El lunes 26 de abril de 1937, ahora se cumplen 70 años, se inició en sue-
lo vasco un conflicto fratricida que "fascinó" a todo el mundo independientemente de su ideología, y que se ha plasmado, a lo largo del tiempo, en más de 15.000 obras procedentes de artistas de la más diversa índole.
Empequeñecida por la II Guerra Mundial, algunos capítulos de la Guerra Civil Española han motivado, sin embargo, una gran polémica y encendidos debates. En esta línea, tal como señaló Raymond Carr, “Comparado con Hiroshima o Dresde, el bombardeo de Gernika parece un pequeño acto de vandalismo” , pero significó la primera destrucción total de un objetivo civil indefenso mediante bombardeo aéreo, inmortalizado en el cuadro de Picasso, anticipando la llegada de una nueva forma de guerra moderna.
Empequeñecida por la II Guerra Mundial, algunos capítulos de la Guerra Civil Española han motivado, sin embargo, una gran polémica y encendidos debates. En esta línea, tal como señaló Raymond Carr, “Comparado con Hiroshima o Dresde, el bombardeo de Gernika parece un pequeño acto de vandalismo” , pero significó la primera destrucción total de un objetivo civil indefenso mediante bombardeo aéreo, inmortalizado en el cuadro de Picasso, anticipando la llegada de una nueva forma de guerra moderna.
En Marzo de 1937, en pleno conflicto, el general sublevado Emilio Mola, había concentrado 40.000 combatientes para la campaña del País Vasco, donde arengó "si la rendición no es inmediata, arrasaré Vizcaya, empezando por las industrias de guerra. Tengo medios para hacerlo". Mola contaba con la ayuda de la Legión Cóndor, voluntarios alemanes que conformaron una fuerza básicamente aérea que proporcionó a los nacionales un inestimable impulso en el conflicto, capitaneados por Hugo Sperrle y el primo del mítico barón rojo, Wolfram Freiherr Von Richthofen, quien aconsejó a Mola " No es irrazonable ninguna medida capaz de destruir la moral del enemigo y es preferible hacerlo rápidamente ".
El Lunes 26 de Abril, día de mercado en Gernika, la ciudad más antigua del Pueblo vasco y centro de su tradición cultural , sobre las cuatro y media de la tarde tres bombarderos italianos y un bimotor de la Legión Cóndor bombardearon con escasos resultados el puente sobre el río Oka. Sin embargo, pasadas las seis y media, 19 trimotores escoltados por 10 cazas, surcaron fantasmagóricamente el cielo de la ciudad, dejando caer según George Steer, "más de3.000 proyectiles incendiarios de aluminio de dos libras de peso cada uno. Los cazas, mientras tanto, efectuaban pasadas en vuelo rasante sobre el centro de la ciudad y ametrallaban a la población civil que buscaba refugio", y provocando según Sergi Vich Sáez entre 250 y 300 muertos.
Testimonio de dichas muertes fue el Padre Alberto Onaindía, quien declaró a The Times "El fuego envolvía la ciudad. Se oían gritos de dolor por todas partes, y las gentes, llenas de terror, se arrodillaban, levantando las manos al cielo, como si implorasen a la divina providencia".
De lo que no cabe absolutamente ninguna duda es de que decenas de voces callaron para siempre, consumidas por el horror de la guerra. Testigo silencioso de ello fue el Árbol de Gernika, milagrosamente indemne de tal barbarie.
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