martes, 15 de septiembre de 2009

ES COMO PREDICAR EN EL DESIERTO PERO... QUE NO SÉA POR NO DIVULGARLO.

Cuando el hombre aprenda a respetar incluso al ser más pequeño de la creación, sea animal o vegetal, nadie tendrá que enseñarlo a amar a sus semejantes. La compasión por los animales está íntimamente ligada a la bondad de carácter y se puede afirmar con seguridad que quien es cruel con los animales no puede ser una buena persona.

Que se apliquen esto los que lancean a un animal en Tordesillas (Valladolid) o los que destinan en Bilbao más de 5 millones de Euros en espectáculos taurinos para el "disfrute" de cuatro sádicos, cinco pijos, seis dementes y siete descerebrados... políticos incluidos.

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