¿CANTAR O "DAR EL CANTE"?

Miguel Bosé, famoso por ser hijo de famosos, vio interrumpida su gira bautizada “Papitour” pues le dejó a la deriva un supuesto problema de salud: según él padeció una faringitis que derivó en afonía y... el que ya cantaba poco, menos aún cantar podìa.

Quedó compuesto y sin voz el "showman" Miguel Bosé. Pero me pregunto yo: ¿Tuvo voz alguna vez?. Miguel a lo que más llega es a susurrar un rato. Pero su voz es de pega: Eso lo saben hasta los que le montan el escenario.

Ya pueden lloverle premios hechos discos de platino que abundan tanto en su gremio, pero de voz no anda fino. Y no anda fino porque voz en realidad nunca tuvo. Mas la flauta le sonó: llegó arriba y se mantuvo. Llegó arriba pero nunca se abrió paso desde abajo: el ser Dominguín Bosé le ahorró bastante trabajo.

Eso sí, posee un gusto exquisito y es hombre de mil facetas. Pero jamás será un mito. Otra cosa es que sea artista y domine el escenario y hasta aparezca en las listas de los más idolatrados. Pero no tiene pegada y se queda a la mitad: aunque le han ido bien dadas nunca llegó a deslumbrar.

En Andalucía, en Asturias, en Maó (Menorca), incluso en Bilbao (de eso puedo yo dar fé) el concierto se lo hicieron entre el bajo, un guitarrista, las dos coristas y el público. Los que entienden algo de música saben que cuando uno no llega ni a un "re", se meten "chorus" en "la" y mucho bajo (contabajo) en "do" que retumbe (expansivamente) en el interior de los asistentes al concierto. A esto se le suman cuatro instrumentos de viento bien amplificados y... ¿dónde queda Bosé?

Pues haciendo posturitas, coreografías anacrónicas que aplauden las de cuarenta y pico para arriba, verborreando, con buena labia y diciendo en Bilbao "eskerrik asko" o en Xixón "Puxa Asturies". P A T É TI C O.