con que firmaron cargos públicos e internos del PP en la Plaza Elíptica de Bilbao).

Lo que no les valen a ese Foro, que ni la Villa de Ermua desea que lleve su nombre, son las firmas que no le interesan. Yo siempre me pregunto... ¿sin tan mal están aquí, amenazados, perseguidos, hostigados... no se van? Esto lo digo porque de una forma comprobada, todos tienen su segunda vivienda fuera de la CAV. En el fondo, mucho me temo que se trate de la típica cuadrilla de "ultras" que, al amparo de la Ley y de la protección de las FF.y CC. de Seguridad del Estado se creen algo más por el mero hecho (y es una desgracia) de disponer de escoltas.

Es muy sencillo. Que se presenten a las elecciones y... ¿a ver qué pasa? Pues que son 4 y el tambor pero, con ese autoprotagonísmo que ni se lo ofrece el sector más liberal del PP son, sencillamente, un residuo político.